El accidentillo

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La llama y yo estuvimos buscando a Elvisa, Celopan y Pilar Moreno. Encontramos a Celo y Pilar. Se aliviaron al ver que estábamos ahí, y nos dijeron que Elvisa estaba en el baño.

Notamos unas turbulencias. Teníamos un mal presentimiento. Las turbulencias se repetían cada 10 minutos. Al salir del baño, Elvisa se veía muy contenta.

-Las turbulencias me han ayudado a dar ese empujoncillo necesario para el estreñimiento ocasional.-dijo Elvisa.-

-Gracias por los detalles.-contestamos todos a la vez.-

Las turbulencias eran cada vez más fuertes y contínuas. La gente estaba muy asustada e incluso un señor se tiró por la ventanilla y fue triturado por una turbina. Celo y yo salimos para ver si algo extraño estaba provocando esas turbulencias. No lo podía creer, ¡era la vaca Elderflower!

En el momento más oportuno (nótese el sarcasmo) le conté a Celo la historia de la vaca Elderflower.

Un día, yo, un patito cualquiera, iba caminando por la calle "SaragosaTown", Narnia. Era una calle muy viva, acompañada por una música llamada "La gosadera". Había muchos gnomos intentando estafar a gente o vendiendo droja. También había wendigos desgarrando gente desde la nuca hasta el ano, Totoros comiendo bebés mientras estos, les cagaban en el pecho y minions haciendo la calle. Me contaron que también había de vez en cuando evas haciendo yoga mientras levitaban formando un caos cual espermatozoides descontrolados en un shumino. En un callejón oscuro vi a una chica con el pelo azúl dándole comida a una vaca que, al ordeñarla, salían M&M's.

Al día siguiente, pagué a dos sicarios de Mordor para que secuestraran a esa maravillosa vaca que solucionaría mis problemas patoeconómicos y de paso podría vender M&M's en un puestecillo de la capital de Narnia.
Los sicarios hicieron bien su trabajo y me dieron a la vaca. Me contaron como fue todo. Algo me recordó a alguien conocido, cuando la extraña mujer del pelo azul vio que estaban robando a su preciada vaca ella gritó: ¡Ioputa!.

Unos meses después de tener a la vaca exlavizada día y noche produciendo M&M's, se me olvidó cerrar la ventana de su sala y, sorprendentemente, consiguió escapar de mi casa, más tarde descubrí que era una especie de vacas con habilidades ninja.

Sabía que algún día la vaca volvería y conseguiría cobrar su venganza, aunque nunca habría pensado que fuera esta.

-Y esa es la historia.-dije yo-.

Después de unos segundos de shock por parte de Celo, se dieron cuenta que la vaca ya había roto una parte del ala. Si no la detenían el avión se iba a estrellar.

Volamos lo más rápido posible para detener a la vaca Elderflower, pero ella nos lanzaba M&M's de sus senos y nos detenía en seco en el vuelo. Ya había roto el ala a base de cabezazos. Celo y yo entramos al avión para avisar a los demás de que este se iba a estrellar. Se lo contamos y Elvisa empezó a gritar como una loca y se volvió todo un caos.

El avión estaba cayendo en picado al mar y no podíamos hacer nada, solo rezar al diós Ramón y esperar. La estructura del avión se estaba dividiendo en dos, alguna gente caía y a otra le aplastaban los trozos de la parte de arriba que caían. La cabina del piloto se desprendió y explotó en el aire. Me sorprendió a aquella extraña mujer del pelo azul que caía muy rápido por la explosión de la cabina. Elvisa, Pilar, Celo, la llama y yo fuimos al baño, ya que parecía ser la única estructura estable. Desde el baño vimos todo el caos y lo que pasaba:
Algunos asientos se desprendían del suelo del avión,siendo absorbidos por las turbinas y hechos pedazos, junto a las personas que había en ellos. Otra gente prefirió cortarse la yugular con pedazos del avión para evitar una muerte aún peor que esa. Algunos no tenían tanta suerte, pues morían lentamente atravesados por una barra de metal que iba desde la garganta hasta la cabeza.
Todo era un horror, solo quedábamos nosotros vivos. Estábamos a punto de impactar en el agua. En ese momento pensé si todo eso no hubiera pasado si no hubiese secuestrado a la vaca Elderflower, y que, si sobrevivía, haría pagar a Eldeeflower por lo que ha hecho.

Me desperté en una playa desierta. No había nadie. Me levanté como buenamente pude. Después de acordarme que había pasado miré al frente, estaba en una isla. A lo lejos vi algo marrón, ¡era mi llama! Cuando me vió se alegró muchísimo, aunque tenía heridas por el cuerpo.

Después de ese momento de felicidad me di cuenta de una cosa. Estábamos solos. No había nadie más. Pensé, ¿será este mi fin?

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