Blinded

Salón 696

Era la fiesta de fin de año todos olvidaron rápido lo que paso hace 1 mes, pero ella no. Como puedes olvidar la pérdida de alguien especial en tu vida, la pérdida familiar y la pérdida del amor que a de albergar en tu cuerpo. Era imposible, duro, Devastador eh inexplicable ¿Como rellenar ese espacio vacío?

Cuando las personas se van no te enseñan como olvidarlas y eso era lo que este cuerpo andante, somnoliento necesitaba en este instante

Dicen por ahí que un clavo no saca otro clavo. Esta vez si y ese clavo se hacer llamar odio.

Los pasos apurados de los estudiantes se dirigían a la salida del instituto. Todos afuera. La alarma de incendios fue activada. ¿Quien habrá sido? ¿Habrá sido ella?

Por supuesto que si. Todo hiba perfecto. Desacuerdo al plan.

Sus sandalias hacían un sonido contra el suelo que rebotaba por todos los pasillos de aquel sitio estudiantil ahora vacío o al menos eso creía ella. Lo buscaba por todos lados.

Lo vio dirigirse con una chica por los pasillos solitarios directo a un lugar fijo. Una sonrisa se dibujo en su rostro. Todo descuerdo al plan.

Lo buscó minutos largos, minutos eternos y lo encontró.

Perfecto.

Salón 696

Se detuvo en seco viéndolo tan normal, tomando sus cosas, limpiando sus desechos sexuales que estaban esparcidos por el suelo blanco, arreglando su traje oscuro limpiando aquel beso color carmín de sus labios y desechando a la basura aquella prenda femenina de color rojo.

Siendo el vil perro faldero de siempre.

-Asqueroso..- Susurro-

La puerta se abrió de golpe dejando ver esa figura femenina, aquel cuerpo muerto en vida, llevaba un vestido negro y unas sandalias cerradas del mismo color, cabello hasta los hombros negro, su cara estaba sería una expresión extraña para la personalidad de esta chica tan viva. Ojeras, llanto marcado en ella. Odio. Eso era. Traía con ella escondida hábilmente un arma, una pistola, un silenciador...

El pelinegro se sobre salto acabando de abrochar su camisa manchada de dios sabrá que. Mala idea no haberte marchado como los demás, sus necesidades sexuales valían mas que su propia protección, increíble, grave error confiar en el placer sexual ¿Pero donde estaba su concubina?

Ah ella lo sabía.

-Croock...- Dijo bajando un poco más su vestido cubriendo una leve parte del arma- Es tarde, no haz escuchado la alarma ¿no es así?

La expresión del chico no fue muy grata la verdad, ella odiaba que la miraran con cara rara. Camino unos pasos procurando de que su arma no fuera descubierta colocándose de lado al basurero de salón de clases.

-Lo se - Dijo Croock un poco incómodo. La tensión se sentía alrededor de los objetos nada saldría bien de aquí eso hasta el lo presentía.

-¿Pero eso era más importante no? Que tan cómoda es la mesa de este salón -Preguntó con una risa irónica- Ya sabes.

-Jeje.. No se de que hablas... Na...,- Interrumpió ella acorralándolo en la mesa estirándose lo suficiente para tomar un pequeño bisturí-

-Quieres comprobarlo- Su voz seductora, su vestido ajustado mezclado con su aire sexual activaron los sentidos de Croock al instante .

Lo único que se escuchó después de esto fue el grito desgarrador de Croock, su mano era atravesada por el filoso bisturí, estaba atrapado y inmovilizado por una mujer armada. Ella río con malicia y clavo un poco más el bisturí deleitándose con los chillidos del pelinegro.

-Eres un cerdo, no respetas la muerte de Cyndi y ni obstante a ello te quieres cargar a su mejor amiga la cual es tu hermanastra- Bramo ella. Se alejó lo suficiente de el y con porte firme y decidido esperó cualquier movimiento de el como era de esperarse el susodicho solo pudo recurrir a lanzar botellas de vidrio que  hacia ella, estos ataques fuero nulos. Sacando la pistola. Apuntó directo a la cabeza de él, el espanto de Croock era palpable en su rostro y su postura decía más que las palabra que trataba emitir

-Que carajos haces Na..

-No dejares que digas mi nombre en tu sucia boca. -Gruño apuntando nuevamente-

-Oye no! ¿Que carajos hice yo?

-Y aún te lo preguntas, destruiste mi familia, tu y tu perra.

-Perra?

-La perra de tu madre

-¿Que dijiste? -Los intentos de Crock de sacar el bisturí de su mano eran en vano de todos modos si pudiera lograr sacarlo de desangraría sólo le quedaba estar ahí esperando lo peor, sus lágrimas caían a mares, no ah causa del dolor si no más por la impotencia de no saber exactamente que hizo estaba en otro planeta aun no podía creer esta situación.

-Si, la perra de tu madre. Asi o más claro- Volvió a decir la femina- Crees que es muy divertido ir matando gente como si nada, ¿eh Croock?

-Que carajos dices ¿Acaso estas loca?- Grito. Ya desesperado un herido Croock.

-O Croock, la mataste, mataste muchas cosas y no lo sabes, pobre... -Burlona imitó el tomó de un bebé mientras se reía de pelinegro. Eso sólo hizo que Croock se enfadará aún mas.

-Yo no mate a nadie Estas loca mujer! -

-Yo sabía que eras un error para ella, sabía que no debí dejar que ella fuera a MI CASA cuando te estabas hospedando en ella sabía que le arias mal, sabía tantas cosas pero no hice ni dije nada sabes por que?!- Sus gritos eran tales que retumbaban en cada rincón del instituto pero estaban tan solos que ni sus sombras les acompañaban. Rodeo la mesa tomando ahora unas tijeras y clavándola en la mano derecha de Croock- Porque ella era feliz, Cyndy era feliz!! -Los gritos de Croock fueron desgarradores, si antes no podía hacer mucho ya no podrá hacer nada.

Sonrió, sonrió de la forma más sádica que jamás lo había hecho, las cosas estaban saliendo como lo tenía planeado como Cindy lo hubiera querido. Retrodecido lo suficiente hasta el basurero sacando de el el sujetador usado de color rojo y encaje negro.

-Y si te preguntas que pasará con la chica con la cual estabas hace rato... - Apuntó nuevamente a la cabeza del chico. Y lanzándole en la cara el sostén dijo:

Huele eso bien Croock será la ultima vez que lo huelas. Será la última vez que esa perra deje sus prendas por doquier.

Bang. Río.
Bang. Río
Bang. Huyó.

Quien te salvara de tus pecados ahora Croock.