Insomnio

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Yu-Gi-Oh! No me pertenece, si no Yami no se hubiera ido del lado de Yugi ademas Ryou y Bakura terminarían juntos igual que Marik y Malik

POV's Yugi

─Yugi, deberías dormite ya, necesitas recuperar energías, el duelo de hoy también te afecto mucho─ me regaña Yami, sé que tiene razón, estoy cansado, y un bostezo que sale de mi boca me delata.

─Lo siento Yami, estoy muy intranquilo y no logro conciliar el sueño─ me disculpo sentándome en la cama, justo al lado de mi donde Yami se había materializado y me miraba comprensivamente, yo no puede evitar soltar otro bostezo.

Yami se ríe.

─Lo sé, puedo sentir toda esa inquietud que mantienes, pero debes dejar tu mente en blanco para poder descansar, aunque sea un poco

POV's Normal

Yugi solo atino a bajar la cabeza apenado, jalo la cadena que tenía en su mano y apoyo su rompecabezas del milenio contra su pecho, sentirlo cerca siempre le tranquilizaba, cerró los ojos abrazándose al artículo lo que le impidió ver el leve sonrojo que apareció en el rostro de Yami.

─Yugi duerme─ el faraón se puso de pie mirando al niño de forma autoritaria.

─Ahhhhhh (suspiro) lo intentaré─ y se acostó de frente a donde estaba Yami, aun abrazando su rompecabezas, el espíritu sonrió y se sentó de regreso en la cama colocando su mano en el cabello del menor, acariciando suavemente los mechones tricolor.
Ante las caricias del espíritu, Yugi cerros los ojos, recibiendo gratamente el efecto tranquilizador que tenían en él.

Aun así no se dormía.

Yami intento algo más.

─Es una lástima, quería enseñarte algo, pero si no te duermes no podré hacerlo─ dijo fingiendo decepción.

─Enseñarme algo? Qué cosa?─ la curiosidad del niño era casi palpable, los ojos los le brillaron

─Es algo dentro del rompecabezas, pero sólo puedo llevar tu mente allí una vez que te duermas─ sonrió, ya que tenía su atención.

─Mmm... lo intentaré─ Dijo el menor revolviéndose entre las sábanas al tiempo que Yami que continuaban con las caricias en su pelo, lo que le provocó un leve escalofrío junto a un suave sonrojo.

Yami noto el estremecimiento y retiró la mano.

─Lo siento Yugi, esto te incomoda?

─No Yami, es... es agradable─ el sonrojo del pequeño aumento y se reflejó en el rostro del mayor─ Yami... tu podr─ se detuvo─ no, nada.

─Qué es Yugi, sabes que puedes decirme lo que quieras.

─No importa Yami, olvídalo ─ reitero, pero el mayor le insistió con la mirada─ etto... si podrías... eh... quedarte aquí y... pues, recostarte conmigo─ susurro tímidamente el duelista menor.

Los ojos amatistas del faraón se ampliaron ante la petición de su protegido, sus mejillas parecían negarse a dejar ir el rojo de su rostro.

Yugi no podía abrir los ojos, la vergüenza lo superaba, no sabía de donde había salido el valor para pedir aquello, estaba tan apenado que no pudo ni leer las emociones de su yami. Solo pudo abrir los ojos cuando percibió movimiento a su lado, y cuando levanto el rostro dos orbes amatistas muy similares a las suyas pero igualmente diferentes aparecieron ante él.

Yami accedió a la petición del menor, por lo que se acomodó de costado en el borde de la cama, Yugi asombrado apenas atino a retirarse un poco para que su yami tuviera más espacio; aun teniendo el rompecabezas de por medio el faraón le brindo una suave sonrisa mientras llevaba su mano al articulo milenario junto a la mano de Yugi.

CosquillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora