3.

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3 días después.

Hayley.

-Mamá esto es imposible ¿Por qué ella no lo recuerda y ya? -estoy en el sofá de la sala con mi madre, hemos visto unas tres películas, adoro pasar tiempo con ella.

-Si fuese fácil no sería interesante ¿No crees? -eleva ambas cejas.

Me encojo de hombros y continuamos con la película, llevo puesto un short muy corto y una camisa de tirantes ya que hay una ola de calor azotando todo Londres, mientras comemos palomitas de maíz alguien toca el timbre, mi madre y yo nos volvemos a ver instantaneamente pero ella enarca una ceja y sé lo que significa.

-Es tu turno de abrir -sabía que iba a decir eso, bufo y me levanto del sofá, nisiquiera me molesto en ponerme los zapatos y camino descalza por toda la sala.

Cuando llego a la puerta me pongo de puntillas para observar por el ojillo de la puerta sin embargo no veo nada, trato de abrir la puerta pero con mis manos llenas de palomitas se me dificulta, luego de un momento al fin lo logro entonces un chico aparece de repente, sus ojos se cristalizan y noto como palidece a cada segundo.

-¿Estás bien? -frunzo las cejas y el asiente con la cabeza.

Es mucho más alto que yo, su cuerpo parece esculpido a la perfección, los pantalones negros que lleva resaltan sus piernas; que al parecer son mejores que las mías, lleva el cabello ruloso y castaño peinado hacia atrás y sus ojos... sus ojos son hermosos, similares a dos pequeñas esmeraldas que se ajustan perfectamente a sus pequeñas pestañas, pienso que su rostro es el más perfecto que he visto mientras observo su nariz, tiene una cara de niño que lo hace aún más hermoso y sus labios finos y rosados me provocan un estremecimiento, la camisa que lleva está desabrochada dejando al descubierto su bronceado pecho y puedo notar algunos tatuajes salir de este, las botas que trae...

-¿Entonces? -su voz ronca me saca de mis pensamientos, el sonido de su voz hace que se me erice la piel.

-¿Ah? -pregunto confusa luego de notar que está esperando una respuesta.

-Andas en la luna cariño -carcajea -Te he dicho que si puedo pasar -inquiere dejándome con la boca abierta.

¿Es un desconocido y quiere entrar en la casa? ¿Pero en qué mundo vivimos ahora? Al ver que no respondo mueve el pie derecho dispuesto a pasar pero mi mano va a dar a su pecho deteniéndolo, él mira mi mano y una sonrisa aparece en su perfecto rostro.

-Necesito hablar con tu mamá niña -vocifera cruzándose de brazos, lo miro entrecerrando los ojos y un hoyuelo adorna su rostro burlándose de mí.

-Estoy por cumplir dieciocho para tu información.

-Genial por ti, ahora déjame pasar -esa sonrisa de su rostro no desaparece y ya está comenzando a irritarme.

Le cierro la puerta en la cara y vuelvo de nuevo a la sala, mamá sigue comiendo palomitas y al verme llegar sonríe ampliamente.

-¿Quién era cariño? -me siento en el sofá y respiro hondo.

¿Quién se cree para burlarse de mí?

-Ugh, era un tipo que decía conocerte pero sin duda estaba mintiendo -mi mirada permanece fija en mis uñas al cabo que mamá suelta un chillido haciéndome saltar del susto.

-¿Un chico? ¡Hayley por Dios...! ¿Tú cómo sabes que no lo conozco? -salta del sofá y se dirige a grandes zancadas hacia la puerta.

Escucho como habla unos minutos con él y como después todo queda en silencio.

-Adelante, pasa -mi madre lo invita a pasar y yo abro los ojos más de lo normal.

Rápidamente me levanto del sofá y subo corriendo las escaleras, mamá y el chico me siguen con la mirada y siento como mis mejillas arden de la vergüenza, no subí a mi habitación precisamente por el chico sino porque estoy vestida de esta forma, debo parecer una vulgar que anda enseñando de todo por ahí.

Harry.

Cuando vuelvo a ver ese brillo, esos ojos azules tan tiernos, ese cabello castaño como la miel, ese cuerpo tan perfecto que sólo mi chica posee, esos labios tan besables y la forma en la que con inocencia me gritan que los bese, por poco no me puedo controlar y le digo toda la verdad, en lugar de cometer esa estupidez comienzo a molestarla sólo para verla enfadada de nuevo, consigo que me tire la puerta en las narices sin embargo su madre me abre minutos después, me invita a pasar y logro ver como Hayley desaparece por las escaleras a toda prisa, su madre y yo vamos a la cocina y me invita a tomar asiento, hablamos un rato y al tiempo Hayley aparece en la cocina, se ha cambiado de ropa pero al parecer no ha cambiado su mal humor.

-Hayley cariño quiero presentarte a un gran amigo de la familia -su madre mira a su hija y luego Hayley dirige la mirada hacia mí, rápidamente la aparta y se mira las manos.

Ella está nerviosa, lo digo porque siempre se mira las manos cuando lo está, está nerviosa y es por mí.

-H-Hola -tartamudea sin mirarme.

-Hola Hayley -sonrío con petulancia y cuando escucha su nombre me voltea a ver como un resorte.

-¿Cómo sabes mi nombre? -abre mucho los ojos.

-Ya tu madre te dijo que soy un gran amigo de la familia -digo obvio.

Hayley rueda los ojos y agradezco el hecho de que puedo verla rodar sus preciosos ojos de nuevo.

-Bueno chicos yo los dejo, traten de conocerse mejor y de llevarse bien -la madre de Hayley nos deja a solas ganándose una mirada de reproche por parte de su hija.

-¿No me vas a preguntar mi nombre? -inquiero y ella niega con la cabeza mientras saca una bebida de la nevera -Mi nombre es Harry, mucho gusto preciosa -me levanto de la silla para estrechar su mano pero ella sólo la mira sin inmutarse.

-¿Desde cuándo conoces a mis padres? -interroga mirándome fijamente.

Nuestras miradas hacen contacto y yo me siento como en el cielo.

-Años -murmuro acomodándome el cabello con los dedos -¿Por qué?

-Curiosidad -se encoge de hombros y deja la bebida en la encimera.

El móvil en su bolsillo comienza a sonar mientras ella batalla por sacarlo, habla por unos minutos y logro escuchar las palabras; estoy libre, cita, dos horas, Zed.

-Lo lamento tanto -dramatiza poniéndose una mano en el pecho -Pero tengo que irme, un gusto conocerte “Henry” -finge inocencia cuando está más que claro que me ha llamado de otra manera a propósito.

-Sabes que es de mala educación dejar a los invitados ¿No? -la encaro enarcando una ceja, Hayley hace un ademán con la mano invitándome a que la siga.

Me lleva hasta el sofá diciéndome que me siente allí y espere a su madre, Hayley desaparece por las escaleras y me deja solo, pasan unos diez minutos y no puedo aguantar más, subo las escaleras y llego a su habitación, agarro el pomo de la puerta y lo hago girar encontrándome con la habitación vacía, cierro la puerta tras mi espalda mientras le echo un vistazo a toda su habitación; está como antes.

Escucho la ducha y el agua caer mientras una melodía proviniente del baño resuena por toda la habitación, cuando Hayley comienza a cantar no puedo detener los fuertes latidos de mi corazón, su voz desprende dulzura y estoy hipnotizado tan fuertemente con su voz que no me doy cuenta cuando el grifo se cierra ¿Cuánto he pasado escuchándola? Al parecer mucho y cuando reacciono para salir de la habitación ya es muy tarde, Hayley abre la puerta del baño con únicamente una toalla alrededor de su cuerpo y al percatarse de mi presencia ahoga un grito y parece que los ojos se le van a salir de órbita.

November Rain |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora