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En la tarde se reanudaron las clases, yo tuve algo de trabajo en la oficina, resolví algunos problemas con dos estudiantes, cosas corrientes del trabajo diario, incluso tuve que quedarme una hora más trabajando. Ya el high school se había quedado desierto, fui al baño a retocarme el maquillaje, me topé con un bedel que trapeaba el piso del pasillo; de vuelta a mi oficina vi pasar a alguien

-Alex..._ escuché en un susurro, me detuve en seco en mitad del pasillo, voltee y el bedel ya no estaba, sentí que volvieron a caminar delante de mí y voltee inmediatamente

-¿Quién anda allí?_ pregunté angustiada, adopté pose de ataque poco a poco y mis ojos ya comenzaban a llamear, voltee a todos lados buscando a ese alguien, cuando me tomaron del antebrazo derecho, voltee exaltada

-¿Te asuste?_ era Simon, bajé el rostro rápidamente respirando para esconder mis ojos_ tus ojos... ¿estás bien?_ no subí la mirada, lo que hacía era respirar profundamente concentrándome, Simon me agitó_ ¡Alex!_ subí el rostro

-Estoy bien..._ le arrebaté mi brazo_ solo estaba un poco mareada, eso es todo, ¿qué haces aquí?

-Solo vine a asegurarme que fueras a cenar a mi casa_ caminé hacia mi oficina

-Estaba de salida para allá, déjame ir por mis cosas_ entré a mi oficina, vi a través de la ventana un segundo, respiré hondo una vez más, tomé mi chaqueta, bolso y salí con Simon al estacionamiento, fuimos a su casa, yo iba detrás de él en mi camioneta, nos estacionamos en frente de la entrada, me brindó una sonrisa amable para darme confianza, siempre adoré ese aspecto en él, me abrió la puerta dándome paso; en ese momento me cuestioné que hacia allí, pero no terminé de pensarlo cuando escuché la voz de Dylan

-¡Maestra Torres!_ voltee hacia lo que era la sala de la casa, estaba sentado con su tío James viendo Van Helsing ¿casualidad?

-Hola Dylan, buenas noches señor Galveston

-Buenas noches señorita Torres...

-Por favor dígame Alexandra o Alex como todos lo hacen, así me siento más cómoda

-Como guste...._ me sonrió amablemente. Escuché ruido en la cocina, la tía de Simon estaba cocinando, Simon me quitó las cosas de encima y las colocó sobre una mesa de adorno

-¡La cena está servida!_ gritó de un momento a otro, Simon me guió hacia el comedor

-Buenas noches señora Morris...

-¡Oh! buenas noches profesora Torres

-¡Bah! nada de formalismos, Alex es casi de la familia, así lo decreto, ella es nuestra invitada, en este instante no es la sub directora del colegio de Dylan_ sonreí agradeciéndole ese gesto a Simon.

En cuanto vi la mesa repleta de comida fue cuando entré en pánico, subí la mirada y la tía de Simon había desaparecido, el señor James me invitó a sentarme, cuando entró la señora Annie con una pequeña bandeja de carne

-Simon me dijo que le gusta comer carne poco cocida_ inmediatamente sonreí en señal de alivio, mi garganta y mis ojos empezaban a llamear, pero gracias al cielo ya al pasar de los años era capaz de controlar mis impulsos básicos. El primer trozo de carne que tomé, le corría un hilo de sangre bastante tentador

-Es bastante atípico que una mujer coma carne en este punto_ dijo James aperturando una conversación que para mi gusto era inapropiada

-La verdad no le tengo respuesta a eso, es una simple tendencia desde muy niña

-Apuesto que la maestra es tan feroz como una leona o como los vampiros_ Simon le dio un leve golpe por la nuca_ ¡Hey!_ rieron, me hizo mucha gracia aquella escena

-Alex es mejor que todo eso, estoy seguro. Tío, Alex es algo extraña en eso te apoyo_ me miró sonriendo de forma traviesa. Cenamos entre bromas, anécdotas falsas y verdaderas de mi existencia y vida anterior, fue bastante entretenido, me hizo despegar del hecho que mi padre había fallecido hacía pocos días atrás_ Con su permiso, les robo a la invitada de esta noche_ dijo Simon tomándome de la mano izquierda, levantándome y llevándome trotando hasta las escaleras

-¿A dónde me llevas?_ pregunté un tanto desconcertada

-Una pequeña sorpresa_ me haló todo el camino y llegamos a la pequeña azotea de su casa_ Ya casi es hora..._ había un gran telescopio en el centro, se acercó a él y miró hacia el cielo_ ¡mira...!_ dijo con un brillo muy particular en los ojos, aun no entendía de que se trataba, miré a través del telescopio y vi lo que parecía una lluvia de estrellas

-¡Wow! es precioso...

-Es una lluvia de meteoritos_ me tomó de los hombros_ mira_ me sacó del telescopio y me señaló el cielo totalmente despejado lleno de estrellas, pasaron ese instante lo que parecían 3 estrellas fugaces, sonreí ante aquel fenómeno, duramos varios segundos observando el cielo_ éstas se llaman Líridas, anualmente tenemos varias lluvias de meteoritos, yo trato de verlas todas, es un espectáculo único_ no dije absolutamente nada. Pasaron unos segundos más cuando me di cuenta que Simon me observaba, voltee hacia él y lo tenía muy cerca

-Ehm... creo que ya es tarde, debo irme..._ di un paso y Simon me detuvo

-Alex, espera. ¿Qué ocurre? ¿Por qué me huyes?_ me quedé en silencio un momento

-Es tarde Simon..._ lo dije con tal seriedad que casi me lo creo, estaba nerviosa, caminé un par de pasos

-Dime que no sientes nada cuando me tienes cerca_ me tomó por la cintura mientras yo le daba la espalda, los ojos comenzaron a llenarse de lágrimas esperando por salir. Me volteó hacia él de forma un poco violenta, dejando nuestros pechos y caras encontradas, estaba demasiado cerca, miles de cosas pasaban por mi mente en ese instante al ver sus ojos azules, me estaba desenfocando, sentía los latidos apresurados de su corazón en mi cabeza, era como escuchar un martillo eléctrico en una construcción

-Simon, por favor..._ tomó mi mano derecha y la puso sobre el lado izquierdo de su pecho

-Esto es lo que pasa cuando te tengo cerca_ no era para nada necesario que pusiera mi mano sobre su pecho para saber a qué velocidad latía su corazón, me estaba enloqueciendo el sonido de sus latidos de hecho_ quiero saber que sientes tú Alex_ puso su mano derecha en mi lado izquierdo de mi pecho, arrugó el ceño en señal de que no entendía por qué no sentía mi corazón, quité mi mano de su pecho y me eché a correr hacia mi camioneta, la encendí y me marché lo más rápido que pude.

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