Lo que no sabes Freud es que los días 16 de cada mes, eran horrendos para mí.
Dieciséis de octubre de dos mil quince, fue uno de los mejores días que nunca había tenido con alguien.
Charlamos brevemente de nuestros libros, canciones, grupos, artistas favoritos. De lo absurdo que sería leer algo de William Shakespeare como Romeo y Julieta.
Te di a leer lo que suelo encontrar por ahí. Tú me diste a leer esas notas de tus palabras encontradas.
Pasamos un tarde-noche bastante agradable.
Estábamos en busca de nuestra noche estrellada, una de las cosas que están el la lista "Los deseos de mi Freud", pero no la hubo.
Me calificaste al final del día con un "9, Flowers".
Así se comienzan las historias, así sin ningún aviso.
Pero nuevamente digo, nada de ilusiones, contigo no.