-Eu, dale, ya son las 12.
-No jodas pendeja
-Dale pibe, ya mismo te vas a laburar.
Se pone la remera de los redondos, sus championes viejos, y ajusta su riñonera. Quien sabe cuanta cosa tendrá allí.-Bueno, me voy, dame un beso al menos para parecer que nos queremos. -Dijo mientras se reía-
-¿Por qué no te morís?-Necesito la casa sola mañana si podes... Vienen unas amigas. -Dijo mirando para abajo.
-No calentas la misma cama por dos noches... -Le dije mientras hacía el desayuno.
-No me vengas con frases de los redo que sabes que me podes cuando te mandas esas forradas. Toma plata y salí por ahí.
-¿A donde queres que salga en este pueblo fantasma? Si no hay nada! .
-Si, ya se, solo quería ver tu cara mientras decía que salgas. -Se ríe.
-Lamentablemente yo veo tu cara de pelotudo siempre.
-¿Te vas a ir o no?
-No.
-Esta bien linda, no pasa nada... Las llevo a otro lugar.
-Ojalá ese lugar sea lejos y no vuelvas -le dije haciéndole una guiñada.
-Ojalá vos fueras menos hincha huevos, ¿pero vos viste como es la cosa no? No todo se puede en la vida. -Me da un beso en la cabeza y se va cantando "Pero dos que se quieren se dicen cualquier cosa"...
Hace años vivimos juntos, la gente nos llama pareja. Nosotros nos llamamos enemigos. Lo conocí cuando yo tenía 14 años, él tenía 19. Yo vivía del rock, él era un ricotero que te dejaba sin aliento. Frío como la nieve, lindo como la luna, su sonrisa era algo increíble. Su misterio me atrapó, jamás lo terminé de entender. Me dice pendeja desde que lo conozco, yo le digo pibe. No conocemos el amor... O quizás esto es amor. Nos vinimos a vivir a este pueblo lejano, solo, acá se respira soledad y se exhala angustia. ¿Mis amigas? Quién sabe... La última vez que las vi dijimos que no importaba la distancia, íbamos a estar juntas siempre. ¿Los amigos del pibe? Nunca tuvo. Él siente cierto amor por la soledad, me enseñó a vivir solo conmigo, sin depender de nada ni nadie. Jamás lo critique, era su forma de ver la vida... "Un corazón no se endurece porque sí".