Capitulo 15

7.7K 357 8
                                    

- No te preocupes nena, pero recuerda que dentro de las chicas que están prohibidas está la hermana de tu novio.

- Lo sé - subimos al auto y lo enciendo, me apresuro a salir de allí y entrar en la carretera, enciendo el aparato de música y Ally se limita solo a escuchar, no habla hasta que por fin hemos llegado a su casa, antes de salir del auto me mira y me sonríe.

- Camz, lo que decidas para mí estará bien. Soy tu amiga y nada cambiará eso - aquí está de nuevo mi amiga, le sonrío y la abrazo.

- Gracias Ally pero te aseguro que no pasará nada de lo que imaginas - se baja del coche y entra a su casa no sin antes decirme adiós agitando su mano.

Enciendo de nuevo el auto, durante el trayecto a casa de Chris me pregunto que es lo que Ally vió en mi para que se preocupara. Yo amo a mi novio, no puedo negar que Lauren es infinitamente atractiva, tiene un aura sexual que le nubla la vista a cualquier chica, incluyéndome a mi, pero eso es todo. Quizá lo mejor es que tenga sexo de una buena vez con Chris y seguro que así todo volverá a la normalidad.

Me encuentro frente al apartamento de mi novio, he tocado un par de veces el timbre hasta que por fin la puerta se abre, aparece Chris frente a mí recién bañado, con el cabello alborotado y húmedo.

Es una imagen perturbadora y es extraño pero no me sorprende mucho ver su torso desnudo quizá sea por los nervios que me tienen encogido el estómago. Hace meses que Chris me presiona para que por fin tengamos sexo pero yo quiero esperar un poco más, necesito que me demuestre lo mucho que me quiere antes de dar el gran paso, aunque ahora que estamos atravesando por esta crisis de pareja he pensado que lo mejor será que me apresure para aclarar mis dudas.

- ¡Hola! - le saludo para cortar de tajo esos pensamientos.

- ¡Hola Camz! - por fin me llama Camz, sonrío agradecida ya que eso si que es grandioso, me había sentido fatal cuando me llamó por mi nombre completo.

- Será mejor que pases cariño - me toma la mano y me conduce hasta el sofá donde ambos tomamos asiento.

Chris se acerca lo suficiente para plantar su boca sobre la mía y envolverme en un beso hambriento, cargado de deseo por el que me dejo llevar y para cuando mis sentidos se ponen alerta me doy cuenta que ya estoy recostada sobre el sofá cubierta por su cuerpo, se me escapan algunos jadeos involuntarios y me sobresalto al sentir una de sus manos bajo mi blusa acariciando uno de mis senos, puedo sentir su erección palpitando sobre mi entrepierna, me siento excitada y tremendamente mareada, seguramente embriagada por el deseo que está creciendo en mi.

- Te deseo Camz- esas palabras me desarman por completo y me dejo arrastrar, no quiero que crea que soy una mojigata así que me armo de valor y le doy luz verde para continuar.

- Yo también - le digo casi en un susurro que está cargado de miedo más que de deseo.

Comienza a quitarme la blusa y a bajarme los pantalones, yo le ayudo con torpeza y prácticamente estoy semi desnuda tumbada bajo su cuerpo, un temblor recorre mi espina dorsal y de repente siento un frío que me cala hasta los huesos, me río de mi misma y me recuerdo que vivo en Cabo Coral donde no hace frío.

- ¡Pero que tenemos aquí! - esa voz llena de sarcasmo y repulsión me sobresalta y me escondo bajo el cuerpo de Chris - Los niños jugando en la sala -Chris se levanta de un salto, sin importarle que yo esté medio desnuda. Puedo sentir la mirada de Lauren sobre mi cuerpo pero no tengo valor para mirarla a los ojos así que rápidamente tomo mi blusa y mis jeans y me visto en total silencio intentando acallar las lágrimas de frustración que insisten en asomar por mis ojos.

-Lauren será mejor que te largues a tu habitación - escucho como mi novio que le grita a su hermana casi entre dientes.

- Por supuesto - levanta las manos en señal de rendición, después mete su mano al bolsillo y saca algo - Lo vas a necesitar - veo un paquete plateado y deduzco que es un preservativo así que el rubor termina por cubrir toda mi cara, en este instante ansió desaparecer. Es una idiota y estoy segura que tiene esa risita burlona que usa todo el tiempo para molestar a los demás.

- Eres una imbécil - le responde Chris.

Lauren se da la vuelta para marcharse y después sale de el departamento silbando una melodía que no alcanzo a reconocer.

- Será mejor que me vaya, lo siento -Chris me toma del brazo pero yo no lo miro - Por favor - suplico con firmeza.

- Está bien pero mañana nos vemos - Yo solo asiento y me marcho, de nuevo me estoy yendo de ese maldito edificio con las lágrimas cubriéndome el rostro. Me siento tan patética y extrañamente aterrorizada, jamás me había sucedido algo similar, por fin me he decidido a hacer el amor con mi novio y aparece ella la incómoda hermana mayor y arruina todo.

Camino hasta el estacionamiento y por primera vez soy consciente de la oscuridad que cubre todo, saco mi nuevo móvil y enciendo la pantalla intentando ver por donde camino, mis pasos son apresurados y torpes, en ese momento agradezco no llevar zapatos altos. Miro en todas direcciones porque siento que alguien está mirándome y eso me aterra... me aterra demasiado.

- Allí estás - digo en voz baja cuando detecto mi auto, camino hasta el a paso rápido, saco mis llaves y cuando estoy por entrar alguien me coge por la cintura, intento gritar pero me cubren la boca, mi instinto de supervivencia me hace patalear hasta que siento el aliento de mi agresor sobre mi oreja susurrándome algo al oído.

- Cálmate, soy yo - maldición me ha dado un susto de muerte y ahora me dan ganas de golpearla ¿Por qué me ha hecho esto?

- ¿Cómo te atreves a asustarme así? Eres una idiota - le suelto sin rechistar. La oscuridad es muy densa así que no puedo verla pero casi estoy segura que se está riendo de mi - Y creo que ya va siendo hora de que me sueltes -me libera de sus brazos y me giro para quedar frente a ella aunque no puedo verle ni un pelo.

- Discúlpame, quería sorprenderte -¿sorprenderme? ¿Acaso se ha vuelto loca? - Creo que ya te he sorprendido por tercera vez aunque para ser sinceras la segunda no me ha gustado nada - doy gracias a Dios por la oscuridad en la que estamos inmersos por que de no ser así cavaría un hoyo y me lanzaría sin pensármelo dos veces.

- Eres una imbécil Lauren - espero haberla lastimado un poco el orgullo aunque lo dudo.

- Creo que tienes razón - y sin darme cuenta me jala hacia ella, puedo sentir su respiración sobre mi rostro, huele también que me quedo totalmente hipnotizada. Reacciono cuando siento su boca sobre la mía, no es un beso como los de Chris si no que es bastante tierno y cálido. En un principio lucho por quitármela de encima pero la multitud de sensaciones que está despertando en mi cuerpo son como una avalancha destruyendo las murallas que intento levantar.

Me dejo arrastrar por el deseo y abro la boca invitándola a entrar, su lengua explora cada rincón de la mía, no quisiera que esto acabara nunca, no puedo detenerme a pensar en nada más. Solo soy consciente de su boca y sus manos que acarician mi cuerpo, encendiendo cada centímetro de mi piel.

Una de sus manos entra en la parte delantera de mis jeans hasta encontrarse con la barrera de mi ropa interior y con hábilidad destreza la profana, puedo sentir sus dedos acariciando mi clítoris, estoy húmeda y lo extraño es que no siento vergüenza alguna por ello sobre todo por que a ella parece gustarle.

Jamás había dejado que nadie me tocara tan íntimamente ni siquiera a Chris... ¡Oh por Dios! ¡Chris! Señales de alarma iluminan mi cabeza e intento por todos los medios separarme de su agarre pero Lauren no tiene intención de detenerse.

- ¡Suéltame por favor! - suplico con deseperación - ¡Suéltame Lauren!

- ¿Estás segura? - pregunta incrédula y algo dolida.

- Sí - es lo único que me atrevo a decir, rápidamente me libera de su abrazo y sin decir una palabra más camino temblorosa hasta mi auto, me subo en él, lo enciendo y me marcho sin dirigirle ni una sola mirada a esa chica que me ha hecho traicionar a mi novio que por desgracias es su hermana.

Suspiro intentando calmarme, he sido una tremenda estúpida y ahora no se que podré hacer para enmendar este terrible error. Siempre he aborrecido la infidelidad y ahora me he convertido en una más de ese grupo que siempre me ha causado tanto asco.

Mientras conduzco a mi casa las lágrimas corren por mi rostro sin detenerse, es tarde y se que mis padres están durmiendo, entro a la casa y camino con paso lento hasta mi habitación, me lanzo a la cama y comienzo a llorar en silencio, es un llanto reconfortante y liberador.

PROHIBIDO (CAMREN G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora