Algo de comer~

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Samuel nunca fue un hombre muy amable ni siquiera le gustaba convivir con gente que no fuera la que estaba impresa en los billetes que robaba con cada soborno y extorsión que recibía de sus clientes/victimas. Ni siquiera meterse con la misma mafia lo hizo reconsiderar el irse de la ciudad para conseguir un momento de paz para su vida, ya que de hecho nunca la tenía.

Llego a tener varios achaques de ira durante su trabajo, incluso llegando a casi matar accidentalmente a su chofer...

Se vio obligado a entrar a un baño público en el centro de la ciudad para poder tener un rato de tranquilidad en un lugar donde nadie ni siquiera los vagabundos se acercara a molestar.

Aquella tarde había sido de lo más extraña para el hombre, sin embargo no sabía que pronto las cosas se pondrían mucho peor...

-Hey, hola... ¿Linda noche?- escucho aquel sonido a sus espaldas apenas y salió del sanitario, no dio mucha importancia Samuel no era del tipo de hombres a los que les gustara socializar, y mucho menos en un sanitario público a altas horas de la noche. Pero, por alguna razón, aquella voz causo una curiosidad dentro de él, lo cual hizo que se girara solo un poco para averiguar de dónde provenía ese llamado.

Un chiquillo, no muy alto y al parecer no mayor a los veinte estaba recargado a un lado de los lavaderos, con un pañuelo sobre su rostro, limpiando lo que parecía ser sangre.

-¡Oye, Hey espera...!- lo escucho junto a sus pasos detrás de él, justo antes de llegar a la salida.

Ojos negros, tan profundos como la misma noche, destacaban perfectamente sobre aquella piel, decorada con aquellas pequeñas aunque notorias marcas alrededor de su cuello y brazos.

Un lindo cabello negro por alguna razón estaba tan desaliñado y su rostro estaba manchado con rojo alrededor de su boca; al parecer alguien lo había estado golpeando un rato. Sus ropas parecían rasgadas, la mayoría estaba rota y sus pantalones a medio abrir, mostrando que no llevaba ropa interior debajo.

-No tengo dinero para un vagabundo pervertido.- dijo, mostrando aquella mirada fría e intimidante apenas y lo vio acercarse con esa sonrisa nerviosa.

-Vamos, no soy un vagabundo pero aun así, puedo hacer algo por ti.- se defendió él, y sin importarle aquella mirada asesina prosiguió a acercarse aún más, hasta llegar a su pecho el cual acaricio malicioso.

-¿Qué tal si te chupo allá atrás por algo de dinero? Anda, necesito algo de comer...- dijo de la forma más indiferente y descarada que pudo, mientras que sus manos se deslizaban poco a poco por la tela del traje del mayor quien solo lo miraba sorprendido, y algo asqueado.

Se movía como si fuera una prostituta, esa mirada coqueta, su sonrisa lasciva y la manera en que aquellas manos se movían por sobre su pecho, el chiquillo no era para nada feo, de hecho era lo más bello que había visto fuera de un burdel.

-Tsk... mocoso...- chasqueo la lengua tomándolo por la parte trasera del cuello, obligándolo agacharse hasta la parte baja de su cuerpo justo frente a su cinturón.

-Ouch...- el niño soltó un quejido, bastante falso de hecho, antes de que Samuel abriese su bragueta y dejara expuesto su miembro ante él.

-Cállate, impresióname... si es así te daré todo lo que tengo en mi billetera ahora mismo.- no tuvo que decirlo dos veces, en cuanto termino aquella oración en mocoso comenzó con su trabajo.

Y de hecho lo hacía bien.

Sus labios, se pasearon sobre su carne, besando, lamiendo delicadamente, chupando cada parte mientras sus mejillas hacían aquel sucio sonido cada que este entraba y salía de su boca.

Movimientos constantes y rítmicos pero que aun así terminaron por aburrir al mayor quien tomo su cabello con ambas manos, empujando su miembro hasta lo más profundo de su garganta, golpeteando de manera salvaje una tras otra; La piel de aquella lengua frotando contra la carne de su verga mientras su glande se abría paso por esa estrecha boca, regocijándose en la mirada del chico a sus pies.

Sus ojos envueltos en lágrimas, los gemidos ahogados y la saliva que caía de sus labios de esa manera tan sucia.

-No tan rápido...-dijo antes de hacerlo a un lado, empujándolo frente a él.

-Dijiste que solo querías que te la chupara...- dejo escapar un par de tosidos mientras se quejó en el suelo, notando sus intenciones.

-No recuerdo haber dicho nada, ahora cállate y ponte de espaldas.- ordeno Samuel, y para su sorpresa el chico obedeció.

Era como un perro entrenado.

-Joder...- se colocó delante de los lavamanos, bajando sus pantalones y alzando sus caderas para recibir al hombre que poco a poco se acercaba por detrás.

Aun la parte trasera del chico estaba marcada, desde la espalda pasando por su cadera hasta su culo, los rasguños y moretones pintaban la mayor parte de su clara piel.

-Ah...- dejo escapar un gemido cuando la punta rozo su entrada, nuevamente deleitando al mayor quien gracias al espejo frente a ellos tenía la vista completa del rostro y expresiones del chico cuando comenzó a follarlo.

Su cara bañada en placer, el niño sonreía de manera lujuriosa y lasciva mientras sus embestidas se hacían cada mes más rápidas y profundas, como si no le importara el hecho de que alguien fuese a entrar. Solo ellos dos dentro de aquel acto salvaje y lujurioso; Por lo menos hasta que uno de ellos llegase al clímax, corriéndose dentro del otro.

-Me impresionaste, tienes lo tuyo...- hablo, arreglándose la cremallera buscando en su bolsillo aquella cartera para lanzarle todo el contenido de esta.

-Hey gracias...- sus ojos emocionados hablaron por si mismos al ver los billetes caer frente a él.

-Oye, yo estoy por aquí mucha parte de mi tiempo....- dijo mientras aun intentaba tranquilizar su respiración.- Cuando necesites algo tu llámame ¿te parece?- aquella sonrisa estaba a punto de meterse de lleno en la cabeza de Samuel, algo que por alguna extraña razón odiaba.

-¿Qué te hace creer que alguien como yo necesitaría algo como tú?- dijo mientras una mueca burlona y cruel se posaban sobre su rostro ¿Quién se creía el crio como para pensar que alguien como él...?

-Lo mismo que me hace creer que te gusto tener sexo en el baño público con un desconocido.- aquella respuesta sínica logro tentar la paciencia del más grande.

-No tienes a tu suerte mocoso...- gruño, nuevamente tomándolo del cuello con fuerza, su única respuesta fue una nueva sonrisa por su parte, como si el no tuviese miedo de morir.

-Está bien, está bien... lo siento.- se disculpó, al momento en que este lo dejaba libre.

-Hasta luego...- hizo un gesto con su mano despidiéndose, mientras que con la otra tomaba algo de papel sanitario y limpiaba su entrepierna. Una sonrisa se escapó de los labios del mayor, "Un chico bastante interesante, por no decir tonto y descuidado. Podría llega a serme útil"

-Hasta luego, quizás...- él no era alguien que disfrutara mucho de una prostituta, pocas veces eran las que buscaba la compañía de una mujer, de hecho nunca había intentado antes con un chico y para ser esta su primera vez, aquel niño le había dado una buena primera impresión y una posible visita... pero eso sería otro día.



Notas:

Ay joder más trabajos incompletos REsubidos de principios de años, Estos son restos de un viejo fanfic, que no entiendo y no voy a traducir porque la verdad no tiene sentido alguno, solo dejemoslo en un pequeño shot, y ya :D Comentarios, son bein recibidos con todo y hate.

La historia ya es muy cliché, el prostituto que busca asilo en los brazos de un mafioso que odia a todo mundo y termina enamorandose de su pasiva y shalala...~

Hope you enjoy

Stay cancerígenos~

Espinas~  [Wigetta]OneshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora