Seis días antes.

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Estoy viajando de vuelta a Estados Unidos, estoy en un helicóptero, da bastante vértigo, parece como si te fueses a caer todo el tiempo.
Ya están aterrizando él helicóptero, no sé dónde estoy, pero me dieron indicaciones de a donde ir. Que raro que sean tan buenos los rusos.
Él mapa era de Washington D.C y tenía que caminar 30 kilómetros para llegar, el mapa tenía un recorrido pintado con marcador rojo, y empecé a caminar; 600 metros hacia él oeste, 300 al este y así. Ya caminé 20 kilómetros, estoy cansado, me falta menos de la mitad, voy a llegar, lo sé. Creo que deben ser las 6 de la tarde, él sol está en la mitad del cielo y yo tengo que seguir caminando.
26 kilómetros, él sol se esta empezando a poner y veo la ciudad, estoy muerto de sed y de hambre. Empiezo a dudar si voy a llegar...
28 kilómetros, estoy en la ciudad y la gente me mira con cara rara, estoy cerca del departamento en el que me hospedaba mientras estaba acá.
30 kilómetros, veo él departamento, no tengo las llaves y no sé como entrar. Toqué timbre a un hombre llamado Peter que vivía en un piso arriba del mío. El bajó y me abrió la puerta, cuando me vio, rápidamente me ayudó a subir y me dio un vaso de agua... Agua, últimamente en el mundo hay sequías en varios países. Suerte que en Estados Unidos, no pasa eso...
- ¡¿Qué te pasó?- Preguntó Peter.
Terminé de tomar él vaso de agua y respondí:
- No sé si notaste mi ausencia, pero mientras iba caminando, de la nada bajaron unos hombres deslizándose por unas sogas que salían de un helicóptero, me golpearon con la culata de una pistola, él golpe me durmió y cuando me desperté estaba encerrado en un tipo de habitación a oscuras, que era muy chiquita.
- Sí, noté tu ausencia, pensé que habías viajado o algo así. Una vez que te encontraste en esa habitación ¿Que pasó?
- Me quede esperando a que pase algo o que alguien me explique que pasaba, hasta que por la puerta, aparecieron dos hombres, altos, no logré ver bien sus caras. Me dijeron cosas que no entendí, pero estaba segurisimo de que eran rusos, ese acento es inconfundible. Me agarró uno de cada brazo y me arrastraron hasta una silla de madera, rota, totalmente rota, se movía mucho, se estaba por deshacer. Me volvieron a hablar, no entendí nada otra vez, me dijeron otra cosa, tampoco entendí, estuvieron así por un largo tiempo, hasta que me hablaron en inglés, y me estaban preguntando dónde se encontraba la base militar secreta de los Estados Unidos, obviamente les dije que no pero siguieron insistiendo.
- Rusos, sí, eran rusos, en televisión se dijo varias veces que había rusos con helicópteros semejantes a los de este país, que estaban secuestrando gente... Pero lo que ahora me pregunto, !¿Cómo mierda lograste salir de ahí?!
- Fue ayer, volvieron a interrogarme, pero esta vez les inventé la ubicación de la base militar secreta.
- ¿Cómo? ¿Te creyeron?
- No sé su me creyeron o no, pero los escuché hablar por radio, supongo que habrán hablado de lo que yo les dije.
- Deberías de decirle al gobierno, al FBI, o a alguien.
- No puedo...
- ¿Por qué? Lo único difícil sería conseguir hablar con él presidente o algo así, supongo que si decimos que fuiste capturado por los rusos te van a creer.
- Sí, pero esa no es la razón, me implantaron una especie de chip, seguro es para rastrearme y si ven que estoy en algún lugar sospechoso seguro me vienen a buscar y ese es mi miedo.
- Mierda, no puede ser...
- Ahora lo que necesito es entrar a mi departamento, no tengo las llaves.
- Uh, es verdad, toma esto
Peter me dio un martillo, es obvio, quiere que rompa la cerradura y eso hice.
Abrí la puerta, entré y Peter me dijo:
- Me tengo que ir a hacer algo, nos vemos.
- Nos vemos.
Me acosté y él sueño me ganó. Me quedé dormido

Día seis, concluido.

7 días en la Tercera guerra Mundial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora