Elliot.-

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" Escuchó lo que el tío Sebastián le estaba diciendo. Al parecer vino desde México al enterarse de la noticia.
Se le veía muy cansado,tenía barba desde hace 3 días y unas ojeras enormes. Estaba destrozado tanto por fuera como por dentro.
Toda la familia estaba igual o peor que él.
Cuándo terminó,todo se sumió en un silencio mortal,que era roto ocasionalmente por el sonido de algún pájaro o un niño corriendo. Todos en la familia esperaban a que él soltara alguna palabra, algún quejido de dolor, alguna lágrima..pero él sólo se dedicó a mirar indiferentemente, asentir, y con un [entiendo] abandonó el salón,dirigiéndose a su polvoriento y abandonado cuarto.
Entró y, acto seguido, cerró la puerta con llave. Se tumbó en las frías sábanas azul marino y miró al techo blanco sumido en lo que le dijo el tío Sebastián hacía unos instantes.
Una furia animal lo dominó,y arrugó las sábanas al apretarlas con fuerza. Quería gritar, pero hizo algo muy diferente: lloró. Se sorprendió incluso él, pero liberó toda su rabia.
Lloraba de odio y rabia. De odio,porque su padre lo metiera en el internado durante un año y medio y lo hubiera aislado por completo como a un tigre enjaulado con el único propósito de matar. De rabia, porque por culpa de su alcoholismo,murió al perder el control del volante del coche en una curva y se chocó de frente contra un camión a 150 km/h.
No tuvo oportunidad de vengarse.
Lloró tanto que tuvo que taparse la cara con la almohada por los lamentos que soltaba su enfurecida alma.
Lloró tanto que las lágrimas le quemaban la cara y las cuerdas vocales se le desgarraron. Sintió la garganta muy seca,pero siguió llorando sin dignarse a levantarse.
Su última visión fue el blanco techo antes de que todo se volviera negro."

El ángel de las muñecas marcadas.-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora