2.- Ellos.

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El ambiente se sentía húmedo y caliente, yo estaba sudando y no podía abrir los ojos. Podía escuchar lo que pasaba a mi alrededor. No sabía exactamente dónde me encontraba, el último recuerdo que tengo es borroso "¿Me habré golpeado en la cabeza?" Pensé. Quise mover mi mano para levantarme pero por más que intentaba no podía hacer ningún movimiento, estaba asustada, no sabía que hacer. Creí que ya había muerto y estaba por entrar en el cielo... o al lugar donde la gente que muere va... Intenté hablar pero también fue inútil; se escuchaban pasos a lo lejos, y sonidos extraños que jamás había escuchado. Los pasos se acercaban, alguien estaba llegando a donde yo (o mi cuerpo) yacía, pensé que estaba teniendo una pesadilla y me encontraba desesperada. Sentí una mano escamosa recorrer mi rostro, me estremecí y abrí los ojos de golpe, mi garganta se sentía como si hubiese estado seca por meses, tosí unas cuantas veces, me dolía todo el cuerpo y sólo pensaba en eso y en... "¿Daniel?..." Al no obtener respuesta miré a mi alrededor, no había nadie. Y lo más espantoso no era eso, el lugar parecía sacado de una película de horror, todo era tierra y granito, oscuro, tan oscuro que no podía ver ni mi nariz, como una cueva, pero cien veces más tenebroso, escuché una respiración cerca de mi "¿Daniel?" me puse de pie, intentando no hacer ruido, no sabía donde estaba y si algo malo había pasado, si alguien estaba acechándome, no querría emitir sonido alguno. Eché un segundo vistazo al lugar donde me hallaba, vi un brillo extraño, una luz que tenía forma, se movía para abajo y hacía arriba, enmarcaba una forma que parecía... humana. Ahogué un grito cuando un extraño ser apareció de pronto ¡Apareció ahí! me lleve las manos a la boca y para mi sorpresa...

-Eh...- ¡Y además habla! Al verlo bien, me di cuenta de que tenía rasgos de humano, y también de reptil, su piel debatía entre ser completamente verde y ser de una tez como la de cualquier humano, no tenía cabello, en cambio, escamas, en los lugares donde su piel era más humana tenía unas cuantas escamas. ¿Sería un experimento del gobierno? mi expresión de horror no era para nada discreta; el sonrió -¿Te asusté? Lo siento, no era esa mi intención...-
-¿Q..-que...?- Las palabras no salían de mi boca, debí verme tan estúpida. Quería preguntar qué demonios era y porqué lucía de esa manera, deseé estar soñando, -que alguien me pellizque, por favor.- dije en mis adentros. Lo hice, me pellizque y solté un sonido de dolor muy bajito que me sorprende que haya escuchado.
-¿Qué haces?- Ahora él es el que luce extrañado.

-Uhm... Qué eres?-

-Eso fue grosero, no soy cosa. Soy un ser viviente y con sentimientos.- Posó la mano sobre su pecho, fingiendo estar herido. -Me llamo Eren, tú debes ser Elizabeth.-

-¿Dónde estoy? ¿Y QUÉ eres tú? ¿Que pasó? Todo es tan confuso...-

-Ten paciencia, niña. Ellos te contaran todo lo que quieras saber.

-Ellos... quienes?

Se quejó y escuché un estruendoso ruido detrás de mi, me giré para observar que producía el sonido y vi algo que me sorprendió un poco más que la invisibilidad de Eren, una puerta se formaba sobre la pared de piedra y de la puerta, salían dos criaturas iguales a Eren. Con apariencia humanoide y con escamas. Se acercaban a nosotros con cierta rapidez.

-¡Elizabeth, querida!- Dijo el más alto y robusto, abriendo los brazos hacia mí. Me quedé callada, no sabía que responder y quería respuestas.

-Eren, te he dicho o no que no le dirigieras la palabra a la chica?
Eren se encogió de hombros. Se vieron a los ojos seriamente tanto que quise chasquear mis dedos frente a ellos, pero no lo hice.

-No me malinterpretes- Me dijo a mi. -Eres especial, y necesitamos que nadie ni nada te moleste en tu estancia aquí debajo.

-¿A que se refiere? ¿Puede explicarme que es lo que pasa? Porque no entiendo nada...

-Con calma, primero que nada. Me llamo Samuel, soy un amigo cercano de tu padre, aunque hace tiempo que no sé nada de él. Así que, como está?- Me lo pregunto tan entusiasmado que casi sentí pena por él.

-Mi padre murió cuando tenía 8- El recuerdo del suceso ya no me dolía tanto, los extraño, pero había aprendido a vivir con ello. Sin embargo no podía evitar mostrarme algo afligida. -Y no, no recuerdo algún Samuel. Lo siento.-
-Qué problema... Tendré que explicarte todo desde el principio.

-¿Todo?

-Sí, del porqué te tuvimos que traer aquí, para que te necesitamos etcétera etcétera.

-¿Ustedes me hicieron caer aquí? ¿Cómo?

-Esa es la parte divertida de este recorrido.- Sonrió como si hubiera contado un chiste divertido, yo estaba muy seria.

-Acaso no te sentiste atraída por el hoyo?

-Bastante...

-Ahí lo tienes.

-¡Pude morir ahí!- recordé el pánico que sentí en ese momento y la expresión en el rostro de mi hermano mayor. Estaba un poco enfadada, a pesar de no conocerlos, quería gritarles y exigirles. Pero me contuve.

-Pero no lo hiciste.

Eren rió

-¡No es gracioso!- Señor, quiero respuestas. -Dije dirigiéndome a Samuel, el ahora, amigo de mi padre.

-No me llames señor, que me siento más viejo. Vamos, sígueme. - hizo una seña con su mano para que lo siguiera, luego le susurró algo en el oído al tipo que venía con él. En cuanto terminó volvió a la enorme puerta de antes, y salió sin decir nada. Me acerqué a Samuel y nos dirigimos al otro lado del lugar, que parecía tan enorme, a lo lejos se veían túneles, 3 o 4. Me encaminó al túnel derecho, Eren detrás de nosotros.

-Eren ¿No tienes otras cosas importantes que hacer?

-No gracias, padre. Prefiero quedarme.
Noté una cierta tensión entre ellos, no quise intervenir. Eren lucía incomodo, pero aun así quería quedarse en mi "recorrido" Me pareció algo extraño, pero es su problema, no el mío.

Yo aún estaba un poco nerviosa, necesitaba respuestas, y no tenía nada más que el nombre de dos criaturas extrañas. Todo es tan confuso.


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⏰ Última actualización: Oct 24, 2015 ⏰

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