¿Y el Sr. Gato?

Te Amo

Me encontraba comiendo yogurt de frutilla en mi cocina, cuando sonó el timbre. Me sobresalté por el sonido, es de esos timbres molestos, no puedo cambiarlo.
Camine hacia la puerta, y al abrirla, se encontraba una joven rubia, con unos grandes ojos verdes, y una sonrisa enorme. Me sorprendió verla con una musculosa, hacia frío afuera.
-Hola.- Dijo mientras me miraba atentamente, su voz era suave y dulce, como una niña. -¿Tu eres el que me va a curar?
-Supongo.- La mire de arriba a abajo, su ropa estaba manchada con pintura, y tenía unos jeans sueltos y gastados, no parecía preocuparse por su aspecto.
Me moví a un costado, para dejarla pasar. Ella entró y observó la casa, luego volteo para mirarme. Esperé que dijera algo, pero sólo se quedó mirandome.
-Bien.- Aclaré no garganta. -¿Cómo te llamas, linda?
-Soy Bonnie.
-Soy Matt, es un gusto.- Estire mi mano para saludarla. Ella observó mi mano por unos segundos, pero en vez de agarrarla, chocó su palma con la mia. ¿Ya éramos amigos?
-Lindo cabello, Matt.
-Oh, gracias.- Peine mi cabello hacia atrás, estoy acostumbrado a que me hicieran cumplidos sobre el, soy pelirrojo ¿A quien no le gusta un pelirrojo?
Bonnie se sentó en el sillon, acomodándose y yo me senté frente a ella.
-Bien.-Puse mis codos sobre mis rodillas y apoyé la cabeza sobre mis puños, ella me copió. -Hablame de ti, tu vida. ¿Como te llevas con tu familia?
-Mi familia es genial, tengo una madre, un padre y un hermano mayor. Y también tengo un gato, se llama Arnaud, pero el prefiere que lo llamemos Señor Gato, es muy elegante.
Bien, ya tenía un dato, le gustan los gatos. Odio los gatos.
-Entiendo, y con tus padres ¿Como se llevan?...
-¿Sabes? Es muy machista la palabra "padres".
-¿Disculpa?
-Si, siempre ponen a un hombre como título ¿Por que no les decimos "madres"?
No supe bien que decir, era extraño.
-Bien, si así lo quieres. ¿Cómo te llevas con tus "madres"?
-Bien, ellos son geniales.
Hablaba con un tono apurado, muy apurado. Por suerte, su voz no era chillona, no soportó a las locas chillonas que vienen a reclamarme porque su novio las dejo.
Asentí con l cabeza, y luego mire su ropa, tenía muchas manchas de pintura. Me dio curiosidad.
-¿Pintas?
-Amo pintar y dibujar. Voy a traerte mis dibujos mañana. -Abrazo sus piernas y se balanceó en el sillon. Me sonreía apretando los labio, aguantando una carcajada, no pudo contenerse y comenzó a reír como si yo fuera un payaso.
-¿Que pasa? - No pude evitar sonreír, tiene una risa contagiosa.
-¿Has visto como corren las gallinas? Son muy graciosas. -Dijo entre risas. Yo Sonreí de lado.
-Sí, son divertidas.
Ella dejó de reír de pronto.
-¿Tienes novia?
-No ¿Y tu?
-¿Tu que crees? -Mordió su labio, tratando de no sonreír.
-Que no. -Reí.
-¿Porque soy fea o porque me quieres toda para ti?- ¿Toda para mi? Esa niña de verdad esta loca. No sabía que decir, sólo me reí en respuesta. Pero... -¡Contesta!- Ella grito con voz demandante, enojada. La mire algo sorprendido, no me la esperaba.
-Solo lo pensé linda.
-¿Crees que soy linda? -Se levanto y se acerco a mi. Yo me pegue al respaldo del sillon.
-Si, eres bonita.
-Eres muy sexy.- Yo lance una pequeña carcajada. Quería coquetearme. Era una dulzura.
-Gracias pequeña, pero--
-¿Eso es yogurt?- Su nivel seductor subió a euforia cuando vio el pote de yogurt sobre la mesa de la cocina.
-¿Quieres?
-¡Si!

Luego de darle de mi yogurt, se quedó sentada mirandome por más o menos 15 minutos, yo escribía en una libreta lo que me había contado acerca de su gato.
-¿Tus padres son violentos con tigo, o te dicen palabras hirientes?- Levante la mirada para verla, ella hizo una mueca de confusión, luego negó con la cabeza, obviamente mentía.
-Vamos, cuentame.
-Dije que no.- Esa sonrisa permanente en su rostro se había ido, dejando en su lugar un ceño fruncido. Luego bajo la mirada hacia el yogurt, lo revolvió un poco y volvió a mirarme. -Mi madre dice que nada de lo que veo es real.
-¿Por qué?
-Porque estoy loca.
-¿Y tu padre?
-El es genial, dice que soy divertida y siempre se ríe con migo.- Volvió a sonreír, eso me relajó.
-¿Que hay de tu hermano?
-Es un Idiota.
-¿Por qué lo es?
-No hablemos de la familia, hay que divertirnos.
-Bonnie.
-¿Puedo contarte un secreto?- Sus mejillas enrojecieron. ¿Un secreto? Esos ojitos brillantes y grandes me dan demasiada curiosidad, obviamente asentí.
-¿No vas a enojarte?- Tomó mis dos manos y me miro a los ojos, como si le preocupara decirme.
-No, no voy a enojarme.
-Bien...-Sonrio, aguantando una carcajada. -Estoy enamorada.
-Ah ¿Si? ¿De quien, linda?
-De ti. -Me abrazo y apretó mi espalda, mi corazón se hinchó de ternura, pero ¿Que iba a decirle? Era una niña, así que la abracé y reí. Luego beso mi mejilla -Te amo.- ¿Te amo? ¿De verdad? Me sorprende, jamas tuve pacientes que me amen. Y si se lo estaban preguntando: Nunca me acosté con una (o un) paciente. Soy un psicólogo, no seria digno. Como sea, ella me ama. Esa chica es una dulzura, sin dudarlo, esa sonrisa que tiene me hace feliz. Esos ojos, su nariz, su cabello, su aspecto de niña. ¡Joder! He dicho que no me acuesto con pacientes.
-¿De verdad me amas?- Pregunté finalmente.
-De verdad.-
-¿Y por qué me amas, Bonnie?
-Porque tu eres...- Se detuvo unos segundos a mirarme. Toco su barbilla, se mostraba pensativa.-Tu eres muy lindo.-
-¿Solo por eso? No puedes amar a alguien solo por su belleza.-
-No.- Negó con su cabeza, luego poso su vista en algún punto y se quedo, pensando.
-¿Y entonces?-
-Y entonces...-Continuó mirando el mismo punto. Hasta que me miro, como si se le hubiera prendido el foco. -También porque eres mi amigo.-
  No pude evitar sonreír. Creo que si estuviera de mal humor, ella podria levantarme el animo. ¿Cómo lo hace? Ni siquiera la conozco del todo, y siento que la quiero, no la amo, pero la quiero. Es una linda chica.
-Te amo.- Volvió a repetir. Yo la mire y asentí. Revolví un poco su cabello y me levante del sillón, antes de que también intente besarme.