El verso de la noche

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Fuiste mi amante de mil y una noches, el rayo de luz en mis días grises, pero yo tenía tan poco que ofrecer, y tú tanto que perder. Maldito Romeo. Maldigo tu existencia y el destino por habernos hecho coincidir, por haberme enamorado de ti, por haber sido más tuya que mía, por haberte marchado y habértelo llevado todo. Soy la resta de tus idas y venidas. Y aquí estoy, y aquí te escribo, deseando despertar de esta pesadilla a la que llamo vida. Bienvenido a mi infierno, bienvenido a mi mundo patasarriba. Y ahora que el silencio ha hecho presencia, ahora, ¿Por qué no perderse? ¿Por qué no perdernos? Al fin y al cabo, adonde voy tu conmigo vas.

MetafísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora