Capítulo 1: Cicatrices

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"Que bonito día de otoño" recité en mi mente mientras mis manos lo escribían en el cuaderno. Era cierto,las hojas caían de los árboles y el viento soplaba con la suavidad de una pluma,un rastro de luz del sol atravesaba con calidez las hojas de los árboles. Posada encima de mi escritorio, miraba aquel maravilloso paisaje mientras anotaba en mi libreta escritos que yo misma fabricaba con una pizca de imaginación.

Me dí un valioso tiempo para seguir pensando,hasta que por desgracia mi mente se fijó en mi habitación. La cama estaba desecha,ya que lo único que había hecho desde que me levanté había sido contemplar aquel paisaje,un tiempo muy bien invertido. Te das el lujo de poder pensar con claridad,nadie ni nada te va a molestar.

Me baje del escritorio,dejé la libreta sobre la mesa y me dirigí hasta la puerta de mi habitación.Antes de cerrarla mire por la ventana y suspiré.

Recorrí el pasillo hasta la última puerta,era el baño,entre y cerré con suavidad. Mi mirada se posó en mi rostro a través del espejo,agache la cabeza e intenté sonreír,cosa que fué difícil. La añoranza se había apoderado de mi. Justo enfrente de mí,mirándome,desde el espejo sus ojos azules mostraban pena,su sonrisa ya no lucía como siempre,quería darme a entender que todo estaba bien,pero no lo estaba. Me quite poco a poco el pijama y me metí en la ducha. Gota a gota,todo estaba tan insólito. Vacío. El agua caliente bajaba por mi rostro como una cascada,mis manos cerraron el grifo y alcance una toalla para atarla por debajo de las axilas. Mis piés mojados andaron hasta mi habitación, pisando la cómoda alfombra del pasillo. Abrí el armario y saqué un vestido gris y unas medias,lo acompañe todo con una bufanda negra y unas botas altas. Bajé al piso de abajo donde se encontraba la cocina,no había nadie,mi padre estaría trabajando y mi hermano durmiendo. Saqué zumo de naranja de la nevera y lo serví en un vaso. Las galletas estaban en el estante de arriba,las baje y empece a desayunar. Mi mirada perdida en el vaso de zumo no ayudaba a despejar mi mente de recuerdos.

Odiaba recordar demasiado porque ella estaba ahí,mirándome,con sus brillantes ojos.A veces me aliviaba saber que no estaba sola,que ella estaba ahí.

Acabado todo,volví a subir a la parte de arriba a secarme y peinarme el pelo. Cuando acabe me lo recogí con una goma de pelo.

-Buenos días.-Saludo mi hermano levantando la mano.

Iba completamente despeinado,con solo la parte de abajo del pijama,cosa que no entendí,ya que hacía bastante frío.

Moví la cabeza en modo de saludo, camine hacía la habitación para recoger mi gabardina y mi telefóno móvil. Trote escaleras abajo y ví a mi hermano desayunando.

-¿Te vas?-preguntó mi hermano.

-He quedado con Juno.-dije mientras jugueteaba con mis dedos.-dile a papá que volveré para comer.

Asintió con la cabeza mientras comía unos cereales.

Salí por la puerta y me encamine a Michel's una pequeña cafetería que había en el centro de Lawrence,donde había quedado con Juno. Con cada paso que daba mi vista se iba fijando en los edificios antiguos,formaban parte de la história del lugar. Estaba ya cerca de la cafetería,donde a lo lejos podía divisar a Juno esperando en la entrada. Una chica rubia de pelo corto con ondulaciones, sus ojos de un azul intenso hacía que su rostro brillara con luz propia.

Llegué a la entrada y me dio un fuerte abrazo,que yo le correspondí.

-Por fin has llegado,llevo un rato esperando.-Sonrío vacilona.-Vamos dentro.

Pasamos dentro,donde nos sentamos en una mesa,me quité la gabardina y la puse en la silla. Mis manos inquietas se movían encima de la mesa.

Apareció una chica joven,para tomarnos nota.

-Para mi un café con leche,por favor-dijo Juno mientras la miraba sonriente.

-Yo un chocolate caliente,gracias.-dije mirando a la mesa,estaba distraída y no se porque razón.

Cuando se fue la camarera,Juno me miro preocupada y su sonrisa desapareció de repente.

-¿Te pasa algo,Hanna?-.Su tono era de preocupación.

-No,¿por qué?- mi mirada era indecisa y intente sacar media sonrisa.

-Te noto extraña. Sabes que puedes confiar en mí,somos casi hermanas.-dijo sonriendo y mirándome con compasión.

-No me sucede nada.-Mi voz tambaleaba pero seguía firme.

-No te preocupes,no te voy a agobiar. Pero sonríe un poco,no me gusta verte tan decaída.-Su sonido era cálido y su sonrisa era tierna.

Asentí y ella entendió el gesto.Cuando la camarera dejó lo que pedimos encima de la mesa,Juno abrió la boca para decir algo,pero luego la cerró pensando mejor lo que iba a decir.

-Hoy es el último día.-Dijo preocupada,pero sin perder la sonrisa.

-Lo sé,pero bueno...todavía queda todo el día por delante.-Empecé a sonar positiva,volvía a ser yo.

Un rato después,acabamos de bebernos lo que habíamos pedido.

-Me tengo que ir,he quedado con mi madre para ir a comprar.-Dijo mientras dejaba un par de billetes encima de la mesa.

Le sonreí y le dí un beso en la mejilla antes de que saliera por la puerta. Mire por la ventana y la volví a ver,caminando por la acera de enfrente,con andar firme. Cogí la gabardina y salí corriendo detrás de ella.

-Eh,espera.-dije gritando.

Iba cada vez más deprisa,cuando se giró y me di cuenta de que no era ella,mi rostro se volvió pálido y mi respiración se entrecortaba. Mis ojos se oscurecieron cuando ella me miró confusa.

-Perdona,¿nos conocemos?-dijo mirando hacía todos los lados.

-Lo siento,de verdad.Te he debido de confundír.

Gire sobre mis pasos y humillada fuí de camino a casa,con un paso rápido,atravesé los caminos de campo que había hacia mi hogar. El paisaje era anaranjado,mi sangre hervía y mis mejillas estaban sonrojadas. Mi corazón se partió en dos y mis ojos se humedecieron.De verdad creí que era ella,mi cabeza daba vueltas y mi vista se nublaba. Mi cabeza era un manojo de confusión y de repente todo se volví oscuro y esas sombras volvieron a achecharme.

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2016 ⏰

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