|VenusSentía una luz molesta chocar contra mi rostro, tallé mis ojos y los abrí. Frente a mi había un hermoso a amanecer, mi primer amanecer.
—Buenos días, Señorita Wayne.— Escuché al viejo desconocido.— Ya pronto llegaremos.
Dirigí mi mirada hacia abajo y ahí estaba una ciudad inmensa a mi parecer. No sabía si reír o llorar, simplemente deseaba que Matt hubiera estado aquí conmigo. ¿Él estará bien? Debe cumplir su promesa, dijo que vendría por mi. De un momento a otro sentí el cambio de movimiento brusco de la avioneta, estaba aterrizando donde al parecer era un campo. La avioneta tocó por fin tierra y el viejo salió de esta para ayudarme a abrir la puerta.
—Bienvenida, Señorita Way...
—Venus.— Le interrumpí.— Mi nombre es Venus.
—¿Lo es? —Dijo en tono sarcástico pero al ver mi mala cara, se detuvo.— Es ahora cuando nos despedimos. Adiós, Señorita Way... Lo siento, Venus.
El viejo se dispuso a subir de vuelta a la avioneta...
—¡Espere! —Una vez arriba, me miró.— ¿Qué hay de Matt? ¿Él está bien? —El viejo se echó a reír y yo lo fulminé con la mirada.
—Disculpe, pero parece ser que no conoce a su hermano.
—¿Mi hermano?
—Tan sólo vea lo que hay en el sobre y siga las instrucciones.— Observé el sobre que sostenía con fuerza contra mi pecho como si mi vida dependiera de ello, aunque creo que esa frase si aplica literalmente.— Hasta pronto, Venus.
Y ahí estaba yo, una chica cuya edad, nacionalidad e historia desconozco, en un lugar desconocido y sola. Suspiré, mirando la avioneta que me había traído ya a lo lejos.
—Gracias.— Susurré mientras miraba aquella avioneta a muchos metros de distancia. Una vez que desapareció de mi vista, miré a mi alrededor. Parecía un campo cualquiera a las a fueras de la ciudad. —¿Y ahora? —Murmuré comenzando a caminar vacilante, ¿esto era seguro? ¿Cómo es que debería de saber...? — El sobre.
Me hinqué sobre el pasto para así ver el interior del cobre cómodamente. Adentro habían muchas cosas, una bolsita de tela roja cerrada con un lazo, otro sobre más pequeño algo voluminoso y algunos papeles, entre ellos, una hoja doblada a la mitad, empezaré con ella. La cogí con mis manos y me quedé viendo a mi muñeca, por primera vez la veía sin estar conectada con un cable, por primera vez respiraba aire puro y el sentir el césped bajo mis rodillas era de alguna forma agradable. Era verdad, era libre. Sonreí, por primera vez sonreí con felicidad, finalmente dispuesta a leer la hoja.
Si estás leyendo esto, seguramente ya estás en un lugar seguro. Hay muchas cosas que quisiera decirte, pero para ello necesito tiempo, por ahora tan sólo puedo asegurarte que desde este momento eres libre. En algún momento nos veremos, te lo prometo, así como te prometí que te sacaría de este lugar a salvo. En el lugar en el que ahora estás hay personas que pueden ayudarte, una de ellas te estará esperando. Es un amigo de confianza, no temas de nada mientras estés con él, piensa en él como si fuera yo, ¿de acuerdo? Algún día nos veremos, pequeña.
Con amor, Tu hermano.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Libertad, ¿en verdad soy libre ahora? Guardé aquella carta dentro del sobre y me dispuse a ver el resto. Saqué una hoja más y pasé mi mirada en ella, tenía mi foto y algunos datos.
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Stranger | Bill Kaulitz
FantasiaSangre, llanto, el sonido de los instrumentos quirúrgicos, murmullos en un idioma desconocido para mi, todo aquello era parte de mi día a día. Aún tengo dando vueltas en mi cabeza la misma pregunta, ¿cómo he podido sobrevivir hasta ahora? Lo único q...