No, no hay mejor lugar que la azotea de un edificio, el tibio aire que golpeaba mi cara y hacia mi cabello volar pronto desaparecería, y aunque odiaba el verano por razones que no puedo explicar, su clima me agradaba. Suspire y me senté en la barandilla de aquel edificio. Observe los pequeños carros pasar, bueno tal vez no eran tan pequeños, pero la altura los hacía ver como pequeñas hormigas.
Suspire con tristeza, todo fue mi culpa. Fui yo quien causo el incendio en la escuela de monjas, al principio fue divertido, pero luego me expulsaron.
Estaba esperando a que mi nueva familia pasara por mí . La Señora Jones es la que estaba encargada de mi custodia mientras eso pasaba. Se preguntaran... ¿No tengo familia? El último recuerdo familiar que tenía había sido hace muchos años, yo solo era una niña, mis padres nos habían dejado a mí y a mi pequeña hermana de 6 meses en un orfanato. Yo tenía diez años, por lo tanto nadie quería adoptarme, los meses pasaron y se llevaron a mi hermana lejos de mí. Fue muy doloroso, a ella la habían adoptado y a mí solo me habían dejado abandonada.
Por un momento considere la idea de saltar desde aquella barandilla, librarme de mis problemas, escapar de todos aquellos que me hicieron daño en un pasado, simplemente no podía hacerlo. Pero es que tenía miedo, tenía miedo de romperme como la ultima vez, tenía miedo de romperme en mil pedazos y que nadie pudiera unir cada uno de mis fragmentos de nuevo.
Suspire, ya era hora de irme.
Llegue al departamento de la señora Jones, al entrar escuche murmullos y risas en el living así que me dirigí allí. Al llegar visualice a la señora Jones junto con una señora, un niño y un chico que parecía ser mayor que yo.
-¡Stepth! Ven aquí, ven a conocer a la familia Irwin. -Me mordí el labio inferior fuertemente mientras asentía, agache un poco la cabeza. ¿Por qué la tierra no me traga en este mismo momento? Pensé.
-Vamos querida preséntate. -Me dijo la señora jones mientras sonreía.
-Hola, soy Stepth. -Dije mientras levantaba la vista.
-Hola linda, yo soy Karen. -Dijo una señora un poco alta, sus ojos eran verdes y transmitían felicidad. Debía comportarme ¿No? Si debia hacerlo.
-Mucho gusto señora.
-Oh no linda llámame Karen. -Asentí y mire al castaño que tenia al frente, era de tez pálida y unos lindos ojos cafés.
-Hola yo soy Darret. -Me dijo mientras sonreía.
-Yo soy Stepth ¿Cuántos años tienes pequeño? -El frunció el ceño y me miro molesto. ¿Y a este qué?
-Yo ya no soy pequeño, tengo estos. -Dijo mientras me mostraba seis dedos. Solté una pequeña carcajada y le di un beso en la mejilla.
-Pues mucho gusto Darret. -El pequeño sonrió, y fije mi vista en el otro chico, debía tener unos dieciocho o diecinueve, su cabello rubio caía en rizos y cubría un poco sus ojos, llevaba una remera negra con las siglas en blanco de "All Time Low" y unos pantalones negros un poco apretados. A decir verdad era un chico muy guapo.
-¿Ashton? ¿Qué no saludas? ¿Dónde están tus modales? Saluda a Stepth. -Dijo Karen.
Mi mirada se encontró con la del rizado, y por un momento me sentí intimidada ante su fría mirada. Mierda no le caigo bien, lo menos quería era tener un enemigo... En mi nueva familia.
-Hola. -Dijo antes de dirigir de nuevo su mirada al teléfono. -Mamá, Darret. Los espero en el auto.
¿Es en serio? ¿Por qué tenía que ser así?
-Discúlpenlo, el todavía no acepta que Stepth se mude con nosotros. Queroda solo dale un poco de tiempo te aseguro que tecaerá bien una vez lo conozcas - bufe mientras apartaba la mirada.
-No se preocupe, mejor voy a buscar las maletas. -Susurre.
(...)
Si lo que sucedió en la sala fue incomodo créanme que no quieren saber cómo fue el viaje en auto. Ashton no paraba de hacer comentarios sarcásticos, así que mi humor se fue de mal en peor. Este chico me sacaba de mis casillas.
En ese momento nos encontrábamos cenando todos en el comedor, debo admitir que Karen es una buena Chef. Respecto a mi habitación, no sabía si podría acostumbrarme a despertar en una habitación más grande que la sala de mi antigua casa.
-Stepth, cuéntanos de ti ¿Cuál es tu helado favorito? -A decir verdad no tenia un helado favorito, asi que solo dije lo primero que se ocurrio.
-Chocolate y menta. -Dije mientras sonreía
-¡Ya basta mamá! ¿En serio crees que esto funcionara? ¿Crees que serás mejor persona solo por adoptar a una huérfana? ¡Que bajo has caído! Vamos todos saben que solo le tienes pena, además...-Ashton fue interrumpido por su madre, que al parecer estaba muy molesta.
-¡Silencio! Solo... ¡Cállate! ¿Crees que debe ser muy fácil perder a tus padres para luego tener la ilusión de tener una nueva familia? ¡Y que tú se los arruines! Estas castigado.
-Pero mamá, no puedes castigarme por culpa de esa...
-Silencio, Ashton, estoy muy decepcionada de ti.
-¡Tengo dieciocho años no puedes hacerme esto! -Gruño con furia.
-Si mientras vivas en mi casa. -Subí corriendo las escaleras, no podía soportar esto. Me recoste en la puerta de mi habitacion, sabia que no funcionaria, yo no encajo en ninguna familia.
-Deberías irte pronto-Levante la vista bruscamente, Ashton.
-Déjame en paz. -Me levante decidida hacia mi habitación pero unas manos me sostuvieron fuerte por la cintura ¡Maldita sea!
-¿¡Quieres dejarme en paz!?
-¿En serio crees que mi madre te querrá? Solo siente lastima de ti.
-Déjame en paz. -Sollocé, el me soltó y caí al piso, seguí sollozando en el piso, quería que el dolor que oprimía mi pecho al recordar a mis padres desapareciera. Dios se supone que ya podía manejar el tema sin alterarme, pero sus palabras me herían y mucho.
-Estas llorando. -Susurro.
Lo mire e intente levantarme pero volví a caerme.
-¿Estás bien? -Susurro.
-¡Ahora te importa! -Gruñí entre sollozos.
-¿Todo está bien? -Pregunto Karen subiendo las escaleras.
-No, nada está bien. -Dije antes de entrar a mi habitación. A veces me pregunto ¿Por qué sigo viva? ¿Qué fue lo que hice para merecer esto? Mi único error fuer nacer, mi único error fue tratar de mezclarme con los demás.
En la noche Karen había entrado a mi habitación para decirme que al día siguiente tenía que ir a las clases, con Ashton. El único beneficio es que podía usar la ropa que quisiera, ya que en la escuela de monjas no me dejaban hacer prácticamente nada. Después de clases tendría que ir a una peluquería, y a visitar a mi amigo Mark. En la peluquería teñiría mi cabello y en casa de Mark, pues el había hecho mi primera perforación, está ubicada en el ombligo, la hice allí con la intención de que las monjas no la vieran. Pero ahora yo no estoy con ellas, así que la siguiente perforación seria en la oreja.
No dormi casi nada pensando. Vivir en la misma casa que Ashton Irwin seria la tarea más difícil que nunca hubiera hecho. Y no por Karen o por Darret, el problema es el.
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Desde la oscuruidad de otros (Ashton. Irwin.)
FanfictionUna chica una vez me dijo que tenía que ser cuidadoso al intentar de arreglar a una persona rota. Puede cortarte con sus pedazos rotos.