Anocheciendo ya, me llevó entre la gente hasta una habitación en la segunda planta, de una casa que no conocía, cerró con pestillo mientras intentaba aclarar mi vista, apoyó su cuerpo en mis hombros haciéndonos caer encima de la cama, sellando mis labios con los suyos mientras se deshacía de mis prendas superiores, yo solo podía pensar en mi novio, ¿estará bien solo entre tanta gente?
Sentí como un gemido se escapó de mi garganta al notar cómo se entretenía apretando mis pezones, demostrando no estar tan ebria como mi cabeza.
Toques en la puerta comenzaron a sonar, ella levantó la cabeza y gritó la ocupación de la habitación, volvió a morder mis labios y apretar mis pezones, ahora explorando con tranquilidad cada centímetro de mi cuello, consiguiendo que a cada segundo mi respiración fuese más pesada y mis gemidos sonasen roncos, dejándome sin voz con facilidad, nublando aun más mi mente y haciéndome olvidar mi propia humanidad prácticamente.
Sus manos se dirigieron hacia mi pantalón con determinación aunque se detuvieron en el estómago, regalándole un par de caricias antes de ser interrumpidas, la puerta volvía a sonar y esta vez ella se levantó, enfadada, me quedé mirando al techo, noté que el bullicio de la fiesta había desaparecido, miré la hora y aun eran las 2... un grito ahogado me sacó de mis pensamientos, me alcé de golpe y miré hacia la chica, había caído de rodillas al suelo, ante ella se mostraban dos cuerpos descuartizados, vomité a un lado de la cama, en seguida me levanté y tiré de ella hasta el interior de la habitación.
Cerré de nuevo y le tumbé sobre la cama, no cambiaba su expresión, la puerta volvió a sonar, nos mantuvimos en silencio, los golpes cada vez más intensos erizaron mi piel, en su mirada habitaba el miedo, terminé por acercarme a la puerta, tragué saliva y abrí, un cuerpo cayó sobre mí, nervioso tocó mi rostro y besó mis labios agradeciendo al cielo mi vida, en seguida cerró la puerta y buscó por la habitación, abrió la ventana, asintió con la cabeza y me miró, sus ojos inspiraban confianza, le sonreí y en el momento siguiente saltó, me acerqué corriendo y le vi apoyado sobre el árbol postado en frente, nos decía con los labios que saltáramos con él, yo lo hice sin dificultad, pero la chica no podía, la puerta tras de sí fue echada abajo y ella volteó, se congeló, al igual que nuestra sangre, una gran figura tapada por un manto negro, portadora de un gran hacha de leñador entró en la habitación, riéndose cual hiena juguetona, se paró frente a ella y alzó la prominente arma por encima de su cabeza, preparándose para golpear su sien, aterrizó cumpliendo su objetivo y pudimos ver cómo la habitación era salpicada de su sangre y trozos del objetivo se esparcieron por el suelo y cama, intenté no vomitar, no debíamos llamar la atención si no queríamos acabar igual...
Tras terminar de maltratar el cuerpo, ya inerte, dio la vuelta y se fue en busca de más víctimas por la casa, llamé a la policía tan pronto como pude, nos mantuvimos sobre la copa del árbol hasta que llegaron, demasiado tarde, media hora es demasiado tiempo cuando se trata de algo así.
Nos tomaron declaración, pero ninguno de los que nos mantuvimos con vida aquella noche pudo ver el rostro del asesino, y yo solo se que nunca olvidaré a aquella joven...
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Noches de Ensueño
HorrorUna fiesta como cualquier otra, ¿o no? Intento de Micro relato de terror~