1.- El hoyo.

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Mi despertador sonó 5 minutos tarde, desde entonces sabía que mi día no iba ir bien, después de un rato peleando conmigo misma porque quería seguir durmiendo, me dispuse a levantarme y apagué el estruendoso sonido de mi despertador. Corrí directo a la ducha, no me tardé lo habitual ya que disponía de menos tiempo, tomé un vestido cualquiera de mi armario y me puse mis tenis preferidos. Me colgué la mochila en la espalda y baje las escaleras con poca cautela, dando pisadas fuertes y rápidas; entré a la cocina y vi a mi hermano mayor recargado en la barra del comedor tomando jugo de naranja, parecía jugo de naranja... ''Por qué no me llamaste?'' le dije algo alterada, le había pedido la noche anterior, de favor que me despertara si yo sola no lo hacía. ''Lo olvidé. Además no es mi problema.'' Intenté combatir mi instinto asesino hacia el y respiré hondo. ''Vale, nos vamos? llevo prisa'' Me apunté la muñeca como si tuviese reloj, sólo para aligerar el ambiente. ''No usas reloj'' Le respondí con una sonrisa, y dejó su vaso en el fregadero.

Hablamos de cosas usuales en el camino a mi competencia de béisbol, en el que yo era la primera que debía jugar, siendo la líder no puedo llegar tarde. El béisbol es algo importante para mí, sobre todo después de la muerte de mis padres. Ellos fueron quienes me impulsaron en mi pasión por este deporte, y ahora que estoy a punto de llegar a ligas mayores no puedo tener ninguna falla, por más insignificante que sea, mi hermano dice que debería tomarlo más a la ligera y disfrutarlo. Pero si hago algo como eso, en un descuido, podría perder mi oportunidad y realmente quiero llegar a ser importante en algo. Ya que no soy buena en muchas cosas, creo que compenso todas mis desventajas con lo buena que soy jugando béisbol, mi hermano me dio el sermón de siempre ''Debes aprovechar cada momento como si fuese el último'' "Si te la pasas pensando en que pasará en el futuro no disfrutaras tu presente"

Me puse los audífonos con mi música preferida, le subí todo el volumen, me gusta tener el volumen alto con los audífonos puestos. Así, no puedo escuchar ni mis pensamientos y salgo de la realidad por un momento. Cuando llegamos a la avenida principal de la ciudad, había mucho tráfico vehicular. Mi hermano no dejaba de gritar cosas que yo no escuchaba, pero seguramente eran majaderías. Me reí de como se desesperaba tanto por algo así, pero en cuanto me reí sentí una sacudida fuerte. Miré a Daniel y me dijo algo que no escuché, me quite los audífonos y me desabrochó el cinturón, seguido del suyo dijo ''Baja del auto'' Obedecí y  bajé, guardé mis cosas en la mochila y en cuanto  estuve fuera del coche volví a sentir una fuerte sacudida, como un sismo. No entré en pánico en seguida, sé controlarme bien... Daniel se acercó a mi y me tomó de la mano, como si fuera una niña pequeña, quise quejarme pero sabía que no era momento, me guiaba al frente, todas las personas hacían lo mismo. Bajaban de sus coches y seguían la dirección en la que iba mi hermano. Escuché a los policías gritar y usar sus silbatos, y pensé que eso sólo hacía que la situación pareciera peor de lo que era. Al dar vuelta a la esquina, y entre las personas (Que no eran muchas) que iban donde los policías indicaban, pude ver un montón de personas que se amontonaban alrededor de algo ''Por favor den un paso atrás'' ''No se acerquen demasiado'' era lo que los policías decían. Mi curiosidad no tardó en hacerme querer saber qué había ahí. Disiparon a las personas de alrededor y miré a Daniel suplicante. En cuanto lo miré dijo ''No.'' el siempre sabe lo que estoy tramando, aunque jamás había renunciado nunca a una petición que hiciera. A menos, que fuera una petición imposible de cumplir, claro está. Así que ideé un plan en unos segundos. Fingí tropezar y me agaché, me escurrí entre los pies de las personas que caminaban en multitud, unas cuantas me pisaron las manos, dolió y me quejé, pero realmente me lo merecía, estaba siendo rebelde, llegué hasta donde estaba el hoyo. Un hoyo enorme. De unos 8 metros de diámetro o más, tenía escombros en toda su orilla. Estaba sorprendida, parecía realmente profundo, como hecho desde el centro de la tierra hacia arriba ya que no parecía un simple cráter, como los de meteoritos. Eso era el origen de las sacudidas.

 Me acerqué un poco más, cuidando de no tropezarme, y escuché a mi hermano mayor llamándome, pero parecía más lejano de lo que estaba. Intente girar mi cabeza para mirarlo y hablarle pero no pude, y la voz no salía de mi garganta. Pude ver con mi visión periférica, a mi costado derecho, a un policia acercándose ''Aléjate lentamente, es peligroso que estés tan cerca...'' Un nuevo temblor se sintió, el agujero se hizo más grande y yo caí, rodé y me raspé todo el cuerpo con las varillas sueltas y el concreto agrietado, quise gritar pero nada salió, un simple susurro. Busqué desesperadamente algo de qué sostenerme, pensé que iba morir, pude tomar la punta de una varilla y quedé colgando en el centro del hoyo; intenté subir, pero no podía sostener mi peso y la varilla parecía no poder soportar todo mi peso haciendo presión sobre ella.

Estaba asustada, y no sólo por la considerable profundidad del hoyo, si no porque escuchaba sonidos extraños y no estaba segura en ese momento si era mi paranoia por estar a punto de morir o si realmente había alguna criatura emitiendo sonidos así. Sonaba como serpenteo de serpiente, pero muy extraño, y distorsionado. Como si el horror de estar a punto de caer al vacío no fuera suficiente.

Sentía que bajaba cada vez más, que la varilla tarde o temprano iba salir disparada junto a mi al fondo del hoyo, pensé muchas cosas, en que la última conversación con mi hermano mayor, mi única familia, había sido una discusión. Y todo por ser tan testaruda. Por desobedecerlo estaba en esa situación. Pensé en que jamás pude cumplir mis sueños, y también pensé en que si moría me reuniría con mamá y papá. Aunque sería injusto dejar a Daniel solo, el tampoco tiene a nadie mas que a mi, nos tenemos el uno al otro. Escuché las sirenas de una ambulancia y alguien estaba dando indicaciones como "Un poco más adelante, más, más. ¡Ahí!" Mi hermano gritaba cosas, pero no podía escucharlo, mis brazos empezaban a cansarse y no podía más. "Resiste, no caigas, vamos a ayudarte!" Decían los policias. Pero había puesto ya todas mis fuerzas. En un último y estúpido intento por escalar la varilla me impulsé hacia arriba, pude sacar la cabeza y me sostuve de un pedazo de concreto a punto de desmoronarse, creí que duraría lo suficiente para dejarme subir, pero en cambio, apenas puse mi cuerpo sobre éste se cayó. Pude ver la cara de espanto de Daniel antes de caer segundos después...


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