—¡Hemos llegado!
Los cantos que se escucharon en todo el camino cesaron para ser reemplazado por chillidos de alegría y después por una estampida de niños saliendo de los autobuses, internándose al área verde y extensa llamada Campamento Whitman.
Entre la estampida de niños, un adolescente desciende del autobús número 3 y toma dos maletas de entre el pequeño montículo de las mismas. Se reúne con otro chico idéntico a él y los niños que están a su alrededor, que, de hecho, no están para nada obedientes.
—¡Tyler, deja de pincharme el trasero! —habla el mayor de los gemelos, arrebatando una tachuela de las manos del niño—. Me encargaré de revisar tu maleta cuando lleguemos a la cabaña. —Le advierte. El pequeño solo ríe ante su dedo acusatorio, lo que provoca que este ponga sus ojos en blanco, provocando la risa de los demás.
—Sí, encárgate de ellos, Jackie —le ordena mientras pasa dos bultos por sus brazos para arrojarlos en sus hombros—, iré a buscar los silbatos y esas cosas —palmea el hombro de su gemelo, dejándolo con aquellos revoltosos.
"Los silbatos y esas cosas" son algo así como las identificaciones de la cabaña y útiles para los consejeros. Este es el segundo año en el que a los gemelos les toca ser consejeros, por lo que el chico ya sabe donde ir.
Al entrar saluda a unos cuantos de sus compañeros consejeros y toma dos silbatos del colgador. Le llama la atención una pequeña raya rosa en su silbato, pero ésta no está pintada, es una papel envuelto. Preguntándose quién y por qué lo habrá dejado allí lo desdobla, dentro de este hay un escrito.
Bienvenido, Jake :-)
No le da importancia, así que la arroja al suelo y busca lo que le falta para dirigirse a la cabaña.
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Camping Girl | Libro I
Teen FictionUn campamento de verano es el escenario perfecto para muchísimas cosas: Conocer gente nueva o encontrarte con gente conocida; reforzar tu potencial en deportes o en otras cosas; divertirte con el sufrimiento de otros o pagar las consecuencias por el...