Conducía tranquilamente a quien sabe qué lugar, dejando que mis primas y hermanos me indicasen dónde ir mientras bromeamos.
Recorriendo la avenida principal, cantábamos tan fuerte como nuestras gargantas nos lo permitían, y al callarme un momento, escuché un grito en el asiento trasero, que me estremeció e hizo que detuviera en ese instante el auto y mirara hacia donde creía provenía aquel grito... ¿Y Federico?
- ¿Dónde está Fede?
- No se... Escuche su grito entre nuestras voces y, cuando me di vuelta a ver qué le sucedía; él no estaba- Mi hermana estaba enfrascada en sus pensamiento. Me reincorpore, y mirando por el retrovisor, observe que en el camino recorrido se encontraba la ropa que Federico llevaba puesta.
- ¿Qué mier...?- Habló Valentina que al parecer vio lo mismo que yo.
No teníamos la menor idea de que había pasado, pero retomando lo que hacíamos antes de ese extraño suceso, arranque el auto...
Al cabo de un rato, en el que seguía conduciendo, pero esta vez en un silencio de entierro, que fue interrumpido por un segundo grito procedente de la parte trasera, y vi como Jane miraba hacia el asiento vació a su lado, antes ocupado por mi hermano, volví a mirar el camino recorrido y estaba exactamente igual que como cuando paso con Fede, sus pertenencias yacían en la carretera, y en el ambiente se sentía una gran consternación y desconcierto...
-¿Que está pasando?- Se oía a Martina con una voz temblorosa.
-No sé, pero quiero que deje de pasar, me asusta. Mucho.-Estaba tan nerviosa y preocupada... ¡Mi hermano desapareció de un momento al otro!- Jane, ¿Estás bien? ¿Qué paso con Joaco?
Ella no respondió, pero aún así seguimos el camino, pensando que podría haber pasado...Luego unas horas que seguíamos en la ruta, vi por el retrovisor que Jane se agachaba a recoger algo del suelo, pero no le di importancia hasta que ella exclamó mi nombre suplicando que me detuviera...
-Miren...-Ella miraba llena de miedo el piso del auto, que las tres que íbamos adelante nos volteamos a ver, y estaba dañado casi completamente, dejando ver el asfalto.
-Chris! Chris! Christina!-Sentí nuevamente el llamado de Jane y la mire- ¡Se atoro mi pie en el piso! ¡No lo puedo sacar!
Al instante en que le estaba por responder algo, vi como su cuerpo desaparecía...Ya no resistiría...
Lloraba a más no poder. No entendía que estaba pasando. Ni siquiera podía ver bien a causa de la gran cantidad de líquido en mis ojos.
-Chris, vamos- Valentina hablaba como si nada hubiera pasado, como si no le afectara que parte de nuestra familia hubiera desaparecido de la nada. Martina, en cambio, que cargaba un bello bebé que no me había percatado que venía con nosotros, me miraba con ojos tristes.
Seguimos el camino hasta llegar a otra ciudad, bastante oscura, y Valentina, al pasar por una calle desconocida, hizo que detuviera el coche frente un callejón, lleno de vagabundos que bebían junto a mujeres no muy decorosamente vestidas.Tratando de no prestar atención a los comentarios provenientes de estos, ingresamos por una puerta de hierro negra, al traspasarla había una autentica oscuridad, y de repente sentí mucho cansancio.
(...)
No sabía cuánto tiempo había pasado, solo que al despertar me encontré a Martina y Valentina diciéndome que me apresurara en salir, y así fue... Salimos corriendo del callejón, pero al mirar atrás vi como Valen era acorralada por un grupo de vagabundos y mujerzuelas, y quise volver, pero escuche su grito diciendo que siga, no le preste atención y quise ir por ella, pero algo en mis pies me lo impidió, no podía ir...Cuando menos me di cuenta, desapareció, y todos a su alrededor se sorprendieron de inmediato; corrí hacia el auto y en cuanto Martina llegó con el niño en brazos arranque lo más rápido posible para ir a casa...
No sabía muy bien que había pasado, tenía una pequeña idea de porque habían desaparecido, y si es lo que creo, tenía que ver con lo que habían hecho esa noche, aunque parezca extraño, y les dije que estaba mal, no obstante no me hicieron caso... Supe en cuanto las vi a las marcas que habían salido en las palmas de las manos de los cuatro desaparecidos que no era nada normal, como una erupción o algo así, si no que era todo lo contrario, y lo había visto veces anteriores, cuando Valeria, mi mejor amiga, y su novio quisieron hacer lo mismo que mi, ahora, difunta familia, y les sucedió lo mismo. Les aparecieron marcas después de jugar ese horroroso y macabro juego, y luego, al día siguiente ellos ya no estaban, y todos creyeron que habían huido. Pero no. Algo más grande se los llevo. Tal vez alguien. A causa de que lo retaron. Y ese fue el mayor error de sus vidas, y del que ahora en más no dejare que nadie lo cometa, porque yo fui testigo de ello, y no dejare que nadie más cometa el fatal error que llevo al desasosiego eterno de gente inocente que solo buscaba una forma más hilarante de divertirse.