Caso III

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¿Eso era todo? Realmente estas poesías eran únicas. Me sorprendió bastante encontrar esto en un simple sobre dentro de una caja de lata, pero aún más que lo dejaran tirado por ahí en un mercado de pulgas a un precio tan bajo. Una parte de mi quería creer que se trataba de una simple coincidencia fruto de la distracción de su propietario anterior, pero mi imaginación esperaba que se tratara de un hecho verídico. Sin pensarlo, tomé el tercer papel que estaba dentro de la caja.

Los Extraños Homicidios del Duque de Marbleport: Caso tercero: Celestia Estfel Brode

La pobre jovencita Celestia

No era culpable de nada

Aun no se sabe por qué el duque

Se tomó semejante molestia

Una mañana, cuando Celestia despertó

Nada raro, nada nuevo sucedió

Todo con normalidad,

Hasta el mediodía

Cuando tocó la primera campana de la iglesia

Nadie supo qué pasaría

Un crujido en su cuello sonó

Es que, en treinta grados,

Su cabeza se giró.

Ella se asustó, mas no podía mover

Su cabeza al frente, para hacia el frente ver

No obstante, la situación podía empeorar

Ya que la campanada de la una de la tarde

Se escuchó tocar

Y su cabeza ya torcida

Treinta grados volvió a rotar.

Así estuvo hasta que

Sonaron diez campanadas más

Cada vez que la escuchaba

Su cabeza giraría.

Cuando finalmente

La última campana sonó

La pobre jovencita Celestia

Ni siquiera lo notó

Debido a tantas vueltas

Que su cabeza había dado

Esta misma se había partido

Dejando su cuello adolorido

Y su cuerpo en un eterno descanso


Los extraños homicidios del Duque de MarbleportDonde viven las historias. Descúbrelo ahora