-Rei-chan~ ¡Feliz Navidad! -grité entrando en los vestuarios del club.
-Nagisa, aún no es Navidad.
-Ya~ Pero es diciembre y hay que adornar esto un poco. Me lo ha pedido Gou. ¿Me echas una mano?
Suspiró y se pasó una mano por el pelo. Maldito seas estúpido y sensual Rei Ryuugazaki.
-Está bien...
-¡Genial! ¡Cuelga el muérdago, Rei-chan! Yo voy a por una escalera para poner el resto de adornos.
Salí del vestuario y fui al almacén. Entré y me puse a rebuscar en busca de la susodicha escalera.
- "Siempre me pongo nervioso al hablar con Rei... ¡Maldita sea! ¿Por qué me he tenido que enamorar de él? Y además me mira con eses ojos... ¡Aaaaah! ¿Por qué tiene que ser él?"
Mientras me peleaba con mis pensamientos encontré la escalera. La cogí y regresé al vestuario. Rei ya había colgado el muérdago y algún adorno más.
- ¿Te ayudo, Nagisa? Parece pesar mucho esa escalera.
-N-No. Gracias, estoy bien.
Desplegué la escalera y me subí.
-Rei-chan~ Dame un par de bolas de colores, porfi.
-Toma...
Me agaché un poco para alcanzarlas y...
-¡Nagisa! ¡Cuidado!
-¡AAAAH!
Cuando me quise dar cuenta, estaba tirado en el suelo, encima de Rei. Las bolas habían salido volando cuando me resbalé y una de ellas se había roto, pero eso poco me importaba en ese momento.
-L-lo siento. Rei-chan, ¿estás bien? ¿Te he hecho daño? - dije apartándome de encima de él.
-Tranquilo, estoy bien. ¿Y tú? Deberías ser un poco más cuidadoso...
Se levantó y me tendió la mano para que me levantase, pero cuando ya estuve de pie no me soltó.
- Oye, Nagisa.
-¿S-Si?
-Mira arriba.
Y entonces lo vi. ¡Estábamos debajo del muérdago! No podía ser, no estaba pasando... Mis mejillas se encendieron y miré a Rei. Sus ojos brillaban, como si estuviese... ¿Feliz?
-Rei-chan...
Se acercó lentamente a mí, acariciando mi cara con sus manos. Mi corazón latía desbocado. Sus labios rozaron los míos en un beso tímido y dulce, breve como un suspiro.
-Nagisa... Te quiero.
-Rei-chan...
-¿Te...? ¿Te gustaría ser mi novio?
Estaba tan feliz que empecé a llorar. Rei se asustó y se giró, sonrojado.
-Perdona si te ha molestado mi pregunta. No debería...
-Rei.
Me miró y le sonreí, mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.
-Claro que quiero ser tu novio, tonto.
Le abracé con fuerza, hundiendo mi cabeza en su pecho.
-Te quiero, Rei. Te quiero, te quiero, te quiero.
-Y yo a ti, Nagisa.
Desde aquel día, las navidades no han vuelto a ser iguales. Le tengo a mi lado y soy feliz por ello. Diez años después aún me sorprende que sigamos juntos. Hemos tenido nuestras riñas y discusiones, pero el amor ha podido más. Aunque... ¡Quién sabe! Quizás el muérdago nos haya bendecido con su magia.
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MUÉRDAGO (TERMINADA)
Romancetodo puede suceder bajo la magia del muerdago ES UN ONE-SHOT DE REIXNAGISA SPRO LO DISFREN