Prólogo - Skittles

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Conoces ese sentimiento de estar cayendo, cuando se te revuelve el estómago y te sientes levemente mareada. ¿Lo entiendes? Bien, ahora multiplica ese sentimiento por un billón y sabrás lo que se siente caminar por las puertas del instituto para mí todos los días.

"¿Por qué?" Te preguntarás. Bueno, porque apenas entro, todos me miran -observan fijamente, en realidad...

Ahora, no soy alguien que deslumbre por su belleza, te lo aseguro. Soy el ejemplo de promedio, con un aburrido cabello color castaño y pálidos ojos azules, sin mencionar mi cuerpo semejante a un palo y callada personalidad.

Tacha eso, completamente silenciosa.

Los chicos del instituto solo me observan porque soy, probablemente, la única chica aquí que no se preocupa en absoluto por cómo me veo o qué visto. De hecho, ese día estaba usando un calentador, una chompa y mis cómodos Converse. Oh, y no olvides mis lentes, grandes y negros.

Triste, lo sé. Pero ese era el punto.

Verás, yo solía ser popular, lo creas o no. Pero, todo eso cambió el verano pasado...

-Mira, esa ha vuelto.

-¿Parará alguna vez?

-Esa cosa es tan patética.

Saqué más cabello de la capucha de la chompa, tratando de evitar que me vean la cara. Pero conocía las reglas: capuchas y gorras fuera durante las horas de clase. Normalmente, odiaba esa regla cuando usaba capuchas, y hoy no era ninguna excepción.

El usual gris de las paredes y los casilleros a juego eran casi claustrofóbicos, afortunadamente el instituto había instalado techos de vidrio para darle un toque más abierto. Y para ahorrar en luz durante el día. Siempre me ha gustado cuando llueve...

-Bien, bien, aquí estás de nuevo-. una voz muy familiar siseó. Miré atrás de mí, notando una figura que odiaba incluso más que las reglas del colegio. Especialmente desde que ella era la excepción a estas.

La única Ashley Power.

Su apellido la describía a la perfección pues ella prácticamente mandaba en el colegio. El Sr. Power -su padre- era el director del Colegio Lakeview, el mismo en el cual estaba parada en este momento. Era la típica cheerleader de secundaria. Alta, rubia, ojos azules, y extremadamente popular.

Decir que no nos llevábamos bien era una subestimación.

Antes de que pienses de que todos en esta escuela son ejemplos de estereotipos, déjame explicarte una cosa. Para mí, los únicos estereotipos son los populares, especialmente desde que había sido una de ellos en algún momento. Suena cruel estereotipar a personas que conoces -bueno, conocías- pero lo hacía para evitar recordar que fueron mis amigos.

No es como que dé voz a mi opinión.

-¿Me escuchaste?-. escupió Ashley, sacudiéndome fuera de mis pensamientos. Solo asentí silenciosamente. Sus dos sin nombre, teñidas de rubio, rieron como completas idiotas. Me tomó todo mi esfuerzo no reaccionar -como siempre.

La verdad es, que me asustaban. Mucho más de lo que crees posible.

La gente empezaba a formar un círculo alrededor de nosotras, poniéndome más nerviosa, como un rascacielos altísimo en medio de las nubes. Las rubias dieron un corto paso atrás, dándole espacio a Ashley para su tan increíble dosis de abuso diario.

-¿El gato se te comió la lengua?-, preguntó, dando un paso más cerca.

Click. Clack. Click. Clack.

The Bad Boy Taught Me To Fight (TRADUCIDA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora