Beatrix, Cordelia y Crista

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<Cada paso que das en la vida puede ser un paso en diferentes direcciones. Una dirección es un camino que te eleva y eleva cada vez mas hasta llegar a la felicidad, el otro camino es un hoyo en el caes y caes. Cuando subes puedes toparte con un escalón roto y caer directa al hoyo, cuando caes y caes puedes sujetarte a rocas que te pueden ir elevando lentamente pero, siempre quedan heridas de esa caída que no se borraran>

Despierto empapada de sudor, notando peso en mis piernas. Miro y es Shu que está durmiendo en mis piernas.

-¿Shu?_ Le llamo débilmente.

Él parece estar dormido profundamente, vuelvo a tumbarme y me quedo mirando el techo. ¿Por qué pienso tanto en mi madre? Pensaba que ya lo había superado. Ahora a mi mente aparecen mis tres hermanas mayores. Incluso ellas y yo estábamos unidas, cuando yo tenia 3 años, antes de nacer Midori, son unos recuerdos borrosos pero aun recuerdo lo que me dijo Sayo, mi segunda hermana más mayor:

<Recuerda que ... Necesites ayuda... Te ayudaré>

No son palabras muy claras pero me reconforta recordadas. Quizás en un futuro necesite su ayuda y ella recuerde sus propias palabras.
Escucho toquecitos en la ventana, giro la cabeza y veo a..

-¿¡Cordelia!?
-Calla humana_ Dice Shu medio dormido.

Cordelia entra a la habitación y se acerca a mi.

-No te voy a hacer nada sólo quería aclarar unas cosas... ¿Me escucharás?

Trago saliva, ¿acepto? Creo que debería...

-Va-vale...
-Bien, luego a la hora de la merienda en el jardín.

Ella se va por la ventana y miro el reloj; las tres y cuarto. Últimamente paso la mayor parte del tiempo durmiendo. Me levanto y voy a lavarme los dientes. Mientras los estoy lavando, me miro en el espejo y siento una mano en el hombro. Me volteo y es Shu. Casi me ahogo de la impresión. Escupo y me enjuago. Mi boca se abre queriendo decir algo pero las palabras no salen, así que la cierro. Acerca sus labios a mi cuello, quiero detenerlo pero logra clavar sus colmillos en mi cuello.

-Ahg_ Gimo de dolor.

Se separa después de un momento y lame la sangre que cae por su labio.

-Ahora vuelvo, quedate aquí_ Me dice.
-¿Para qué? ¿Para que sigas "alimentándote"?

Él hace una mueca.

-Tsk, simplemente quedate aquí.

Se marcha, supongo que debería esperarle, a demás, tampoco es que tenga muchas fuerzas. Al cabo de dos minutos vuelve con algo en las manos.

-¿Qué llevas ahí?_ Le pregunto.
-Si no te callas no te lo pongo_ Dice sonrojándose.

Se acerca a mi y me pone algo en el cuello rozando su mejilla caliente con la mía. Se separa rojo como un tomate y se va medio corriendo. Me acerco al espejo y veo que me ha puesto una gasa. Me sonrojo un poco a la vez que sonrio. Miro la hora, las cuatro ¿tan rápido pasa el tiempo? ¿A que hora será la hora de la merienda para Cordelia? Escuché por ahí que los millonetis meriendan pronto pero no se a que hora. Bajo las escaleras hasta el comedor y veo a Reiji, corro hacia el.

A sadistic dream [Shu Sakamaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora