Cap 1. Perdido

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Desperté... Estaba obscuro, sentía frío hasta los huesos, no había nadie a mi alrededor, solo veía árboles, altos y frondosos árboles que se encontraban por todos lados a cuales volteara... Donde estoy?... Obviamente en un bosque... Que hago aquí?... Evidentemente no tenía idea... Dónde están los demás?... Para empezar, ¿cuáles "demás"? ¿había otros siquiera?... Y lo más importante... Quien demonios soy?!

No entendía que estaba haciendo yo solo varado en medio de un maldito bosque.
Estaba sentado en el pasto mojado por el rocío, llevaba unos jeans negros, y una sudadera color gris tirando a negro, la cual tenía arremangada hasta el codo, unos tenis color negro que estaban llenos de lodo, también llevaba pulseras, las suficientes para cubrir las evidentes cicatrices que tenia a causa de varios cortes que al parecer me había hecho.

Por fin después de analizar la situación y no encontrar explicación alguna, me levante y comencé a caminar, no tenía idea de donde estaba ni de a donde podría llegar, simplemente caminé como estúpido hasta poder encontrar algo o a alguien.

Me puse el gorro de la sudadera y me acomode las mangas para tratar de lidiar con el frío, metí las manos dentro de las bolsas delanteras de mi pantalón, donde sin darme cuenta antes, había un celular, lo prendí, y para mi maldita suerte tenía contraseña, solo pude utilizarlo para ver la hora, que por cierto, eran las 4:57 a.m.

Seguí caminando sin rumbo, con frío y medio adormilado, y cuando decidí por fin tomar un descanso, revisé el celular y ya eran las 7:27 a.m. quien diría que llevaba caminando 2 horas y media como idiota en medio del bosque ya cansado y que incluso ya hasta había llegado a una carretera, la cual se miraba abandonada y un tanto peligrosa gracias a que no tenía nada que la dividiera del risco que estaba un poco más adelante junto al bosque, en el cual puedes caer y morir con una rama atravesada en el pecho cortesía de los árboles secos y algunos picos afilados de árboles más frescos, que parecían obra del hombre el cual los había puesto ahí apropósito.

Silbe al asomarme a admirar la asombrosa distancia que había desde el borde del risco y aquellos árboles y picos extraños que había debajo de este.

Empecé a caminar por el borde del risco, como un niño lo hace en el borde de la banqueta, estaba retando a la misma muerte a darme un pequeño empujuncito para terminar de una buena vez.

De repente, escuche el sonido de un claxon, el cual me provoco un pequeño sobresalto y que casi hace que enserio me cayera. Cuando recuperé el equilibrio, me aleje del borde y comencé a reírme para mis interiores, y así burlarme de la muerte.

Cuando ví que la camioneta se detuvo, me sorprendió ver que bajo un chico como de mi edad, ¿qué persona tan fuera de su razonamiento conduciría una carcacha tan oxidada que se hace llamar "camioneta" por un rumbo en el cual estas firmando tu muerte?... El chico se me acercó, de lejos parecía ser alto y fuerte, pero al verlo de cerca, note que era unis centímetros más bajo y que su chaqueta hacía que se le viera bulto, pero en realidad parecía incluso más delgado que yo.

-. Hola -me saludo el chico, que, ahora que lo veía fijamente, tenía ojos color miel, cabello castaño y pecas que lo hacían ver adorable-. Te encuentras bien? Necesitas ayuda?

-. Estoy perdido -dije con un tono frío, y ni siquiera me tome la molestia de saludar- Sabes como puedo llegar a una estación de policía?

-. Jajajajaja -se empezó a reir, lo cual me molesto un poco-. Lo siento -se calmo- es que por aquí no hay estaciones de policías. Pero si quieres te puedo llevar al pueblo de aquí cerca, no hay policías, pero al menos no estarás aquí perdido... -me dedico una sonrisa, que muy al fondo me parecía tierna-. Ven, vamos en mi camioneta.
*En esa chatarra?! Que acaso nos quieres matar?!* -. Si está bien... -y lo seguí, subí a la chatarra un poco nervioso-. Sabes conducir?...

-. Jeje, claro... No te preocupes, paso por aquí todos los días para ir a trabajar.

-. Ok...

Encendió su "camioneta" y esta arranco, sin antes sacudirse provocando que me alterara más, comenzó a conducir, iba tan cerca del borde que me hacía temblar y arrepentirme de haberme burlado de la muerte hace unos minutos.

-. No te asustes -me dijo el pecoso- No vas a morir...

-. Si tú lo dices...

-. Por cierto... Cómo te llamas?

-. No lo sé -conteste serio-. Y tú como te llamas pecas?

-. Oye! No me llames así... -empecé a reír al ver lo gracioso que se veía haciendo puchero- Me llamo Daniel... Pero todos me llaman Dan o Danny, pero no "pecas"!... -siguió haciendo puchero- Y porque no sabes tu nombre? Tienes amnesia o algo así?...

-. Supongo, no tengo idea de quien soy o que estaba haciendo en ese bosque.

-. Oh... Ya veo... -se quedo pensativo- Si quieres puedes quedarte en mi casa, hasta que recuerdes algo...

-. No quiero causarte problemas...

-. No es problema, vivo solo, así que no tienes de que preocuparte...

-. No, en serio estoy bien...

-. Entonces donde planeas quedarte?

Buen punto... No había pensado en eso...

-. Ok, me quedaré contigo... -creo que estoy siendo algo arrogante-. Gracias por tu ayuda...

-. De nada... -me sonrió y siguió conduciendo durante otros 20 minutos-

-. Valla que esta algo lejos - llegamos a un pequeño pueblo, bastante pequeño de hecho- Hasta acá vienes a trabajar?

-. Sip -bajo de la carcacha y yo hice lo mismo-. Ven, necesito entregar algunas cosas... -tomo varias cajas grandes y pesadas-. Me ayudas?

-. Claro... -me paso una caja, la cual me sorprendió por lo pesada que estaba, creí que el pecoso era débil, pero solo parece, ya que el llevaba tres cajas, mientras que yo solo podía con una-. Oye... Esto esta algo pesado...

-. Así?... -se burlo un poco y siguió caminando-. Ven, es por acá.

Entramos a un negocio que parecía bastante viejo y que con un pequeño empujón se fuera a derrumbar.

-. Danny! -gritó desde adentro una señora gordita pero de cara amistosa, quien fue y recibió al pecoso con un abrazo-. Cómo estas pequeño? -me miró seria pero luego fue a recibirme también con un abrazo apretado-. Quien es tu guapo amigo?

-. Lo encontré en la carretera, tiene amnesia...

-. Oh pobrecillo! Espero que pueda recuperar su memoria pronto -dijo con las mejores intenciones-. Bueno, sigan con su trabajo...

Después de bajar todas las cajas, las cuales todavía no sabia que contenían, la señora le pago al pecoso y subimos a la chatarra para poder regresar a su casa.

-. Que había en las cajas?... -pregunté-. Estaban pesadas...
-. Dinamita.

-. Dinamita?! Estábamos bajando dinamita de esta carcacha y se la dimos a esa mujer que puede ser una maniatica?!

-. Oye! Estas siendo muy grosero... Mi camioneta no es una carcacha, de hecho cada semana le doy mantenimiento; esa "señora maniática" es mi tía, la única familia que tengo; y por último, deberías ser más amable y dejar tu actitud tan frívola y arrogante...

Cuando escuché salir esto de la boca del pecoso, quien parecía una persona débil y fácil de manipular del tipo que jamás dañaría a alguien, me sentí completamente estúpido...

-. Lo siento... -le dije-. No era mi intención ser tan frívolo y tan mal agradecido contigo...

-. Ya no importa... También me disculpo, no te debí decir esas cosas, después de todo, debes estar angustiado por tu amnesia...

El resto del camino se hacía eterno, no tenía nada que hablar con el pecoso, ahora, que se supone que debo hacer?...

Continuará...

Hola personitas! >///<
Espero que disfruten esta historia tanto como yo disfruto hacerla, quise hacer algo nuevo (aún seguiré con la otra historia "Mi hermano es gay" solo quise salir un poco de la historia para meterme en otra XD si lo se soy un completo desastre...

-Mina801

Estúpida Soledad (yaoi) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora