La Habitación

22 4 4
                                    

Era un día gris, las nubes ocupaban el cielo y tapaban el brillo del sol. Yo estaba con ella, viendo una película. La miraba constantemente, aunque parecía distante, como si no sintiera mi presencia.

Su casa últimamente siempre estaba a oscuras. Era muy grande, tanto que te podías perder con gran facilidad.Nosotras estábamos muy unidas, pero hoy estaba de un extraño humor. No hablamos ni una sola vez desde que había llegado. Su expresión me empezaba a preocupar.

Con un movimiento limpio y seco se levantó del sillón y paró la película. Sin mirar hacia atrás comenzó a subir las escaleras con pasos fuertes y firmes. Al cabo de unos segundos llegó a su habitación. Yo la había seguido durante todo el trayecto, aunque no me miró ni una sola vez.

Cuando nos encontrábamos en la habitación comenzó a sacar fotos de una gaveta. Se veía mi rostro pálido y sonriente en innumerables de ellas. No pude resistir las ganas de mirarla, pero algo se rompió dentro de mí cuando vi una lágrima cayendo por sus sonrosadas mejillas. No entendía el motivo hasta que vi el trozo de periódico que poseía en sus manos en el que estaba mi nombre escrito con una letra negra y elegante. Y todo vino a mi memoria:

"Cuando tenía tan solo siete años me diagnosticaron una enfermedad, que en cualquier momento podía acabar con mi vida. Los médicos probaron todo lo que estaba en sus manos, pero nada funcionaba. Pero, inesperadamente, el tratamiento empezó a funcionar y fue lo que me sostuvo durante diez años con vida. Algo prácticamente milagroso"

De repente, una oleada de tristeza recorrió mi ser; recordé el día, en el que mi corta vida había finalizado:

"Regresábamos del instituto, un tranquilo martes, entramos en su casa y me tumbé en su cama. Decidí coger un libro y ponerme a leer. Mientras me iba sumergiendo cada vez más en la historia, mi vista se comenzó a nublar hasta que no pude ver nada. Mi cuerpo no respondía las órdenes que le daba mi cerebro y el libro cayó sobre mi pecho con un sonido sordo y seco. Los recuerdos vinieron a mí, todos aquellos que habían marcado mi vida con un sello imborrable. Y sin previo aviso me fui, con todos mis pensamientos y mi ser. Lo último que recuerdo es la mano de ella, mi amiga, agarrándomela con fuerza para que tuviera un tranquilo fin. Sus lágrimas deslizándose por mi brazo. Mis recuerdos se acabaron, abrí los ojos, todo se había ido"

La miré, ya no estaba, y en ese momento lo entendí, allí es donde todo se fue. En su clara y solitaria habitación.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La HabitaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora