Las cosas como son

1.6K 97 2
                                    

Stiles iba caminando tranquilo por los pasillos de la escuela, hoy iba a ser un excelente día, le confesaria a su mejor amigo que estaba enamorado de él.

-Hoy no te salvas-Mencionó

Fue a su casillero para dejar sus libros y poder hacer comoda su declaración.
Cuando de pronto escuchó unos gemidos.

-Genial, unos conejos están en el salón-Comentó fastidiado

Escuchó la puerta abrirse y por ella salian Kate y Derek; la cara de Stiles era un poema.

-¿Stiles?-Dijo extrañado su mejor amigo

-Der...-

Y lo comprendió los gemidos venían de ellos dos, pero quien no lo venía venir, Kate era la capitana de las porristas y Derek era el capitan del equipo de americano más popular de la escuela.

Las lágrimas en el rostro de Stiles no tardaron en hacerse presentes y con la misma intensidad con la que lloró, corrio ignorando las llamadas de su amigo.

-Dios... esto no me puede estar pasando-Dijo Stiles una vez que llego a un parque.

Se sentó en una de las banquetas y se acomodó para seguir llorando.

-¿Qué esperabas? ¿Que el igual te diga que te ama?-Se reprendió

Todos los jóvenes pasamos por una experiencia amorosa de este tipo, donde uno se enamora de su mejor amigo y no se da cuenta que nunca podrán ser algo más que amigos, eso duele mucho. Pero como él había dicho antes, ¿Qué esperaba?

Stiles era un joven muy flaco, por no decir escuálido, con una piel demasiado pálida para ser un humano y no un fantasma, con unos lentes gigantescos que tapaban sus enormes ojos, su cabeza nunca estaba llena de cabello pues siempre se rapaba, él pensaba que haciendo esto hacía mejor las cosas y no tendría que preocuparse por si su cabello estaba revuelto o despeinado no importaba porque a su mejor amigo le agradaba si corte pero al parecer no lo suficiente como para gustarle.

En cambio Derek.... Derek era un dios griego, unos ojosnque parecían tener una gama de colores tan espectacular que no podías evitar quedartele bien, ojos verde oliva combiandas con un toque de azul cielo y un gris helico que en ocasiones te hacía temblar con una sola mirada; un rostro totalmente definido con un mentón marcado que con solo verlo te hace querer morderlo de lo perfecto que es, un cuerpo de infarto que te daba ganas de quitarle la camisa de recorrer centímetro por centímetro su cinselado abdomen, unos enormes brazos con unas manos que te encataría que te abracen de lo firmes y fuertes que son; una sonrisa con unos dientes de conejo que era deslumbrante que con solo una sonrisa te derretias de lo hermoso que era y un trasero gran y firme que querías tocarlo todo el tiempo de lo maravillosos que se ve a través de sus levis.

Eso veían todos, el Derek capitan del equipo, pero Stiles veía otras cosas, veía la inteligencia de su amigo y su gusto por la lectora, podía hablar horas con él sobre los últimos libros que había leído y no se aburría de lo interesante que lo hacía ver, esa sinceridad que te hacía confiar con él en todo momento, aquellas miradas que te ofrecia que hacia ver su alma como si fue un libro abierto, aquel amor incondicional que te ofrecía por ser su amigo, todo eso veía en él.

Stiles pensaba que él era diferente, que no era como los típicos estereotipos de las escuela donde el capitán del equipo de fútbol y la capitana de las porristas debían ser la pareja del año, pero vemos que se equivocó.

Y ahora se encontraba solo en un parque que ni si quiera conocía alejado de la escuela y de todo camino que el conociese, llorando porque aquel amor no correspondido.

Un señor desconocido se acercaba lentamente a Stiles sin que él se diera cuenta.

-¿Te encuentras bien?-Preguntó aquel señor.

Las cosas como sonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora