Me encontraba en mi habitación, debía estar en la arena en 5 minutos, pero odiaba ese lugar, lo odiaba con ganas, dónde entrenaban los chicos hasta morir para vencer a las bestias, no les decimos humanos, tienen cara humana y son físicamente como humanos, a diferencia de su fuerza sobre natural y bueno, ellos son sobre-naturales, viven en las afueras del pueblo, les decimos bestias, pero realmente yo solo siento curiosidad por ellos, supongo que es culpa de mis padres el tener curiosidad y creer que son buenos, pero no siento nada menos que eso, hay veces que en la arena si capturan a un chico de estos lo dejan al sol infernal sin comer, lo torturan y bueno sus desgarradores gritos me rompen los oídos
Llaman a mi puerta y me levanto
-¿si?-pregunto
-ven al laboratorio-normalmente seguimos nuestras vidas como cualquier otro ser humano, pero por mi curiosidad decidí dedicarme a estos seres que, pueden matarme, pero son misteriosos
Al llegar al laboratorio vi a un chico acostado, sin camisa, sin ropa prácticamente, tenía los ojos abiertos y los labios cerrados en una línea su cabello se veía como si fuera de seda y sus masculinas facciones traería loca a cualquiera
-¿y este es?-pregunto inspeccionando al chico
-no sabemos-dice frío James
-bueno, primero hay que poner cómodo al chico, así que póngale ropa, no puedo trabajar así-desvío mi mirada hacia otro lado y mis compañeros ríen bajo, el chico no accedió a vestirse a la primera con nuestras ropas, así que le devolvieron la de él, no pronunció palabra alguna, simplemente cruzaba miradas conmigo-oye, no te haré daño, solo quiero saber como es que terminaste así-en sus labios se forma una sonrisa forzada pero luego a una arrogante
-a decir verdad, no debes tratarme como un niño, así que mejor háblame como un chico de tu edad-su voz grave y sexy me dejó sin habla
-¿como sabes mi edad?-me cruzo de brazos
-tienes 21-lo fulmino con la mirada y este sonríe más- mi nombre es Izar, ¿y el tuyo?-se levanta y se acerca a mí, era mucho más alto que yo, musculoso, de piel aceitunada y sus ojos verdes limón, no era un chico ordinario, eso era seguro, pero no traía los síntomas de un humano de esos que odiamos, pongamos un nombre.... los 78, no sé porqué, pero en fin, busqué señal alguna pero no tenía nada
-no es uno de ellos-afirmo
-¿segura?-sospechan mis compañeros
-no lo sé, pero lo averigüaré tarde o temprano-lo miro una vez más y ahora Izar se encontraba serio
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¡Ojos verdes!
Science FictionUn experimento trajo la mala suerte al pueblo Jackson, pocos de los científicos pueden lidiar con las bestias humanas que rodean el territorio