No esperó para estamparlo contra la pared de aquel estrecho y oscuro cubículo, agarrando sus piernas y haciendo que rodease sus caderas con estas, mientras que sus labios recorrían toda porción de piel que sus ojos divisasen. El chico castaño sobre él, jadea cuando siente las manos de su compañero subir desde sus muslos hasta su trasero, el cual aprieta y acaricia conforme su lengua traza su surco de saliva por su moreno cuello.
- Espera... -Logra articular entre suspiros placenteros y suaves gruñidos. Se baja de las caderas del rubio y le sienta sobre la tapa bajada del retrete, dejándose caer de rodillas frente a él y desabrochando su pantalón con un leve deje de desesperación.
Una vez abierto el botón, sus manos se dirigen a sus piernas, las cuales aprieta y acaricia a la vez que su boca baja la cremallera de los vaqueros ajenos. El mayor baja las manos hasta la cabeza ajena y con una de ellas agarra su mentón, dedicándole una suave y pícara sonrisa la cual el ajeno comprende de inmediato, terminando de abrir su pantalón y observa con detenimiento el miembro escondido tras el bóxer de Mark.
Este no tardó en ser liberado tras unos cuantos besos sobre la tela y fue directamente a parar a los rojos y abultados labios del menor arrodillado frente a él. Succionaba, lamía y acariciaba con los dedos la parte de su miembro que no entraba en su boca.
Pasados un par de minutos, Mark tiró suavemente del cabello ajeno dirigiendo la mano a su propio miembro y comenzando a mover la mano con rapidez, ayudado del joven que lamía y succionaba sus testículos, terminando por correrse entre sus propios dedos los cuales fueron a parar a la boca ansiosa del pequeño frente a él.
-Genial... -Murmuró el chico de pelo blanco que acomodaba sus pantalones cómodamente con una sonrisa satisfecha en los labios.- ¿No crees que deberíamos volver?
El castaño sonríe con sorna, sintiéndose alagado por el comentario anterior y se levanta con lentitud, murmurando apenas unas pocas palabras.
-Deberíamos. -Y con una sonrisa de oreja a oreja, sale del cubículo para arregla sus despeinado cabello, castaño recién teñido.
-¿Vamos? -Pregunta el mayor tras él, el cual palmea su trasero y apoya la barbilla en su hombro, comenzando a murmurar palabras para que se diese prisa.
''-¿Te crees que no me doy cuenta? -Pregunta entre sollozos el chico de menor edad, agitando las manos hacia su cabeza y comenzando a golpear su sien con el dedo índice.-
-¡Ya te he dicho...! -Responde el chico frente a él, negando rápidamente con la cabeza.
-¿Qué me has dicho? -El castaño finalmente le dio un empujón al adverso, el cual no sirvió de mucho de nada, pues este no retrocedía.- Jackson, se acabó. Si vas a seguir así no quiero estar contigo.
-Bien, pues se acabó...
El mencionado se puso su camiseta y agarrando su teléfono, salió de la habitación seguido unos minutos por la chica y le dedicó al castaño una disculpa. El castaño negó, con una leve sonrisa y unos segundos después, escuchó la puerta de su apartamento cerrarse con fuerza.
Jackson y Bambam ni siquiera llevaban una relación seria. El menor siempre quiso intentar algo, pero el que fallaba siempre fue el chino, siempre prometiendo cosas que nunca cumpliría. Le dijo que intentaría, con un poco de tiempo, llegar a querer al menor. Jackson traía a alguien nuevo al piso en el que residía acoplado con Bambam, todos los fines de semana. Aún habiendo hablado con el tailandés sobre dejar de llevar tanta gente, por el hecho de que aparte de ser su casa, le dolía escuchar desde su habitación al chino tirarse a una persona completamente desconocida unos minutos después de haber estado con él.
Al parecer Jackson pensaba que el menor no escuchaba sus fuertes gemidos tras una pared de casi cartón, que creería insonorizada.
¿Para qué comerme más la cabeza? Se murmuró a si mismo el pequeño, pateando con suavidad la pata de sofá sobre el que acabó boca abajo con el teléfono en la mano, rebuscando entre sus contactos a su mejor amigo.
-¿Sí? -Se escuchó la voz ronca y adormilada del mayor tras la línea, al parecer lo había despertado.-
-Hyung... ¿te apetecería quedar esta noche? Para ir a tomar algo. -Le propuso intentando sonar lo más alegre posible.
El silencio tras la línea a excepción de una respiración pausada, le advirtió que el mayor se había quedado dormido de nuevo.
-Mark... -Le llamó soltando un suspiro.-
Después de haber discutido un rato sobre aquello y la hora, el menor de ellos se encaminó a la ducha terminando de invitar al grupo. Aquella noche terminó en el baño con Mark''
A la mañana siguiente despertó horriblemente adolorido, tanto en cuerpo como en alma al recordar como había terminado con el Chino la tarde anterior y como había acabado haciéndole un favor a Mark en el baño de la discoteca.
Ya eran las 2 de la tarde cuando recibió un mensaje de sus amigos, preguntándole de salir aquella tarde a casa de Mark para pasar el rato, por lo que aceptó enseguida, un dolor de cabeza y el corazón roto no le quitaría la diversión en casa de su hyung...
''-Oye, Bam... -No tenía palabras para describir sus sentimientos entre gemidos y jadeos. No podía haber elegido un momento mejor para decirlo.-
El menor, de espalda a él, se arqueaba suavemente cada vez que el miembro ajeno le embestía con fuerza, agarrando la mano del castaño que reposaba al lado de su cabeza.
-Te quiero, dios... -Murmuró el mayor terminando finalmente en un suave gruñido, observando como el de menor estatura y pelo blanco se acomodaba boca arriba para abrazarle y dejarle descansar en su pecho.''
-Tramposo... -Murmura Jaebum dejándose caer sobre el sofá de la sala, observando con una mueca como Youngjae escondía el último trozo de pizza tras su espalda para evitar un repentino robo de su comida mal ganada.
El chico de pelo castaño y rostro aniñado se deja caer sobre sus rodillas en el suelo de parqué perfectamente limpio y brillante, soltando un cansado suspiro y apoyando la cabeza en el hombro del rubio junto a él, el cual observaba el frente perdido en el rostro del chico que le había derrotado.
-Deja de hacer eso... -Murmura Bambam viendo subir y bajar la nuez del mayor cada vez que Youngjae le daba un bocado a la pizza.-
-¿Eeh? -Pregunta al escuchar el susurro ajeno en su oído, separándose un poco al ver su rostro tan cercano.
Ambos se quedan observando durante unos segundos y el primero en levantarse es Mark, dirigiéndose a la terraza seguido del menor.
-Aah, que gusto que empiece a hacer frío. -Murmura el más alto sentándose en una de las sillas de madera alrededor de una mesa.-
-Bueno... ¿Qué tal lo de Jackson? -Pregunta el mayor sentándose frente a él y subiendo una pierna al sillón para apoyarse en esta.
-Pues terminamos ayer, supongo que será algo normal que esté así.
El rubio le observa fijamente, soltando un suave suspiro y se levanta para sentarse a su lado.
-Está mejor ahora... -Murmura apoyando una mano sobre su muslo y haciéndola ascender lentamente.
El menor le observa extrañado, tragando saliva. Nunca dejarían de revolverle el estómago estas situaciones junto a Mark. La mano sigue subiendo, sin prisas, haciendo que Bambam entrecierre los ojos al sentir un suave escalofrío recorrerle. Aprieta su muslo y se apoya en su hombro...
-¿Quieres quedarte esta noche?