Cuarto equivocado.

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-Mierda...-

Murmuró Sara mientras chocaba contra la pared del pasillo del hotel, el no balancear su cuerpo le resultaba casi imposible.
Tal vez el concurso de beber más rápido con un luchador profesional de 225 libras no había sido la mejor idea que había tenido en la noche, pero él insistió mucho y ella tenía sed.
Bueno, esa era su escusa.
Su imprudente comportamiento y fallido intento de una intoxicación por alcohol no era para nada un llamado de atención a su novia, la cual la había ignorado toda la noche debido a una discusión acalorada que tuvieron horas antes de salir. No, definitivamente no era eso.

-Puedes hacer esto Sara... Carajo, puedes hacer esto-

Respiró hondo y continuó "caminando" por el pasillo en busca de su habitación, mirando con dificultad entre las pequeñas aberturas de sus cansados ojos.
232, 234 , y ahí esta, finalmente frente a ella, la habitación 236, puso su bolso en el suelo y sacó la llave de la habitación, repetidas veces intentó que la llave abriera con sus movimientos torpes y lentos.

-¿Esto es enserio?...-

Sara se quejo en un gemido, la llave no funcionaba, normalmente el seguro se  deslizaba con facilidad pero ahora por más que lo intentaba no podía hacer nada.

-Más fuerte-
, como su novia lo haría si no estuviese muy ocupada embriagándose con sus amigos y probablemente coqueteandole a otras chicas, el enfado no seria suficiente,

-Tal vez si lo hago más fuerte-

Pensó, tirando de la manija y girándola lo más fuerte que pudo.

-Mier...-
...................................

-Disculpe, pero, ¿qué esta haciendo?-

Preguntó la mujer en el interior de la habitación que hace unos segundos creyó suya,
En un estado de shock, Sara dejo caer la llave.

-_Yo...lo siento, pensé que esta era mi habitación-

Tras esto sus mejillas se sonrojaron más por vergüenza que por los grados de alcohol que tenía, su mirada se clavó en el suelo mientras internamente le rezaba a cualquier deidad que pudiera transportarle a algún lugar diferente, tal vez la única que la escucho fue la mujer que llevaba una bata sin nada debajo.

La hasta ahora desconocida mujer le sonrió, dejando ver unas atractivas arrugas a cada lado de su sonrisa, y dijo entre dientes,

-Esta bien, ¿necesitas ayuda?...-

¿Ayuda?, es evidente que Sara estaba ebria y con un idiota rubor en todo su rostro, por supuesto que necesitaba ayuda.

-No, ah... Es obvio que hubo una confusión, lamento haberte despertado-

Con esta torpe disculpa Sara se dio la media vuelta y con un equilibrio menos que bueno pronto se encontró cara a cara con la barata alfombra del hotel.

Cuarto equivocado°-Quincest-°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora