La verdad es que
grietas
no faltanasí al pasar recuerdo
las que separan a zurdos y diestros
a pequineses y moscovitas
a présbites y miopes
a gendarmes y prostitutas
a optimistas y abstemios
a sacerdotes y aduaneros
a exorcistas y maricones
a baratos e insobornables
a hijos pródigos y detectives
a Borges y Sábato
a mayúsculas y minúsculas
a pirotécnicos y bomberos
a mujeres y feministas
a acuarianos y taurinos
a profilácticos y revolucionarios
a vírgenes e impotentes
a agnósticos y monaguillos
a inmortales y suicidas
a franceses y no francesesa corto o a larguísimo plazo
todas son sin embargo
remediableshay una sola grieta
decididamente profunda
y es la que media entre la maravilla del hombre
y los desmaravilladoresaún es posible saltar de uno a otro borde
pero cuidado
aquí estamos todos
ustedes y nosotros
para ahondarlaseñoras y señores
a elegir
a elegir de qué lado
ponen el pie.