Novilunio Invernal - Sterek (EN REVISIÓN)

Capítulo 1: Después de la pesadilla

Cuando la oscuridad devora hasta el más débil e ínfimo destello de tu alma, la esperanza moribunda se desdibuja en el cielo con cada amargo amanecer. Y cuando la malicia destructiva, que se aloja en lo más profundo de tu ser, corrompe incluso el recuerdo más hermoso que yacía oculto en el rincón menos afectado de tu mente, surge la desdichada certeza de que ya no queda nada por lo cual vivir.

Eso fue lo que le pasó a Stiles Stilinski después de haber sido víctima del poderoso e imparable demonio Nogitsune, el cual sumió a todo Beacon Hills en una tristeza de la que no se habla, pero que se siente todos los días como un gusano que roe, desde las entrañas, hasta el último gramo de humanidad.

Aunque la manada finalmente pudo hacerse cargo del Nogitsune y de la fuerza oscura de los Onis, no todos sobrevivieron: Allison Argent fue asesinada en un abrir y cerrar de ojos cuando el maldito filo espectral de la espada de un Oni atravesó su pecho, arrebatándole el último aliento de vida.

A pesar de que todas las acciones de Stiles eran guiadas por los deseos más macabros del Nogitsune en su interior, la culpa, como una invasiva hiedra que se esparció y lo cubrió por completo, aplastó su espíritu, y una negrura más espesa se instaló en su corazón, empujándolo a una profunda depresión de la que aún no puede salir. En su cabeza, nada puede cambiar el hecho de que él, con ayuda de los Onis, logró acabar con la vida de una de sus mejores amigas.

Por más que todos intentaron tranquilizarlo al decirle que él no tenía ni un gramo de responsabilidad sobre el fallecimiento de Argent, y que el Nogitsune fue quien sembró todo ese dolor y muerte, Stiles jamás pudo olvidar la mirada que todos le dedicaron después de que el espíritu maligno pudo ser sacado de su cuerpo. En el brillo de los ojos de cada integrante de la manada, pudo atisbar ese terror lejano mezclado con una aguda incertidumbre de no saber si se trataba del Stiles verdadero.

La manera en la que se acercaban a él estaba marcada con una ofensiva cautela, como si estuvieran esperando a recibir un golpe en cualquier instante, como si no lo reconocieran, como si ellos mismos no supieran que el Nogitsune y Stiles eran entes completamente distintos.

Por mucho que sus amigos insistieran, Stiles jamás pudo sacudirse la idea de que él y el Nogitsune, en cierto punto, fueron uno mismo, y esta convicción fue lo que inició su eterna pesadilla nocturna que acabó por extinguir por completo su esencia, sepultando cualquier brillo de juventud y felicidad que lo había caracterizado en el pasado. Lo que queda ahora es una mera sombra de Stiles que deambula sin rumbo fijo, como un fantasma sin intención de despertar de su condena.

No obstante, en medio de su desolación, Stilinski encontró un inesperado refugio en alguien con quien nunca pensó que llegaría a conectar: Derek Hale. A pesar de que este hombre lobo solitario y antipático parecía no tener nada en común con él, la forma en que lo trataba, cuidaba y veía por su bienestar, generó en Stiles un sentimiento de cariño que, con el transcurso de los días, se convirtió en algo más profundo. La atención que Hale le brindó a Stiles justo después del caos del Nogitsune fue crucial para su recuperación y para hallar el camino hacia la sanación de su espíritu tras haber sido consumido por el mal del demonio.

En los recuerdos de Stilinski, quedaron impresas todas esas noches en las que Derek se deslizaba sigilosamente hasta su habitación, entrando por la ventana, con el único propósito de hacerle compañía y ser una figura protectora que le brindaba una paz inalcanzable con cualquier otra persona. La mera presencia de Hale sentado en el pequeño y antiguo sofá individual de la habitación bastaba para mitigar las pesadillas que acosaban a Stiles cada vez que su consciencia se perdía en las turbulentas aguas de su mente.

Sin embargo, Derek se marchó así como llegó: de repente, con la naturalidad de una lluvia súbita de invierno y con la brevedad de un suspiro de alivio que viene después de tanto desasosiego. Y es que la cercanía tan íntima con Stiles lo atemorizó de manera impensable, pues cada vez los tratos con el humano iban envueltos de un cariño que Derek jamás le había dedicado a otra persona.