Una mañana como mucha de tantas, Liam Payne habia parqueado su fantástico Mercedez Blanco en frente ,el cual podía verce claramente a través de los enormes paños de cristal que eran parte de la fachada del edificio corporativo Payne Bussines Corp.La puntualidad y la responsabilidad eran su más grandes virtudes, como de costumbre ese día habia llegado a las ocho y treinta de la mañana. Lo que menos se imaginaba que ese día iba a suceder algo, algo qué marcaría su vida por completo.
- Buenos días Penélope, lindo atuendo empresarial -saludó cortésmente a la recepcionista que estaba en el primer piso del Loby justo al lado del ascensor.
-Buenos día señor Payne -dijo devolviendo el saludo.
Asi, sin mas demora se dirigió al ascensor, para subir hasta el décimo piso en dónde se encontraba su prestigiosa empresa. Mientras subía por el ascensor en la parte tracera de este observaba por los cristales toda la ciudad, sus edificios, las casas, los establecimientos comerciales y el gran parque central con su exuberante vegetacion.
Finalmente la puerta se abrió, desde adentro podría verse un amplío pasillo central revestido de con un piso de marmol gris muy pulido, casi como un espejo y a todo lo largo una prolongada alfombra roja, de igual color que la corbata que siempre portaba.
Caminó linealmente por aquella franja roja que iniciaba desde la puerta del ascensor hasta la puerta de su lujosa oficina.
-Buenos días señor Payne -saludó su secretaría personal.
-Buenos días Doroti, por sierto cuantas veces tengo que decirte que puedes llamarme por mi nombre. Me haces sentir viejo como era mi padre -expresó Liam mientras reían.
Doroti a quien le tenia inmeso cariño, casi como al de una madre, ya que era una de las empleada más antigua que tenía la corporación Payne, tenia alrededor de cincuenta y cinco años de edad, fue contratada por Máximo Payne el padre de Lían, quién había enfermado de cáncer de pulmón producto del cigarro, antes de su muerte había dejado cómo único dueño y heredero de su enorme empresa a su hijo Liam, quien desdé muy joven había demostrado tener las habilidades necesarias para estar al frente de la compañía de su padre.
- ¿Que tenemos agendado para hoy Doroti? -preguntó mientras se dirigía a la máquina tragamoneda para preparar un capuchino express.
- hoy tiene reunión con los inversionistas de vienes raíces a las 9:00 am, 2- pasar a recojer a su madre al aeropuerto a las 11:30 am. 3- la típica tradición del té con el señor Toriyama a las 5:00 pm.
- mmm joder esta caliente aún -protestó apretando sus labios luego de haberse quemado la boca con el capuchino.
Doroti dejó salir una carcajada, al ver la graciosa escena doroti no evitó recordar a su maximo el padre de Liam ya que él era mismo retrato, tanto así que bestian casi iguales, le gustaba el mismo tipo de comida, gestos al hablar incluso la misma forma de caminar.
- Como estraño, aquel viejo gruñón y exigente. En esta empresa todo el mundo lo adoraba, ayudo a mucha jente y se ganó el cariño de todo el mundo a su alrededor. -expresó ella mientras veía la foto colgada en la pared.
- Mi padre tenía algo muy especial que contagiaba a todos, algún día me gustaría ser tan buen jefe como el lo fue.
-Creame joven Payne, lo estas haciendo muy bien, algún día seras tan querido y respetado como lo fue máximo.
- Gracias Doroti, estaré en mi oficina, avisame cuando lleguen los inversionistas para hacerlos pasar al salón de reuniones.
-Esta bien joven Liam, -dijo asintiendo con la cabeza, mientras lo llamaba por su nombre por primeras vez.