NUEVA VIDA

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Estaba lloviendo cuando Will vino a recogerme al puerto, lo pude reconocer sólo por el auto de sheriff por el que venía.
Sentí un contraste de tiempo bastante grande de Londres hasta aquí, hacía bastante frío como para ser principios de septiembre. Pero no era desagradable al contrario me gustaba y dejé que el viento suave acariciara mi larga melena, estaba bien sentirse firme en al tierra.
Cuando Will se acercó a mí, su acogida no me pareció tan cálido como me lo había imaginado.
- No tenía esa imagen de ti, Catherine.
-¿Y que creías que ibas a encontrar?
No hubo respuesta, sólo una mirada sorpresiva.
Esperaba algo más agradable como una mirada cariñosa en vez de esa mirada estupefacta; sin duda habíamos empezado con buen pie.
Will me hizo una señal para que entrase al coche. Subí al coche después de dejar algunas maletas en el maletero y otras en al parte de detrás.
Prefería sentarme detrás en vez de delante con Will, no sabía que decir, menos después de su bienvenida.

No tuve más opción y me senté como copiloto, me quedé mirando por la ventana para fingir que estaba contemplando mi nuevo hábitat.
Unos segundos después empezamos a recorrer todo el pueblo, quiso enseñarme hasta el sitio más recóndito.
Después de enseñarme todo, hicimos el trayecto a casa.
-Catherine... esto...eh...podríamos ir a comer algo, antes de ir a casa, ya que has estado mucho tiempo de viaje, y...no sé...- dijo titubeando.
Me quedé mirándolo durante unos instantes y me arqueó una ceja, al no responderle:
-La verdad, es que...preferiría ir a casa, y descansar, estoy bastante cansada.
-Esta bien..-respondió con voz fría.
Por un instante pensé que fui un poco borde al negarle a ir a comer, ya que tenía buena intención, pero no mentía, no podía estar ni un segundo más, estaba agotada, y como el mismo lo habría pensado con unas pintas horribles, no quería sentarme en un local así.

El trayecto fue silencioso, era un poco incomodo, el intentaba decirme algo pero no lo hacía, esperaba a que me preguntarse algo o me dijese pero fue en vano, entonces me atreví yo:
-Que...¿Qué tal como Sheriff?
Por un segundo dejó de mirar a la carretera y se dirigió a mí con una mirada penetrante.
-Bien, no se...nadie me ha preguntado esto.- Se puso nervioso y acarició su labio con el dedo pulgar mientras hacía círculos, era una cosa que no había visto hacer a nadie hasta ahora.

El viaje por fin se terminó, se me estaba haciendo eterno. Llegamos hasta una calle donde había uan fila de casas, estaban separadas las unas de las otras con grandes distancias.
Sólo quería salir de ese ambiente incómodo, al exterior; Will en cambio se quedó con los ojos en blanco aún con las manos en el volante.
Había cogido la mitad de las maletas para cuando salió del coche, él después cogió la otra mitad y me acompañó hasta su casa, era una casa bastante más grande de lo que me había imaginado.
Un olor a café y a frutas del bosque me dieron la bienvenida. Me quedé observando el pasillo y sus cuadros, me llamaban mucho la atención, me gustaban mucho, me recordaban a algo, pero no sabía a qué.
-¿Catherine me escuchas?. Una voz interrumpió mis pensamientos.
-¿Qué? Perdona no te he escuchado.- dije desconcertada.
-Arriba está tu habitación; primer pasillo, derecha, después de la cuarta habitación.
- Ah, vale... gracias.
Will se fue hacia la cocina para coger una botella, yo intenté coger todas las maletas y subirles a la vez, en ese instante aparece el:
-Espera, ya te subo yo las maletas, ahora voy.
Sólo pudo salirme un vale; el asiente, nos quedamos unos segundos quietos en nuestras posiciones; ladeé la cabeza hacia la izquierda y derecha incómoda. El cogió el mensaje y se volvió a dirigir hacia la cocina, suspiré de alivio, y subí arriba.
Cuando abrí la puerta, un olor intenso a papel viejo y a mora invadió mi nariz, era una habitación grande y hancha, estaba limpia y parecía nueva a pesar de su olor. Nada mas entrar, en un extremo de la derecha me vi a mi en un espejo, me asuste, tenia unas pintas horribles. Al final de ella había unas estanterías grandes de libros, no estaban llenas, pero había unos pocos libros en la última balda.
Lo que más me gustaba era que tenía un balcón lo bastante grande, como para poder sentarse y poder ver los atardeceres. Volví hacía la puerta y contemple el panorama, no sabía que hacer; posé las manos en el marco...,entonces sentí como otras manos calientes se juntaban con las mías, era Will, me giré rápidamente:
-Will...-dije nerviosa.
-Te...¿Gusta tu habitación?
-Si.
-No sabía que ponerte, quería que estuvieses cómoda, y bueno...
-De verdad, esta muy bien, me gusta mucho- dije con una sonrisa pesada.
-Me alegro- sonrió.
Nos volvimos a quedar en la misma posición, callados, y con la misma incomodidad, entonces me fijé en el sobre que sostenía en la mano derecha, él me mira y mira al sobre.
-Ah...si, te venía decir que mañana empiezas el instituto.
No podía creer lo que oía, ¿cómo que mañana tendría que ir al instituto? pero si acababa de llegar, ni siquiera había deshecho las maletas; lo que menos podía entender era como podía soltarlo tan tranquilo.
-¿Pero,No, no puedo...-protesté.
-Lo sé, no te lo quise decir, cuando estabas en el viaje, por que pensaba que te pondrías nerviosa.
"Y ¿Cómo crees que estoy ahora?"
Pensé en mi subconsciente:
-Pero, bueno, tranquila yo te ayudaré a deshacer las maletas.
Me quedé en blanco y no contesté:
-Bueno...voy a ir a coger las maletas.
No podía creer lo que me estaba pasando, acabo de venir de hacer unos mil kilómetros o mas en barco y ¿quiere que mañana vaya al instituto tan tranquila?
Además como me ha podido preguntar si quiero ir a comer a fuera, justo hoy, un día antes de ir al instituto sin tan siquiera haber deshecho las maletas. Tenía tantas cosas por decir y por protestar, pero no lo hice, no quería llegar a una discusión el primer día, sólo podía decirme a mí misma que hay que recibir todo bien como te viene.

Después de un largo tiempo de deshacer las maletas y poner todo en su sitio, pudimos sentarnos a cenar; obviamente en la cena no tuvimos conversación de qué hablar y así pasó un largo tiempo.

Al fin pude conseguir lo que quise, poder tumbarme en la cama y poder descansar, sólo quería dormir, y olvidar, olvidarlo todo, no volver a despertar, era lo único que deseaba en ese momento, no existir...

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