"Ella"

124 3 0
                                    

Un día como cualquier otro, una chica llamada Keith, estaba sentada al lado de su ventana mirando el cielo, aquel día tenía una enorme sonrisa al ver dos niños jugando, aún así con ese día oscuro, lleno de relámpagos y  una llovizna molesta, se divertían... cosa que los adolescentes perdían a medida que iban creciendo, cuando los niños se marcharon, ella seguía mirando por aquella ventana, y observaba los pájaros volando por aquella ventana; siendo tan libres como el aire y las flores con sus bellísimos pétalos y sus colores que le llenaban su alma de pureza y alegría pero ella se preguntaba demasiadas cosas en aquel momento para detenerse a observar fijamente la belleza que la naturaleza le entregaba, entre una de aquellas preguntas que pasaban en su cabeza estaba: ¿Como es posible que en la niñez uno no sufra tanto? se supone que uno a medida que va creciendo ya no tiene problemas y todo es trabajo y estudio, eso era lo que se creía aunque quizás con el toque de alegría, pero ahora está claro que no es así... pasando a su personalidad, era rara, introvertida, algunas veces alegre, pero en su habitación ella era otra, extrovertida, pensativa, apasionada, a la vez insoportable y creativa.

Su físico no era el mejor, ojos marrón claro y rasgados, cabello ondulado y castaño, su color de piel era un blanco con su toque rosa, su estatura era de 1.55 y para tener 16 años no era lo máximo pero seguía así, sin cambiar nada de ella, era perfecta para si misma y para algunas otras personas.

Los demás la veían de una forma que ella no pensaría: "Tierna, cariñosa, respetuosa, sincera y tolerante" pero lo que más destacaba era su bondad y simplemente su sinceridad aunque doliera pero así era

Algunas veces llegaba a ser apasionada y se encariñaba fácilmente pero presentaba su confianza con el tiempo y pocas personas lograron ver su alma al desnudo pero algunos de esos les daba igual y se marchaban pero eso hizo que Keith eligiera un poco mejor a los que la rodearían por el resto de su vida

Llueves, vienes, sabanas y dormimos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora