En un mundo extraño

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-¡Al menos dime que está pasando!-respondí yo.

-Luego te lo cuento, pero ahora no hagas ruido.

-¿Pero por qué?-dije agobiada-por favor, al menos dime quiénes son estas personas.

-De verdad, Bathsheba, te prometo que en cuanto estemos en un lugar seguro te lo contaré todo.

-Está bien.

-Bien, ya se han ido. Ven por aquí, conozco un lugar seguro.

Así que la seguí. Pronto llegamos a una casa pequeña en medio del bosque. Entramos en ella, donde se encontraba un hombre, bastante atractivo por cierto, más o menos de la edad de mi madre.

-Bathsheba, ya es hora de que conozcas a tu padre.-Dijo mi madre. Este es Christopher Lowell, tu padre.

De repente se me escapó algo que prefería no haber dicho.

-Oh Dios, ¡qué bueno estás!-así que en cuanto me di cuenta me tapé la boca con la mano derecha, con la esperanza de que no me hubiera oído. Pero no fue así.

-Muchas gracias, aunque tampoco hay que exagerar.

Pero me puse tan roja que no pude responder.

-Mas no estamos aquí por eso, así que pongamonos a trabajar- añadió mi madre.

-Hmm...Y...¿Que se supone que tenemos que hacer?

-Estamos aquí porque tú eres una de las personas seleccionadas para salvarnos. Jeunto a ti también estamos Christopher, Alessia, Dimitri y yo, hay más, pero no los conoces.

-Pero... Yo no conozco a ningún Dimitri.

-Pues deberías, se supone que va contigo a la universidad.

-¡No me digas que él también es de aquí!

-Bueno... No exactamente, en realidad la que es de aquí es su madre -dijo Christopher/mi padre al cual acabo de conocer.

-Así que, ¿también puede venir aquí gente que no ha nacido en este mundo?

-Pues... claro, qué pensabas, ¿qué no se podía?-respondió mi madre algo extrañada de mi pregunta.

-Bueno...-contesté.

-Nos estamos yendo del tema y como no nos pongamos a trabajar, no estaremos preparados.-Dijo Christopher.

-Ah, sí -respondió mi madre-. Pero primero llamemos a los demás.

Justo entonces vi a mi madre meter la mano en una especie de... ¿bolsillo? (la verdad es que no pude diferenciar lo que era) y sacó lo que parecía un duende volador, a quien le susurró al oído unas palabras en otro idioma. Sí no entendí mal las palabras eran "Shajesitê fasheitê", (cosa que, sinceramente, a mi me pareció una especie de conjuro), en ese momento ese ser extraño salió volando rápidamente de la humilde casita en la que nos encontrábamos.

Aproximadamente 10 minutos después, (calculé yo), llamaron a la puerta y mi madre fue a abrir.

-Ya estamos.-dijo una voz masculina proveniente de la puerta.

-¿Está aquí?-preguntó una segunda voz.

-Sí-contestó mi madre

En ese momento me dirijí hacia esa voz para decirle:

-¿Qué está aquí quien?-dije, pero entonces vi a Alessia y a Dimitri.- Bueno, ya no hace falta que respondas, porque ya lo veo.

-Hola Bathsheba-dijo entonces Alessia.

Alas de ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora