Amelié
Cuando despierto por la mañana me doy cuenta de que algo extraño está sucediendo, pues no escucho los ya normales gritos de mi madre llamándome para que baje a desayunar, ni logro oír el automóvil de mi padre salir de la cochera para ir a trabajar, y sé que no es muy temprano, pues mi reloj de pared marca las 7:00 AM, y yo normalmente a ésta hora estaría tomando una ducha, así que decido levantarme e investigar.
Lo primero veo al bajar los escalones es a mi madre llorando en el sofá, y a mi padre tratando de consolarla, también noto tres maletas al pie de la puerta, y sé bien que son de mi papá, ya que él viaja demasiado, por lo que probablemente todo éste problema sea que tiene que irse de nuevo por mucho tiempo, pero no veo como le puede afectar eso a mi madre, ambas ya estamos acostumbradas.
"Oigan, ¿Qué está sucediendo?" les pregunto.
Mis padres se vuelven a ver con un rostro de preocupación, y poco a poco voy uniendo las piezas sueltas.
"Hija, Ben se va a ir y no va a volver" me suelta mi madre de repente.
"Papá, ¿a qué se refiere mi mamá con que te vas a ir?" le miro con ojos de curiosidad, y no porque no sepa cuál va a ser su respuesta, si no, porque tal vez sea la última vez que lo pueda ver en mucho tiempo.
"Ame, mira, las cosas entre nosotros dos no estaban funcionando y... y yo..." me comienza a responder, pero se detiene a media frase, por lo que mi madre habla por él.
"Me engañó, ahora se debe ir y jamás volver"
Vuelvo mi mirada hacia mi padre, nunca me lo podría haber esperado de él, y no puedo evitar que unas lágrimas bajen por mi rostro, no lo iba a perdonar jamás.
"Amelié, espero que esto no cambie nuestra relación, aún podemos ser papá e hija contra el mundo si eso es lo que quieres" me dice Ben, mientras que sus ojos se tornan aguados.
"No" es lo único que le digo, él me observa por unos minutos antes de recoger su equipaje y salir de la casa por siempre, me doy la vuelta para ir a servirme algo de comer, pero noto algo de repente.
"Ma, que vamos a hacer con tanto espacio" le pregunto, la mitad de nuestros CD's no están, hay retratos que faltan, y sé que si investigo aún más voy a encontrar más espacios vacíos.
"Nosotros también nos vamos, hay una casa para personas como nosotros cerca de aquella colina a la que solíamos ir cuando eras más pequeña, tendrás que dejar el colegio y trabajar, ya que la cuota mensual es cara, pero una ventaja es que conocerás nuevas caras, y quién sabe, tal vez consigas a tu primer amigo"
No supe que responder en ese momento, aunque odio el colegio, quería poder terminarlo, para luego ir a la universidad en algún otro país y ser feliz por fin, ¿pero trabajar a la corta edad de 17 años? Eso es algo que definitivamente no estaba esperando.
"Pero madre, ¿qué con mi universidad?, ¿y mis estudios?" le pregunto al borde de las lágrimas.
"Ya te dije, trabajarás, y más adelante podrás estudiar algo como informática, al igual que lo hice yo" me responde fríamente, esa, señores y señoras, es mi madre, una mujer a la cual nunca le ha importado mi opinión.
Como sé que no hay nada que yo pueda hacer, subo las escaleras de vuelta a mi habitación y lloro, lloro porque no voy a poder ser quien yo quería, porque probablemente me odien también en esa nueva casa, lloro porque mi vida es una actual porquería; y luego de horas incontables lamentándome de ser yo, me quedo dormida.
Bueno, acá está el verdadero capítulo, probablemente actualice una vez a la semana, no se les olvide votar ni comentar ;)
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Sociópata
Teen FictionLana mató a Lucía. Pero nadie escuchó sus motivos. La acusaron de asesina. De psicópata. Pero se equivocaron. Era sociópata. Y no se arrepentía de lo que había hecho.