Louis vivía con sus padres en un pequeño pueblo de Escocia. Tenía 6 años y una hermana pequeña a la que no soportaba, él no podía entender que se pasara todo el día llorando.
Llegó a casa después de haber estado jugando con su amigo Zayn al fútbol, toda su ropa estaba llena de barro, y ya estaba preparado para que su madre le castigará sin ver la tele, y eso es lo que más le dolía. Abrió la puerta con cuidado, intentando no hacer mucho ruido. Subió las escaleras corriendo y se cambió de ropa.
-Louis?-se oyó a su madre detrás de la puerta de su habitación.
-Hola mami.
Su madre entró, iba muy arreglada, vestía un vestido negro y ajustado y unos tacones dorados. A Louis no le gustaban los tacones, no entendía porque la gente quería parecer más alta de lo que era. Tampoco le gustaba el maquillaje, él creía que cada uno tenía que ser natural, lo realmente era.
-Que guapa estás!-dijo por educación, aunque sinceramente él prefería los chandals.
-Pone guapo, que nos vamos a Inglaterra a visitar a unos amigos.
-Amigos? Son mayores como vosotros?-Louis sabía que se iba a aburrir.
-No sé si tienen algún hijo de tu edad...puedes llevarte unos juguetes para pasártelo bien, vale?
Louis sonrió, metió sus dinosaurios y sus coches en una mochila y se vistió, guapo, como a su madre le gustaba.
Bajó al garaje, y se metió en el coche, sus padres llegaron minutos más tarde. Louis puso la radio a todo volumen, le encantaba la música, cuando estaba triste siempre la escuchaba.
El viaje duró aproximadamente una hora, la cual se le hizo eterna, quería bajar ya y jugar con sus juguetes.
La casa a la que llegaron era enorme, blanca y con un jardín precioso lleno de flores. Louis se bajó corriendo del coche y timbró. Siempre era muy lanzado.
Una mujer muy guapa, con el pelo largo y oscuro le abrió la puerta.
-Hola cielo! Tú debes de ser Louis-dijo la mujer cariñosamente.-entra, Harry te está esperando.
Harry? Quién era Harry?
Entró en la casa, estaba muy bien decorada, subió las escaleras a donde la madre le indicó. Un niño bajito, con la cara sonrojada y un cabello rizado estaba sentado, apoyado en la pared.
-Hola-saludó aquel niño-soy Harry.
-Hola Harry, yo soy Louis.-le dio la mano educadamente.
-Quieres jugar?-Los dos entraron en la habitación del pequeño, estaba llena de peluches y muñecas.-no sé si te gustan las muñecas....
-No pasa nada Harry-sonrío Louis-me gusta jugar con todo. Por cierto...
-Si?-Harry le miraba, le parecía un niño muy guapo con unos ojos muy bonitos.
-Me gusta tu pelo.