Mi piso parece un psiquiátrico: 3

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Mei devora su helado, mientras, Kentai la mira divertido y Cheezz mira a este no muy convencida. ¿A Kentai le gustaba Mei? La traspasa con la mirada. No está celosa, solo no le gusta la pinta de aquél tipo. Cada vez se pega más a Mei y le rodea la cintura con sus brazos. Cheezz coge una gran piedra y se la lanza a a su parte baja. El chico emite un sonido muy gay y Mei se levanta tirando la servilleta, como si nada.

– Ese tío no me gusta nada de nada, parece un violador de bosque – susurra Cheezz a Mei aprovechando que Kentai se esta retorciendo en el suelo de dolor.

– ¿E-eh? ¿Por qué? Yo lo veo normal... – contesta Mei en voz baja examinando al azabache. – ¡Ah! Ya se. ¿Es por qué no nos alcanzo dinero para comprarte las lentillas moradas, verdad? Al final solo pudimos comprarte una verde. Es normal que estés celosa, es muy raro encontrar personas con ese color de ojos. – se responde a sí misma, pensando que quizás Kentai se había sometido a alguna operación para lograr ese color.

– Ahora que recuerdo... – murmuró Cheezz, a la vez que aparecían algunos "tics" en su párpado y cuello. – ¡Si que nos llego el dinero para tus lentillas rojas, eh! ¡GUARRA! – lloriquea Cheez dándole leves golpes (no tan fuertes como los que les da a Kentai) lo que provocó que Mei soltara una risilla nerviosa. Kentai hace un esfuero y consigue levantarse, mirando a Cheezz con miedo. 

–Monstruo, aléjate, bz bz – dijo, asustado. Cheezz gruñó y le mordió el brazo.

– Te pareces a lobezno, Cheezz. – murmuró Mei mirando la escena.

Cheezz puso cara de loca y empezó a decir "Ojos morados, ojos morados..." mientras perseguía a Kentai, haciendo volteretas en el suelo.

– ¡Socorro, me quiere arrancar los ojos! – chilla Kentai.

(Nota de Marta: Cría a cheezz's y te arrancarán los ojos JAJAJ)

–Solo quiere money para comprarse un chihuahua morado, tranquilo – dijo Mei mirando Tumblr.

– ¿¡Y tú sacándote fotos!? ¡AYÚDAME, MEI! – chilló Kentai. Mei seguía haciéndose fotos.

– ¡Kyah, te voy a sacar el iris! – chilló Cheezz lanzándose encima de Kentai. – ¡Admite que te gusta Mei y la vas a violar! 

Kentai estaba llorando, y Cheezz seguía allí como una maniática.

– ¡Admítelo, zorrón! – dijo la pelimorada agitando al azabache. 

– ¡Vale! ¡Me gusta! ¡Pero no la voy a violar! – replicó el chico, quién consiguió zafarse de las garras de la loca.

Mei notó como sus mejillas empezaron a arder con tanta fuerza, que incluso pensó que podía salir humo de ellas. Kentai le parecía un buen chico a pesar de que Cheezz lo odiara.

– ¿Eh? Poh' tiene' to' la cara de un violador – dijo Cheez de pié, con los puños en la cintura.

– D-déjalo, Cheezz, me atrae un poco, es subnormal pero sigue siendo adorable. –dijo Mei, aún hechando humo con los ojos dándole vueltas.

A Kentai se le iluminó la cara y fue a abrazar con fuerza a Mei. Esta se puso roja, pero no solo por la fuerza del abrazo. Le hizo un gesto a Cheezz, y la chica morada le pegó a Kentai en la cabeza.

– Aparta tus sucias garras del culo de Mei.

El chico se quejó y beso a Mei en la mejilla, lo que provoco que esta se desmayara.

Cheezz quería un príncipe. Un príncipe oscuro.



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