¿L-L-Law...?

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CAPÍTULO 15

—Maldito borracho— piensa Nami enfadada mientras sigue su rumbo en bicicleta de Vivi, que se la presto para poder ir a ver a Law, esperando que su encuentro le alegre tan horrible día.

—Primero me levanto tarde...— recapitula Nami al compas de "Stairway to heaven" que suena en sus auriculares, esa canción siempre la relaja, siente la misma paz que le brindaba su madre —No me arregle bien...— gruñe —El trabajo mas importante de mi semestre, y me vale solo la mitad por entregarlo tarde, sería un milagro que me gane la beca para irme a Londres— se limpia una pequeña lagrima traicionera — Y... casi choco con un idiota borracho con un estúpido sombrero de paja—frunce el ceño —Y lo peor de todo es que yo me disculpo, ¡¿Qué pasa conmigo?!— se siente triste, frustrada y enojada, siempre hace lo mismo, siempre se echa la culpa de todo lo que pasa, por eso organiza todo para evitar disculpas, aunque no sea su culpa el "lo siento" siempre ha sido un acto reflejo en su vida.

—Bueno lo último se pude decir que fue culpa mía, eso me pasa por llevar mis auriculares mientras voy en bicicleta— y sonríe, solo eso le queda, solo eso sabe hacer, solo eso le enseño su mamá, a reír y sonreír, solo eso le enseño antes de que se la quitaran. Una pequeña punzada se hace espacio en el corazón de Nami mientras se detiene en la acera esperando el cruce a la boutique, se quita y guarda los auriculares, así como la sensación vana de su corazón, se limpia las lágrimas que no sabía que salían y cruza la acera dispuesta a ser confortada por su novio.

Deja la bicicleta a un lado de la entrada principal y la encadena, entra y es recibida por una empleada del lugar.

—Buenas tardes señorita, ¿En qué puedo ayudarle?— pregunta cortésmente la empleada.

—Buenas tardes, estoy buscando al señor Law, ¿Sabe si se encuentra?— responde Nami con una sonrisa.

—Lo lamento señorita, pero el señor hoy no ha venido al trabajo—

—Tal vez este en su departamento— susurra Nami —Bueno, gracias por su ayuda— se despide de la empleada que hace una pequeña reverencia.

Nami sale de la boutique, desencadena y toma la bicicleta, se coloca los audífonos aunque sabe que está mal pero es lo único que le ayuda a apartar todos esos pensamientos que exprimen su corazón, la música siempre la aleja de la realidad, siempre ve en la música a su madre reconfortándola, dándole calma y quietud, la música es su adicción y no está dispuesta a dejarla nunca.

Después de 30 minutos de andar en bicicleta, por calles que raramente frecuenta, se detienen en uno de los inmensos rascacielos que adornan la ciudad, deja la bicicleta, la encadena, entra a la recepción de tan majestuoso hotel, aun con sus auriculares puestos tarareando la canción; se pregunta a ella misma —¿Cómo es posible que la música la haga tan feliz?— y sonríe.

Tal ves se levanto tarde pero es la primera vez que se siente descansada en mucho tiempo, tal ves no entrego a tiempo su trabajo pero se entero el por qué Hancock tienen tantos cambios de humor, tal ves no fue al gimnasio pero se dio cuenta que tiene amigas que la valoran y confortan en momentos difíciles que son capaces de prestarle una bicicleta para que pueda ir a ver a la persona que ellas más odian, pero que Nami ama, tal ves casi atropella a un borracho con sombrero de paja pero quizás era lo que el chico necesitaba algo para despertar o tal ves así tenía que suceder y al final le ayudo, tal ves está rompiendo su horario viniendo una hora más temprano de lo acordado para ver a su novio, pero necesita un abrazo urgentemente que la reconforte, tal ves si se hubiera quitados los audífonos hubiera escuchado al recepcionista gritándole que no subiera antes de que las puertas del elevador se cerraran, sólo tal ves si hubiera hecho caso no se hubiera encontrado a su novio besándose con una chica-pelirosa al volverse abrir las puertas del elevador.

Continuará...

Melancholy love soundtrack -One piece-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora