Capítulo 1

23 1 0
                                    

- ¿Tengo más ojeras? No puede ser, esta noche he dormido algo.
Se hace un moño rápido y se lava la cara, abre el armario para maquillarse, pero lo cierra después de un suspiro. Se viste rápido sin pararse a mirar la ropa, no le importa ir guapa, hace tiempo que no le importa. Recoge su libro favorito de la mesilla de noche y se despide de Fantasma, su gato sobrealimentado y caprichoso, ella sabe que le da demasiada comida, pero no puede resistir la mirada de Fantasma cuando tiene hambre.
- Fantasma, nos vemos en unas horas, sé bueno.

Se mete en el ascensor de espaldas al espejo, nunca le ha gustado la verdad que desprende el espejo de un ascensor mal iluminado, sale a la calle y la brisa fría de la mañana hace más efecto que el café que acaba de tomarse. Respira hondo y se dispone a hacer el camino de siempre a la biblioteca.
- El mundo sigue sin saber que existo - piensa mientras anda despacio- compro el periódico en el mismo quiosco desde hace años, y aún no sabe mi nombre, siguen sin ponerme sacarina en el bar donde la pido a diaro y por supuesto, James no me ha devuelto ni una mirada de las muchas que le dirijo al día- los ojos se le vuelven brillantes y dos lágrimas recorren sus mejillas rojas por el frío, se las seca con el reverso de la manga y sigue caminando con la mirada perdida- No soy importante para este mundo, ni siquiera para esta ciudad, pero qué digo, no soy importante ni siquiera para mí misma, podría desaparecer y a nadie le importaría.

Caminaba con desgana por el puente que la llevaba a la biblioteca, cuando una idea hizo que se parara en seco y se le abrieran los ojos como platos. Sin pensarlo demasiado, saltó la barandilla del puente y se colocó al otro lado, aún con los ojos muy abiertos y algo temblorosa. Quería saltar, de repente saltar al vacío le parecía la mejor de las ideas, no más vacío dentro de su pecho, ahora lo tenía delante y no le tenía tanto miedo, el vacío no asusta tanto cuando quieres zambullirte en él.

- No lo hagas, no merece la pena- Dijo una voz masculina al otro lado del puente.

Corazón invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora