Capitulo 28.

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Chandler sonrió satisfecho, mientras observaba como Aaron se iba alejando hacía la oficina del director. Aimé me miró con odio y supe ahí, que la venganza llegaría tarde o temprano. Se fue con su grupo de amigas afuera de la cafetería. Chandler volteó a verme, la preocupación reflejada en sus ojos.

—¿Estás bien? Lamento no haber podido llegar antes.
—Si... Estoy bien... —murmuré por lo bajo.

Joshep apareció a su lado, sonriendo.

—Él es idiota de nacimiento.
—Oh, ¿en serio? No me había dado cuenta —dijo Chris sarcásticamente,
—¿Quieres terminar de comer para irnos? —me preguntó Chandler, omitiendo los comentarios de sus amigos.
—Está bien.

(...)

Luego de las clases, guardé algunos libros para poder estudiar para el examen que tenía mañana de biología y fui junto con Chandler hasta su auto para poder irnos a casa.

Una vez allí, él me tomó de la mano y entramos, siendo recibidos por Sr. Tuko, quien maullaba y se restregaba en nuestras piernas, agitando la punta de su cola en alto. El ambiente se llenó de las risas de Jazmin, quien corría siguiendo a Sr. Tuko. El gato la miró y comenzó a correr, mientras seguía maullando.

—¡Sr. Tuko! ¡Regresa! —Jazmin gritó, con una sonrisa plantada en su rostro.

Cuando pasó frente nosotros, Chandler la agarro entre sus brazos y la alzó sobre su cabeza. Jazmin gritó por la sorpresa.

—¡Chandler, déjame!

—Deja al pobre gato—rió.

Sonreí, viendo la escena familiar desconocida parami. Los maullidos volvieron, cada vez más cerca. Sentí como la bola de pelosclavó las garras en mis jeans y comenzaba a trepar por allí. Reí, mientras Sr.Tuko continuaba su recorrido por mi pierna. Chandler dejó a Jazmin sobre suespalda, haciendo que sus finas y pequeñas piernas abrazaran su torso. Jazminrió al ver al gato llegando por mi vientre y comenzando a trepar por mi abrigo.Yo no sabía que hacer, solo reía algo nerviosa.

—¡Gato malo! ¡Déjala! —gruñó Chandler .
—Quiero ver hasta donde llega —lo contradijo suhermana.

Sr. Tuko llegó hasta mis brazos, acurrucándose yescondiéndose entre ellos, ronroneando. Acaricie temerosa su lomo, mientraséste se arqueaba sobre mi mano. Jazmin aplaudió a gusto.

—Un día lo encontraremos plantado al techo —la vozde Cathy resonó en la sala, mientras salía de la cocina secándose las manos conun paño, sonriendo— Trepó la pared de alfombra que hay en la biblioteca. No sepodía bajar y gritaba como loco. ¿O no, Jazmin?
—Si. Papá tuvo que subirse a una silla parasacarlo.

Chandler la bajó, poniendo sus pies devuelta alsuelo.

—¿Tienen una biblioteca aquí? —pregunté. Jamáshabía visto la casa completamente.
—Si. ¿Te gustaría verla? —me preguntó ella.

Asentí con la cabeza sin vacilar.

—Chandler, ¿porqué no la llevas?
—Claro. Ve a dejar tu mochila a tu habitación.
—Vale.

Subí las escaleras y dejé la mochila sobre mi cama,aún sin soltar a Sr. Tuko. Chandler estaba fuera, en el pasillo, esperándome.

—Es por aquí —señaló hacía otra escalera para ir ala planta superior. Lo seguí, observando cada rincón desconocido.

Él me guió hacía una puerta doble en maderatallada. Sr. Tuko ronroneaba y aquel sonido resonaba por todos los pasillos deltercer piso de la casa. Chandler las abrió y encendió las luces, dejándome verlas muchas estanterías de tres secciones donde habían muchos, pero muchoslibros.>�)��e��<>


Sálvame (Chandler Riggs).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora