Prologo:

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Haru Katashima, un niño neko de unos 5 años más o menos caminaba por el bosque durante una fresca mañana de invierno, miraba alrededor suyo, contemplando cada detalle de este.

Mirar el cielo gris le parecía hermoso, no tenía mucho por que alegrarse de la vida, no tenía a nadie, desde que nació vivió junto a muchos otros niños que estaban en su misma situación, si desde pequeños eran enviados a un reformatorio militar, así que podría decirse que nunca miraba a sus padres; ni siquiera en fechas donde la familias pasaban horas y horas disfrutando de estar juntos. No, el solo se proponía mirar a esas familias felices pasar juntos todo el tiempo, mientras el recibía cartas o regalos de disculpa.

-Creo que mirar ese cielo gris es algo muy triste-

Haru se sobresaltó, miro a todos lados, no había nadie, comenzó a buscar entre los arbustos y detrás de los árboles que estaban allí cerca. Él se preguntaba de donde había provenido esa voz, nunca antes la había escuchado.

-Debo de estar volviéndome loco- dijo mientras ponía su mano en su frente.

­-Yo también pienso lo mismo, pero saliendo de ese tema... ¿me ayudarías a bajar?

-¿Bajar?-

Haru levanto la vista y la vio, una niña que no aparentaba más de 3 o 4 años, tenía puesto un vestido rosa pastel y el cabello corto hasta los hombros y recogido con un listón del mismo color, y unos ojos café oscuro muy brillantes que lo miraban fijamente.

-¿Entonces te quedaras allí parado o me ayudaras a bajar de aquí?- pregunto arrogantemente aquella misteriosa niña.

-Aaaah... ¡o si!, ¡Espera allá voy!

Haru corrió hacia el árbol y de manera ágil subió en el, si una habilidad de los nekos es que tenían la misma agilidad y velocidad que un gato. Llego con ella y la miro fijamente, esos ojos enormes lo hipnotizaron por un segundo, era como entrar en un hoyo negro se perdió en ellos.

­-¿Qué tanto miras?- pregunto la niña con un tono de enojo en su aguda voz infantil.

-¿Qué?, yo no miraba nada- lo miro incrédula mientras el reía nerviosamente- toma- le extendió su suéter­- de seguro tienes frio y ese vestido no se ve que te mantenga cálida mucho que digamos-

Ella lo tomo sin reproche, le quedaba grande, tal vez por que Haru era alto y ella muy pequeña a comparación suya. Cuando lo tubo puesto, abrazo a la niña y de manera ágil salto al piso de pie, poniendo a la niña a salvo.

-Gracias por tu ayuda niño alto-

-¿Niño alto? Jaja valla forma de darme las gracias-

-Pues no se tu nombre, así que ¿te gusta el nombre niño alto.... Con orejas de gato?

-Jaja no, claro que no- tomo un poco de aire y la miro unos segundos, mientras embozaba una sonrisa- Mi nombre es Haru, Katashima Haru.

La miro por un momento, ella solo se quedaba callada. Sus ojos lo miraban de manera penetrante y el solo se ponía nervioso. Un silencio incomodo los domino por unos minutos.

-Bueno he dicho mi nombre, ¿Cuál...

-No creo que sea buena idea que sepas quien soy- lo interrumpió.

-¿Qué?, pero solo quiero saber tu nombre. Si no quieres decirme tu apellido no hay problema, pero creo que sería lindo de tu parte decirme tu nombre después de que yo ya te lo dije.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2015 ⏰

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