Capítulo 4

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Emily POV

Algo se estampa contra el suelo lo suficientemente fuerte como para despertarme de un buen sueño. Incluso con la música alta sonando en mi habitación, podía distinguir el sonido de un objeto de cristal o cerámica cayendo. Me giré sobre el colchón y deseé que ese ruido no causara ninguna discusión, pero por supuesto eso era mucho pedir.

Apagué la música y escuché, tumbada sobre mi espalda en el centro de mi cama. Mientras escuchaba, giré mi cabeza para mirar el reloj, eran las cuatro y media de la mañana. Me senté, quité las mantas de encima mío y caminé hacia la puerta. Cuanto más me acercaba, más se escuchaban los ruidos.

– ¡¡¡¿Te da cuenta de que hora es, Lia?!!! – Esa era mi madre gritando.

Me mordí el labio y abrí lentamente la puerta sin hacer ningún ruido. Mi habitación no estaba muy lejos de la entrada así que tenia una buena visión. Lia estaba contra la puerta con sus manos sobre las sienes.

– ¡¿Has estado bebiendo?! – Mi madre le cogió las manos y se las apartó de las sienes, solo para gritarle. – ¡¿Lo hiciste?! –

Lia se encogió en vez de responderle, probablemente todos los gritos le estaban mareando mas de lo que ya estaba. Ví a mi padre de pié con sus brazos cruzados sobre el pecho, con cara de cabreado.

Mi madre hablaba sin parar, por todo el enfado que llevaba encima. Sentía mis intestinos revolverse y pensé que debía cerrar la puerta. Iba a cerrala justo cuando mi madre le soltaba la muñeca solo para propinarle un tortazo. Miré hacia otro lado y aguanté el aliento esperando que eso fuera todo lo que le pasara esta noche. Cuando miré de nuevo, pude ver a mi padre levantando a Lia por los pelos. Intentaba soltarse de su agarre para subir por las escaleras. No estaba llorando aun, pero las lagrimas estaban en sus ojos. De repente mi padre me vio mirando.

Vuelve a tu habitación, Emily.- Me dice mi padre. -Esto no tiene nada que ver contigo –

Esa pequeña distracción fue suficiente para que Lia tuviera la oportunidad de hacer un sprint por las escaleras. Casi se cae al suelo por lo borracha que estaba. Mis padres, en vez de perseguirla, me miraron con mala cara como si quisieran atacarme. Cojí el brazo de mi hermana y decidí llevarla a mi habitación y no a la suya. Estaba llorando y usaba su mano para limpiarse las lagrimas. Una vez llegamos a mi cuarto se dejo caer sobre mi cama.

– ¡EMILY! – Gritó mi padre con autoridad.

Sentí que se me paraba el corazón tan pronto como gritó mi nombre. Caminé rápidamente hacia Lia, le quité los zapatos y la coloqué bien sobre la cama. Me llamó de nuevo y pego un salto, no puedo dejar que me llame por tercera vez.

–¡Que le jodan! – Dice Lia, metiéndose bajo las sabanas.

Caminé hacia fuera de mi habitación y cerré la puerta detrás de mi. Bajé por las escaleras para encontrarme a mi padre fumando un cigarro en la puerta principal y me mantuve al pie de la escalera, con demasiado miedo para acercarme. Le miré a los ojos dándome cuenta de lo rojos que estaban.

Él caminó hacia mi y me agarró del brazo apretándolo un poco. Intenté girar mi cara en la dirección contraria pero eso solo hizo que me apretara mas el brazo.

–¿Que tratabas de hacer, eh?– Me dice juntando el entrecejo y apretándome el brazo. – ¿Ser una heroina?–

Intenté concentrarme evitando el dolor del brazo por el cual me tenia cogida.

– Cuando tu madre y yo discutamos con tu hermana, no te metas– Me acerca, para que así pueda oír cada una de sus palabras. – ¿Me oyes?-

Asentí.

Oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora