Capítulo 1

230 16 2
                                    

La mujer gemía de dolor, gritaba y respiraba, empujaba y respiraba, empujaba y respiraba...

De repente un llanto de un bebé se hace presente en aquella habitación.

-¡Es una niña!- Grito la enfermera.

-¡Una niña!, Tch-Exclamó el hombre, esposo de la mujer, furioso por saber que el bebé era una niña y no un niño, pues en esa época se les despreciaba mucho a la mujeres, los hombres pensaban que las mujeres son muy débiles y frágiles. Muy rara vez se encuentran con mujeres kunoichi, pero estas terminan muy rápidamente sus carreras cuando un hombre le toma matrimonio a la mujer, cuando esta se casa ya no tienen tiempo para seguir haciendo sus misiones, pues al tiempo estas tienen hijos y a la vez necesitan encargarse del hogar. El hombre era quien traía el dinero y hacía la mayoría de las misiones.

-L-la quiero ver- Suplico la mujer con notorias ojeras y con voz cansada, pensando únicamente en ver a su preciada hija.

La enfermera le pasa la pequeña niña a la mujer que esta estaba recostada en una tabla de madera. La mamá de la bebé se sorprendió mucho al ver el físico de la niña, la bebé, que hace poco estaba llorando, dejo de hacerlo al ser reconfortada por su madre.

-Es t-tan linda- La bebe tenia escasos pelos negros en su cabeza, cuando la menor abrió los ojos, tenía unas pupilas dilatas juntos con un iris violeta que rodeaba este.

El esposo de la mujer, solamente se encontraba serio observando la imagen delante suyo, la niña, tenía una piel muy blanca, tanto que parecía hecha de porcelana, de repente la bebé abrió su boca, sonriendo. Una sonrisa que dejo hipnotizado al señor, desde ese momento entendió que quizás le pudiera dar una oportunidad a esa bebita y cuidarla, y sobretodo amarla y protegerla.

El hombre se acercó y beso los labios de su mujer, para luego acercarse a la bebe y darle un beso a la frente mientras que la pequeña se le cerraban los párpados, pues tenía sueño.

-¿Que nombre le pondremos?.-Pregunto el hombre.

La mujer se quedó pensando hasta que se le ocurrió el siguiente nombre.

-Oyuky, porque ella va ser una reina, nuestra reina, su piel es tan blanca, como si de nieve se tratase, por eso, creo que es un nombre perfecto para ella-Respondió la mujer con una enorme sonrisa que hiso que el hombre se sonrojara.

-Oyuky será, oye bebita ella es mamá, la cual te quiere mucho, yo soy tu papá, y te amaré un montón y te protegeré junto con tu mamá de cualquier daño.-Dijo el hombre con una sonrisa y una mirada tierna que se dirigía al rostro de la pequeña que ahora se encontraba dormida plácidamente.

Días pasaron y esa familia se hiso más feliz de lo que ya era , ambos padres aprendieron a cómo cuidar a la pequeña, como cambiarle los pañales y otras cosas más, pero esa felicidad no duro mucho, pues un diez de Octubre fue cuando cuando el Ataque del Nueve Colas se presentó. Ryu, quien era el padre de la niña, lucho contra la bestia junto con su esposa Megumi. Pero lastimosamente ellos murieron en el intento y Oyuky, siendo una bebé, quedo totalmente huérfana, ella, cuando ya fuera una niña, crecería sola, sin una mama ni un papa, sin el amor maternal ni paternal.

Años pasaron Oyuky siempre vaga, no tiene un hogar, lo único que recuerda es que despertó en una arbolada, cegada por la vista del sol, ella se levantó del suelo tallándose los dos ojos para luego empezar a caminar sin destino alguno, desde ese entonces a su corta edad conoce muchos bosques, desiertos, lagunas, selvas, etc, pero nunca ha tenido la oportunidad de conocer los nombres de estos, ni tampoco sabía que ella conoció lugares sagrados ni lugares muy importantes que han dejado una marca en la vida de muchas personas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 20, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La descendiente (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora