El olvido

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Soy Carla, tengo 16 años, pero ante mi apariencia física parezco de 20, tengo un exceso de ojeras para alguien de mi edad y más rota el alma que de lo acostumbrado de una chica como las que e visto, mido más de lo normal (1.72) y tengo dos hermanos, ambos más grandes que yo, vivo con mis padres, que me lo dan todo y a la vez no me dan nada, vivo en una ciudad de vidrios rotos y faroles a baja luz, perros que ladran y se escucha hasta en tus sueños, y una luna que me acompaña todas las noches, voy a un colegio llamado los Artos conocido por el gran talento que poseen los alumnos, en el cual no destacaba yo; habían chicos deseados para todas las chicas y chicas deseadas para todo los chicos, no se si estaba bien en ese colegio, todas poseían bellos cuerpos y grandes talentos, yo creía en el placer de la belleza del ser, de su alma, belleza que pocos entienden.

Llevaba dos meses en este colegio y me sentía como un limón entre manzanas, sentía que mi vida era un caso para echar a la perdición, crecer era lo que más quería o tal vez no haberme cambiado de colegio, cualquiera de las dos me hubieran matado al igual, no tenia escapatoria.

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Antes de salir de camino al colegio, empaque todo con afán y deje un par de mordisco en el pan sobre la mesa, corrí hasta no más poder hasta llegar a la gran entrada de Artos, corrí hasta el salón y me senté en el último puesto, el profesor nos pidió sacar el cuaderno de notas, abrí mi maleta y encontré todo lleno de libretas y libros para universidad, claramente era de uno de mis hermanos, sin más que hacer arranque una hoja de la libreta y saque un lápiz y empecé a escribir y fue hay donde entró, entró la chica que daña mi suerte, mis alegrías, una chica llena de belleza por fuera, pero de un veneno amargo por dentro, todos la querían o la adoraban tal vez por miedo al que pudiera hacer, ella destruyó mi vida una vez, y estaba segura que lo podría hacer otra vez, ella y aunque duden era un demonio con nombre de ángel "Angeline" sonrisa perfecta y cabello hermoso, pero para mi era una criatura con falta de amor o tal vez dañada por tanto dolor, ella se encargaba de crear un desfile o una fiesta a su honor, y de pisotear a quien no la quiera sin importar nada, de hay parte mi historia y de ella parte el sin fin de laberintos que una vida puede causar, o más bien o mejor dicho un demonio puede convertir.

Hoy era el día de alumnos nuevos o intercambios, pero no me preocupaba ni verlos ni conocerlos, en mi curso o salón entraron 10 chicos( 4 mujeres y 6 hombres) Angeline con su cara sonriente habló por el curso pero antes de que todos se sentarán entró un último chico, su nombre era Ángel, todas las chicas se le quedaban viendo sin quitarle un ojo de encima, después de un momento Angeline se paro y le ofreció un puesto al lado de ella, esa clase y sin más que hacer me quedaba mirando hacia la ventana con un poco de melancolía, cuando de repente alguien se paro a mi lado.

-Ahora que haces ?
Sin duda era el maestro.
-Refrescaba mi mente
-Ahora hazlo afuera.

Me pare del puesto y mi mochila la colgué sobre el espaldar de la silla, de camino me topé con una chica hermosa a su manera, la salude con la más bella sonrisa que salía de mi boca y ella igual hablamos por un rato y antes de salir al descanso fuy corriendo hasta el salón donde no había nada más que mochilas sobre el piso y alguna que otra colgada, cuando caí en cuenta no le pregunte el nombre a la chica ni en que curso iba, no me despedí ni me presente.

El salón cerrado, me puse a buscar sobre el colegio a mi maestro, al final al fondo en los jardines encontré a Angeline con Angel me escondí sobre una mata y oi su charla.

-Angel tienes novia
+No, y tu ?
-No, pero hay un chico que me encanta.
+ y se podría saber quien?

Ella se inclinó y le dio un beso en la mejilla y le dijo
Uno que pronto será mío.

Ante tal escena sólo pude evitar reír de un amor tan espantoso, era una declaración absurda, para mi el amor era más que eso, y vi como este chico miraba a angélica y me causaba curiosidad por que en su mirada no había rastro de nada, era absurdo decirlo pero era la única mirada que no podía descifrar.

Fue hay cuando sentí una mano sobre mis hombros, me di la vuelta y vi a uno de los chicos que había llegado me di la vuelta y me senté sobre un césped y el a mi lado estiró su mano
-Mucho gusto, soy Drian.
+ Mucho gusto Carla
-Que haces aquí escuchando conversaciones
+No seas atrevido, quien dijo que hacia eso.
-Tal vez fue la risa de mentira que sale sobre las curvas de tu boca.
En ese momento no pide evitar poner mis manos sobre la boca y soltar una risa.
- Ahora sabes por que lo digo.
+tal vez sea así, pero aún no te digo que si
-AUn no me dices que no. Ven te invitó a caminar, quieres ?
+Que sea una caminata rápida.

Me llevó hasta un árbol que había junto a donde tomábamos el refrigerio la pasamos ese día juntos, y no nos dimos cuenta que había pasado el tiempo y dejado pasar todas las clases de un momento a otro cogió mi mano y me paro, me digo Preparada!!! Y salimos corriendo, corrí como nunca no pude evitar colocarme roja, llegamos a la entrada del salón el soltó mi mano con suavidad y me dio un beso en la mejilla y me digo suerte, empujó la puerta y entró y yo detrás de el, pude sentir las miradas de todos ante los dos y como nuestras caras poco a poco se colocaban rojas.

Tome asiento y el lo puso junto a mi, abrí la mochila y encontré todo roto y lleno de comida y una pequeña carta que decía
"No te descuides... Att: Angeline"
No pude evitar mirarla con ganas de matarla, había dañado los papeles de mi hermano, cuando Drian me rapó el papel y lo lleno, se acercó a mis oídos y me digo
"La venganza es dulce ". Me reí y vi como Angeline nos miró a matar.

Al borde de ser un angelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora