El Secreto

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La nieve había cubierto toda la calle y en los árboles ya no resplandecían esas hojas verdes, brillantes y relucientes.

Bathsheba entró en casa, tenía frío y sus hombros estaban cubiertos de escarcha cristalina. Llevaba un libro en las manos que alcanzaba los seis centímetros de grosor, por el color de sus hojas parecía ser un libro antiguo, de, aproximadamente hace unos doscientos o trescientos años de antigüedad.

Bathsheba era una chica de pelo marrón, bastante largo y unos ojos verdes que inspiraban confianza.

Estudiaba "Bellas Artes" en Finlandia, en la universidad de Helsinki, tenía 22 años, y aunque estudiase en Finlandia ella era de Berlín (Alemania).

Sus padres estaban divorciados desde hacía ya unos 20 años, cuando ella era muy pequeña, y no se acordaba de él. Y fue un año después cuando ella y su madre se fueron a vivir a Finlandia, y, hasta la fecha, ella seguía viviendo con su madre, a la que apreciaba mucho.
Annabeth Lehner, la madre de la muchacha, tenía 45 años y era profesora de alemán e inglés en un colegio privado de Helsinki, pues siempre le había gustado enseñar idiomas, al igual que a ella le enseñaron en sus tiempos tantos idiomas como dedos tenía en una mano.

Bathsheba
07 de enero
Me desperté y miré el reloj, ya eran las siete de la madrugada, tenía sueño, pero si no quería llegar tarde tendría que levantarme. Bostecé y por fin me levanté. Me vestí y luego fuí a desayunar con mi madre, me lavé los dientes y luego hice lo que hacía todas las mañanas.

Me dirigía a la universidad en el autobús cuando de repente vi algo extraño, no sé cómo explicarlo pero me pareció ver a un niño que pedía mi ayuda, lo increíble es que nadie más se dio cuenta.

-No le daré importancia-pensé-seguramente será alguna de esas alucinaciones que tengo cuando leo algún libro de esos extrañísimos.

Llegué por fin al campus, donde había muchísima gente y allí me encontré con mi mejor y única amiga Alessia Calasse (su nombre se debe a qué era italiana) y estudia la misma carrera que yo.

Entramos en clase, y allí nos encontramos a nuestro profesor Jukka Katainen, que a mi me recordaba al baterista de mi grupo de música favorito (Nightwish) y, además también se llama como el, que quede claro, por cierto, que es un grupo de metal sinfónico, que es lo que más escucho, ya que la mayoría de canciones de otro estilo de música no me suele gustar.

-Señorita Kleinman, señorita Calasse-dijo Jukka-Siéntense.

Cuando me fui a sentar vi a alguien que no recordaba haber visto nunca en esta clase.

-Les presento a Dimitri Ivanov- sacó al centro de la clase al chico-viene de San Petersburgo y va a estar este curso con nosotros.

No se de qué, pero ese rostro y nombres me resultaban familiares.
Me parecía atractivo, pero yo ya estoy reservada para otro Dimitri (Dimitri Belikov).

-Hola, soy Dimitri, y como podréis haber deducido por mi nombre y acento soy ruso.

Parecía simpático, pero no os fiéis, porque con el tiempo he aprendido que no hay que juzgar a las persona por su aspecto.

Tenía el pelo castaño, aunque no muy oscuro, ojos azules (preciosísimos) y unas cejas pobladas en punta. Iba muy bien peinado, llevaba una camisa y unos pantalones negros (que por cierto me encantaba) y unos zapatillas de deporte grises con algunos detalles blancos.

Cuando acabaron todas las clases del día me volví a montar al autobús y me puse a escuchar música, (que es lo que hago siempre), y al final llegué a casa a mitad de una canción de Epica.

Al entrar por la puerta de entrada vi una nota de mi madre:

"Hola cariño, me ha surgido un imprevisto y tardaré un poco, te he dejado la comida preparada en la cocina, yo luego voy. Te quiere: Annabeth"

Me puse a comer, tenía brócoli, (mi comida favorita), se ve que mi madre ha pensado en mi.

-Hmmm.... Brócoli, se me hace la boca agua.

Mi madre tardó en llegar, mas no me preocupé, porque esto ya había pasado otras veces cuando yo todavía era más pequeña.

A las 16:30 o así, por fin llegó, le pregunté que por que había tardado tanto, pero ella me ignoró y cambió de tema.

-¿Por qué siempre cuando te pregunto haces eso?
-¿Hacer el qué?
-Pues lo de ignorarme y cambiar de tema, me pone de los nervios...
-Yo no hago eso...
-Al menos admítelo-le dije un tanto enfadada.
-Bathsheba, te-te tengo que decir algo, pero todavía no es el momento.
-¡Cómo que no es el momento!
-¡Te digo que no lo es! Y ahora discúlpame, pero tengo que ir a hacer cosas más importantes que discutir con mi hija.-y con esa última palabra dejó por zanjada la conversación.

Me pasé toda la tarde pensando en qué era lo que mi madre escondía y al final decidí llamar a mi queridísima amiga. Se lo comenté, y cuando acabé de hablar, de repente colgó el teléfono, dejándome con algunas palabras en la boca. Entonces me empecé a hacer más y más preguntas:
¿Es que ella sabe lo que mi madre esconde?
¿Cuál es la razón por la qué todos me mienten?
Luego me entro sueño de tanto pensar y al final me metí en la cama después de un largo día de sorpresas.

08 de enero
Al despertarme, a la mañana siguiente, encontré una carta sobre mi escritorio, era una carta de mi madre en la que, lógicamente, había escrito un mensaje:
"Quedamos a las 17:00 en el restaurante "Lamoche" una vez estemos comiendo, te lo contaré todo".
-Por fin-pensé.-Al final, después de tanto misterio, ¿me lo contará?

Después de ir a clase, cuando llegaron las 17:00, salí de casa y me dirigí a donde mi madre me escribió en la carta.

Cuando llegué, vi que mi madre ya estaba sentada en una de las mesas.

-Y bien...-dije-¿Qué es lo que tan intrigada me tiene?

Nota de autora:
Bueno, este capítulo, sé que es un poco aburrido, pero os prometo que los siguientes capítulos son mejores.
Os agradecería que votaseis la historia y comentaseis.
Besos de Natipachi_estival


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