Ensayo en el salón de la Opera

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-Atención a todos los bailarines, enseguida ensayaremos los solos. Señorita Seulement, si nos hace el favor.

Debo admitir que madame Ivana es muy dura, no quiero decepcionarla.
Me coloco en posición, esperando el inicio de la música.
Mi voz interior me dice que no hay vuelta atrás, es ahora o nunca, tienes que demostrar quien eres Vie, me exige. No tengo margen de error.

La música comienza a sonar e inunda mis oídos, nos volvemos uno y me dejo llevar, bailo como si mi vida dependiera de ello, como nunca antes; aún así me siento libre, como cada vez que me calzo las zapatillas y comienza el vals. No puedo evitarlo, mis pies se mueven sin necesidad de ser dirigidos, y se siente bien, realmente bien.

He cerrado los ojos sin darme cuenta, estoy inmersa en mi propio mundo donde la música y yo somos lo único que existe.

Y...se acabó, la música se ha detenido; abro los ojos poco a poco, para encontrarme con todos y cada uno de los presentes aplaudiendo con largas sonrisas en sus rostros. El orgullo y la felicidad me superan y no logro retener las lagrimas, es cuando madame Ivana se acerca con una mirada de orgullo que dedica a pocos y te hace sentir que todo valió la pena, es en ese momento que se que realmente ha sido perfecto.

- Vie Belle Seulement, ¿Sabes por que haz logrado bailar tan bien?

Mi lengua se ha hecho de piedra y solo logro negar con la cabeza.

- Tu mi pequeña niña, haz bailado con el alma y eso es lo mas hermoso que una bailarina puede aspirar a ser. Hoy...eres la flor mas bella de todo el jardín.

Recopilando estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora