No podía creer que mis ojos miraban la ciudad en donde había dejado mis sueños. Habían cambiado tantas cosas aunque yo seguía siendo la misma. La nostalgia que sentía de haber conocido aquella ciudad no era el único motivo por el cual había decido regresar. Me hospede en un hotel cercano a la playa. Entrar a la recepción me recordaba su sonrisa de ansiedad al verme entrar sin compañía y sus manos frías me daban las llaves de la habitación mientras intentaba hacer contacto con mis ojos que estaban escondidos por la cortina de mi pelo cobrizo. Seguían ahí los espejos observando los pasillos vacíos, las mismas viejas cerraduras y la misma tonta ilusa. Con un poco de fuerza se abrió la puerta y no podía creer que era la misma habitación en la que me hospede una vez. Mis padres que estaban en la otra habitación me recomendaron que debía cerrar las ventas pero esta vez lo hacía porque la luz podía revelar nuestra piel y esta sus deseos. Podía sentir como se me ponían los pelos de punta de pie a cabeza. Necesitaba un baño de agua caliente para relajarme. El agua corría pero no la podía sentir como la última vez. Al terminar, me cubrí con la toalla el cuerpo y busque mi camisón de barbies en mi maleta. Seguía en la habitación, preguntándome porque me gustaba la princesa cenicienta. Me obligaba a reaccionar pero aun así el miedo dejaba que su cercanía me convirtiera en un objeto inmóvil. Era absurdo, mi cuerpo cegaba la dulzura y mi corazón tierno.
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Regrese #JustWriteIt
HorrorUna visita llena de misterio y una habitación llena de recuerdos harán de esta historia una buena opción para leer en esta época de Halloween.